EN LA IGLESIA PARROQUIAL que fue proyectada a partir del siglo XV, se conserva la pila bautismal que debía de proceder del anterior templo, y que actualmente se ubica en un pequeño cuarto a los pies de la iglesia. Es de tipología en copa, compuesta por un pie cilíndrico corto y una taza semiesférica, y está asentada sobre dos plataformas circulares superpuestas y concéntricas de gran diámetro. Mide 80 cm de altura total, 80 cm de diámetro del brocal; 29 cm de altura del pie y 51 cm de altura de la taza. El pie está dividido por dos cenefas horizontales, con decoración de cuadrifolios en la superior. La taza presenta varias fajas decoradas, de abajo hacia arriba, con cruces florenzadas, roleos o tallos en forma de espiral rematados en hojas apalmetadas o ataurique, y reticulado de rombos. Entre la franja de las cruces y la de las espirales existe otra lisa, rematada en su parte inferior por una línea doble moldurada. Desde el punto de vista iconológico, el motivo del reticulado de rombos, ausente en el resto de las muestras, se relacionaría con el binomio Bautismo/pesca según el cual Cristo y los Apóstoles simbolizarían a los pescadores, y los cristianos a los peces que caen en las redes de los anteriores. La decoración vegetal puede tener un sentido paradisíaco y de salvación. De factura rústica, angulosa y esquemática, la pila destaca por su abundante ornamentación en relieve, a base de motivos geométricos y vegetales. En opinión de Minerva Sáenz Rodríguez, en la pila de Brieva hay caracteres comunes a otras piezas del taller de la sierra de Cameros junto a otros que la diferencian. Este taller, que trabajó principalmente por el valle del Leza, lo hizo esporádicamente en el del Najerilla, donde se ubica la pila. La tipología aproxima esta pieza a otras de la zona, pues, aunque de las tres partes de que constan las pilas características de esta escuela (pie, grueso nudo y taza con frisos horizontales), parece haberse prescindido del grueso toro central, dicha autora opina que en origen sí lo tuvo. Por otra parte, la forma pseudoesférica de la taza es idéntica a las demás piezas de la escuela. Lo que la diferencia es la decoración, ya que las otras suelen presentar arquerías y cruces, y aquí aparecen cuadrifolios, cruces, vástagos en espiral y reticulado romboidal, prescindiéndose de las arquerías. Estas diferencias también han hecho pensar que la pila de Brieva fuera realizada por un artífice ajeno al taller de Cameros, aunque influenciado por él, ya que es la pieza más alejada geográficamente del grupo. Se ha datado en general a mediados del siglo XII, aunque José Gabriel Moya Valgañón la considera una realización gótica del siglo XIV. Su estado de conservación es bastante regular ya que el pie está unido con argamasa a la copa, y la decoración se ha perdido en algunas zonas, especialmente en la franja de las cruces.