Pasar al contenido principal
x

Detalle de una moldura insertada bajo un vano

Identificador
33535_01_011
Tipo
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
María Fernández Parrado
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de Nuestra Señora de la Merced

Localidad
Lodeña
Municipio
Quirós
Provincia
Asturias
Comunidad
Principado de Asturias
País
España
Descripción
ANTIGUAMENTE CONOCIDA como iglesia de Santa María, la hoy iglesia de Nuestra Señora de la Merced se localiza en un pequeño alto en el centro del territorio de Lodeña, donde también se encuentran, a escasos metros, los restos del torreón señorial antes mencionado y la casona nobiliaria, lo que viene a indicarnos que fue este punto el centro político y administrativo del coto señorial. Pocos datos tenemos acerca de los primeros años de historia del templo, teniendo que esperar hasta finales del siglo XIV, en la Nómina de parroquias elaborada durante el obispado de Don Gutierre de Toledo, para encontrar las primeras referencias documentales, según las cuales la iglesia de Santa María de Lodenna húsanla apresentar los de Lodenna. La iglesia actual, totalmente reconstruida siguiendo el estilo propio de los templos rurales de los siglos XVII y XVIII, y restaurada recientemente, conserva pocos restos de su primitiva fábrica románica, probablemente construida ya en el siglo XIII coincidiendo con el ascenso social del linaje de los Lodeña, a quien estuvo siempre vinculada. De esta forma, la portada occidental, algunos canecillos del alero norte y otras piezas sueltas reaprovechadas en las últimas intervenciones son los únicos testigos visibles de la construcción medieval. La portada, situada en el imafronte, siguiendo un sencillo esquema a la manera en que podemos verlo en otros templos de la zona, como San Juan de Cazanes, se compone de un arco de medio punto con la rosca doblada, dispuesto sobre robustas jambas coronadas por sencillas impostas con listel liso y el espacio restante en nacela, y todo ello envuelto por un guardapolvo también nacelado, siendo este tipo de moldura el único elemento decorativo que anima la pieza. Sin duda, las piezas más destacadas las encontramos en el alero norte, fachada del templo que hoy queda incluida dentro del cementerio, donde se reaprovecharon piezas de la cornisa y diez canecillos de factura tosca y rudimentaria que se tallaron con conocidos motivos geométricos y figurativos, entre los que podemos encontrar combinaciones a base de rectángulos y triángulos, modillones de lóbulos, cilindros, cabezas de pico,... y una esquemática figura femenina en posición obscena, muy similar en todos los aspectos a la que encontramos en el único canecillo figurativo que se conserva en la vecina iglesia de Santa Eulalia de Ques. Completan el conjunto algunos restos descontextualizados y reaprovechados entre los muros perimetrales del edificio, como la imposta con bolas y listel liso que se colocó debajo de la ventana del ábside y algunas piezas de aspilleras en los muros de la nave.