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Cruz del rey don Sancho

Identificador
49000_0043
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
Jaime Nuño González
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

 

Localidad
Zamora
Provincia
Zamora
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
MUCHO HA CAMBIADO el paisaje desde que Gómez- Moreno fotografíó esta cruz, situada entonces en pleno campo. Hoy queda junto a la carretera de La Hiniesta, en una zona un tanto degradada de los suburbios industriales, al noreste de la ciudad, junto a un cruce de carreteras. Tradicionalmente se ha relacionado con el sitio de Zamora llevado a cabo por el rey Sancho II de Castilla en 1072, y la tradición apunta que pudo ser el lugar donde se asentó su campamento, levantándose la cruz en memoria de la muerte del rey, en el mismo sitio donde esto ocurrió. Gómez-Moreno recoge la costumbre, ya desaparecida en su tiempo, de que en el entorno de este monumento los caminantes depositaban una piedra, en señal de haber dicho una oración por el alma de don Sancho. Se trata de un monolito labrado en dura pudinga, en forma de paralelepípedo de sección rectangular que se va estrechando hacia la parte superior, donde remata en una sencilla cruz griega, que según el autor del Catálogo Monumental de la provincia de Zamora es posterior al monolito y sustituida además por otra en los tiempos en que él la visitó. La altura total es de 288 cm, de los que 226 cm corresponden a la base, que tiene una anchura máxima de 54 cm y un espesor de 32 cm. En la cara que mira hacia el norte, donde presenta un grano más fino, se intuyen algunas borrosas letras, entre las que creemos ver una A, capital cuadrada, sin duda moderna. Desde luego este monumento no es una pieza que pueda tener el más mínimo rasgo para considerarla como una producción artística de época románica. Si su cronología se remonta hasta aquel período o no es prácticamente imposible de saber, aunque algunos autores lo dan por supuesto. En todo caso hemos considerado oportuno incluirlo dentro de este trabajo porque al menos, en la tradición zamorana, rememora un acontecimiento que ha dejado fuerte impronta en la historia de la ciudad y en la literatura medieval y que tuvo lugar cuando se estaba fraguando en los Reinos de Castilla y de León el arte románico. Por su ubicación, dominando la ciudad, no es tampoco descabellado pensar que fuera el lugar donde se dispuso el real del ejército castellano, a pesar de la total ausencia de documentación histórica.