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Exterior de la fachada meridional

Identificador
33394_01_007
Tipo
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
Adriana Carriles García
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Salvador

Localidad
Deva
Municipio
Gijón
Provincia
Asturias
Comunidad
Principado de Asturias
País
España
Descripción
LA PARROQUIA DE SAN SALVADOR DE DEVA se localiza en un extenso valle, en el sureste del concejo de Gijón, a escasos 7 kilómetros de la capital del mismo. En este valle brota el arroyo de Peña de Francia y a escasos 300 metros se erige la iglesia de San Salvador. Parece no establecerse ninguna duda acerca de su edificación exnovo, no existiendo una cristianización de ritos paganos preexistentes. Es uno de los últimos edificios vinculados a la arquitectura de la Monarquía Asturiana en el Concejo de Gijón. Aún así se conservan algunas otras piezas sueltas de este periodo en dicho concejo, como el cancel de San Julián de Lavandera. De la iglesia prerrománica únicamente permanecen en el muro norte restos de un arco y el arranque de otro. Esta arcuación sería identificada inicialmente por el P. Risco como la arquería de acceso al monasterio. Tesis totalmente refutada de acuerdo con el estudio y análisis comparativo con otras iglesias asturianas. Acorde con la tipología de las iglesias asturianas, Priesca, Tuñón, etc..., se trataría de una triple arcada sostenida por pilastras cuya altura máxima serían 4,10 m, y separaría la nave lateral norte de la nave central. Inicialmente podemos admitir una fecha para el templo en el último periodo del ciclo constructivo estilístico asturiano: finales del siglo IX principios del siglo X. Isidoro Cortina Frade propone reconstruir hipotéticamente la iglesia de Deva de acuerdo al modelo de Priesca. Se trataría por tanto, de un templo de tres naves rematado por una cabecera tripartita de capillas abovedadas y pórtico igualmente dividido en tres espacios. El resto de las naves estaría cubierto por techumbre de carpintería. Sobre la capilla mayor se localizaría el camarín con acceso exterior por una ventana trífora. Esta hipótesis es correcta en su esencia, si bien es preciso matizar mucho las dimensiones finales que tendría el templo. Para ello sería preciso una actuación arqueológica y realizar un estudio petrológico adecuado. Tras levantarse el yeso del paramento norte, quedó al descubierto el sillarejo, pudiéndose realizar una lectura de la estructura de la pared. Se observa en el ángulo sureste el arranque de un zócalo adornado con dientas de sierra de ascendencia románica. Parece ser éste el indicio de la ampliación del templo original, probablemente mediado el siglo XII. (Ver Enciclopedia del Románico en Asturias, vol. I, pp. 353-356) El Libro de Fábrica de la Parroquia detalla, en las anotaciones correspondientes al año 1860, la existencia de piezas arqueológicas del periodo prerrománico. Éstas serían una pequeña tronera labrada torpemente, una columnita redonda sobre otra cuadrada y una lauda que en ese momento hacia la función de dintel de la puerta de la sacristía. Ciriaco Miguel Vigil confirmó la existencia de ménsulas desornamentadas actualmente desaparecidas, probablemente durante las reformas acontecidas en la segunda mitad de siglo XIX. En 1860 la iglesia experimenta una remodelación total bajo la dirección técnica del arquitecto don Cándido González. Reconstruye la techumbre del templo, y construye una espadaña nueva. En el transcurso de las obras se encuentran restos de enterramientos medievales. En 1910 el templo se amplió considerablemente aportando dos naves y elevando la altura del mismo. El derrumbe provocado por la guerra civil en 1936 obliga a emprender una nueva reconstrucción en 1938, inaugurándose nuevamente en 1941. La última remodelación sufrida fue la eliminación del revoque dejando la piedra vista. Los únicos restos ornamentales originarios que conservamos son de un gran valor artístico, especialmente los dos capiteles de la sacristía, de follaje abultado y ángulos achaflanados, y otro capitel localizado en la fachada norte, de sección troncopiramidal y de gran riqueza ornamental, cuyos motivos se pueden relacionar con modelos de Valdediós y de ventanas de San Martín de Salas (951) o canceles de Santianes de Pravia. Los paralelos más interesantes se encuentran en los capiteles entregos del pórtico de la iglesia de San Salvador de Valdediós (año 893). El mismo motivo aparece con anterioridad en dos barroteras de cancel y otros dos fragmentos decorativos, procedentes de la iglesia de Santa María de Bendones. Estos elementos decorativos tienen una afinidad aún en su especificidad en nuestros capiteles de la iglesia de Deva de finales del siglo X. El mismo motivo lo encontraremos también en el cancel de Santianes de Pravia. En Pravia se presentan una decoración de los canceles en los que resaltan las palmetas, las dobles palmetas afrontadas. Conviene consultar estos edificios mencionados en los