LA PARROQUIAL DE SANTA EUFEMIA -citada como Santa Eulalia por Pascual Madoz y como Santa Eugenia por los autores del Inventario Artístico- corona el caserío, ocupando la parte más alta de la ladera, donde ésta se convierte en plataforma. Es edificio de una sola nave, construido fundamentalmente en siglos posteriores a la Edad Media, aunque mantiene su portada gótica y una pequeña parte de la primitiva iglesia de época románica, sobre la que nos centraremos. Como único elemento aún en pie de aquel período artístico se encuentra la espadaña, situada a los pies del templo actual. Presenta un robusto basamento de canto rodado con esquinales de sillares que son de arenisca en el tercio inferior y de caliza en el resto. Precisamente esa parte más baja correspondería al hastial de la antigua iglesia, cuya altura de nave se manifiesta por los canecillos de proa de barco de lo que fue su alero y que aún se pueden ver flanqueando el cuerpo de la espadaña. Sobre el macizo sector inferior, ligeramente retocado en siglos más modernos, se alza la doble tronera de arcos doblados y apuntados, de jambas lisas e impostas cuadrangulares, coronadas por un piñón con vano de época reciente pero que recrea la primitiva forma del campanario. En los laterales de esta espadaña, a la altura del arranque de las troneras, se conservan, bajo imposta lisa, unos canecillos de proa de barco, de los que el trío situado al norte es bien visible mientras que los del flanco sur están ocultos por las reformas posmedievales. Otros restos románicos se localizan en el interior del templo. Por un lado varias piezas de imposta reutilizadas como mesa de altar adosada a la pared y dispuesta bajo el interesante retablo del siglo XVI. Concretamente son dos piezas naceladas, con decoración de bolas la primera -retocada en época gótica- y con semiesferas gallonadas y rosetas la otra. Destacar por último la pila bautismal románica, troncocónica, lisa, rematada en la parte superior por un bocel cordado entre biseles. Se apoya sobre un basamento en dos planos, el superior inclinado rematado también por bocel sogueado y el inferior vertical, separados ambos por incisión. En conjunto se trata de elementos encuadrables todos ellos en unas fechas tardías dentro de la estética románica, ya dentro de las primeras décadas del siglo XIII, en momentos que preconizan las nuevas formas góticas, especialmente identificables en la espadaña.