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Fragmentos decorativos románicos en el acceso al cementerio

Identificador
34406_01_002
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 40' 16.20'' , -4º 31' 17.71''
Idioma
Autor
José Luis Alonso Ortega
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

antigua Iglesia de San Bartolomé

Localidad
Báscones de Ojeda
Municipio
Báscones de Ojeda
País
España
Edificio (Relación)

Cementerio

Localidad
Báscones de Ojeda
Municipio
Báscones de Ojeda
Provincia
Palencia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LOS RESTOS QUE NOS INTERESAN no se encuentran pues en la actual iglesia parroquial sino reutilizados en la portada del cementerio, situado sobre una colina que domina la localidad por el este, a unos quinientos metros del núcleo urbano. Estos vestigios del primitivo edificio, que como señala la Estadística estaba dedicado a san Bartolomé (misma advocación de la actual parroquial), aparecen reutilizados a modo de cornisa sobre el dintel de la puerta del cementerio. Se trata de nueve dovelas y dos fragmentos de cornisa procedentes de una portada. Los fragmentos mejor decorados se sitúan hacia el exterior del recinto. Son seis piezas de entre 35 y 42 cm de longitud por 20 cm de altura; cuatro de ellas se decoran con cinco filas de billetes y la arista externa con bolas y flores, las dos centrales reciben un friso de hojas lisas sobre las que se disponen acantos que acogen piñas en sus puntas. Entre los acantos se labraron hojas lanceoladas de acusado nervio central. Los restos empotrados hacia el interior del campo santo muestran una dovela de billetes como las descritas, tres molduras con perfil de nacela y dos fragmentos de caveto de cornisa. La forma curva y el tipo de decoración identifica estas piezas como fragmentos de al menos dos arquivoltas de portada. El seco tratamiento de los vegetales, su esquematismo y antinaturalismo, permite relacionar estos restos con las portadas de San Tirso de Vega de Bur, Arenillas de San Pelayo o Dehesa de Romanos, ejemplos de obras de cronología tardía dentro del siglo XII -desbordando frecuentemente en el XIII- en los que el vocabulario decorativo románico generado por la portada de Moarves se mantuvo, aunque esclerotizado por la mediana pericia de los artífices.