correspondientes apartados de éste mismo volumen. LÁPIDA DE CONSAGRACIÓN Es la pieza más importante de las que se conservan del templo. Presenta unas dimensiones de 1,53 x 0,56 m y un deteriorado estado de conservación tras la devastación sufrida en el año 1936. Se encontraba a modo de dintel en la puerta sur de acceso a la iglesia. La inscripción consecratoria hoy en día no se puede recomponer íntegramente ya que la pieza fue fragmentada en diversas partes. Su estudio epigráfico debe ser realizado con el auxilio de las trascripciones efectuadas por Francisco de Paula, Caveda y Nava o Ciriaco Miguel Vigil en el siglo XIX. La lectura del texto de la inscripción, en siete renglones, se desarrolla en los siguientes términos: HINC NOMINE DOMINI IHESVCHRISTI PRO CUIS AMO / RE VELASQUIATAE REGINAE PROLIS RA / NIMIRI EDIFICABIT TEMPLVM DOMINI SANCTI SALVA / TORIS ET RELIQVIE QVI HIC SVN RECONDITE / VT IN SINV SANCTE RECIPIAT PREMIA DIGNA ET IC / FELICITER VIVAT ET REGNVM DEI POSSIDEA / NT AMEN. QVOD CONSECRATVM EST TEMPLVM HOC. “En el nombre del Señor Jesucristo, por cuyo amor la Reina Velasquita, hija de Ramiro, edificó el templo del Señor San Salvador, y depositó las reliquias que aquí están escondidas para que reciba dignos premios en el seno santo y viva y posean felizmente el Reino de Dios. Amen. Queda consagrado este templo”. La trascripción de esta inscripción levantó controversias en lo relativo a la abreviatura a m, mientras que Caveda y Vigil la traducen como AMEN, algunos pretenden identificarla como abreviatura de Alfa y Omega. Estas dos acepciones son consideradas acertadas por Cortina Frade dado que se emplean como exaltación del cierre de oración. Sin embargo, atribuciones como “Era milésima” como la propuesta por García Frutos no plantean justificación alguna. Con anterioridad a su parcial destrucción en el año 1936, conservamos varias transcripciones de la inscripción: una realizada por Francisco de Paula Caveda, en el siglo XVIII, otra efectuada por el eminente epigrafista Ciriaco Miguel Vigil, a fines del siglo XIX. Asimismo existen otras transcripciones como la realizada por José Caveda coincidente básicamente con la copia de Ciriaco Miguel Vigil, la de Hubner, o la de Fermín Canella (1871). A juicio de Miguel Vigil la fecha de 1006 de acuerdo con el testamento de doña Velasquita orienta la cronología de la iglesia primitiva, ya que el monasterio lo donó el 29 de agosto de 1006 de acuerdo con su testamentum a la Catedral de San Salvador de Oviedo, reflejado en el Liber Testamentorum (siglo XII). Tenemos, a su vez, la fecha en la que contraen matrimonio Bermudo II y Velasquita, el año de 984. Entre estas dos fechas pues, 894-1006, se realizaría la construcción de la iglesia, cronología que se adapta con perfección a la datación de la decoración conservada en el templo. La lápida tiene inscrita en relieve rehundido una cruz semejante a la de los Ángeles, con las letras alfa y omega. Sigue la tradición de los reyes de la Monarquía Asturiana de situarla en sus edificios con el valor apotropaico que se tiene de la Cruz y el texto que lo completa inscrito en la placa. SOPORTE DE ALTAR DE SAN SALVADOR DE DEVA Localizado por García de Castro en la sacristía meridional del templo. Se encuentra fragmentado en dos piezas: una de 36 x 21 x 21 cm y otra de 48 x 21 x 21 cm. Se trata de un soporte de altar octogonal de piedra caliza con vástago para ser ensartado a la mesa. Sus ocho vértices son recorridos en vertical por una moldura simulando columnillas. Si se considera que éste sería el único soporte de la mesa nos encontraríamos con un tablero de dimensiones reducidas. Sin embargo si estuviera apoyado en éste soporte central pero ayudado de pequeñas columnillas en cada vértice de la mesa, podría alcanzar la mesa unas dimensiones de hasta dos metros de longitud. Su datación coincidiría con el margen de cronología de fundación del templo, 894-1006. Ejemplos de soporte octogonal lo encontramos en San Juan de Socueva (Cantabria), fechado en el siglo IX. MONASTERIO DE DEVA Aunque la inscripción no hace referencia a la existencia de una celda monástica, si la hallamos documentada en un legado incluido en el Liber Testamentorum, que si bien es calificado por Fernández Conde como falso no deja de anotar la existencia de un cenobio anterior al siglo XII. Las noticias de la existencia de un monasterio aparecen, repetidamente y de forma indirecta, en otros documentos medievales. Este es el caso del documento catedralicio del 29 de noviembre de 1117 en el que el Obispo don Pelayo lega a unos canónigos de San Salvador de la capital el arcedianato de Oviedo, exceptis his duobus prandiis de Deva et de Sarego que iure debentur episcopo. Se desconoce si se trataba de un cenobio masculino, femenino o dúplice. Lo que parece evidente es su desaparición al no haber arraigo de la regla benedictina. Al regirse a partir de un pacto monástico entre el abad y sus monjes, no se establece definición de su carácter ni continuidad para el mismo.