LA IGLESIA, que está situada en la zona oriental del conjunto urbano de la localidad, junto a la carretera que une Santa María la Real de Nieva y Bernardos, ha sido objeto de múltiples reformas a lo largo de los años, pero aún conserva ciertos rasgos de origen románico. Al exterior se puede observar que se trata de una iglesia modesta, de una sola nave, cabecera recta y con varios cuerpos adosados a ella en el lado sur, mientras que al norte se halla la puerta de acceso. En el interior los únicos vestigios románicos que se conservan de la actual iglesia barroca, los encontramos en la cabecera tratándose de un arco fajón apuntado apoyado sobre machones de granito y una ventana saetera en el muro del evangelio del ábside recto, la cual, al exterior, no cuenta con ningún tipo de decoración, observándose únicamente el pequeño vano. El material constructivo del arco fajón es desconocido, ya que se encuentra cubierto por varias manos de pintura, pero su presencia nos recuerda a la ermita de San Miguel de Párraces, situada a muy pocos kilómetros en la localidad de Villoslada, que cuenta con un presbiterio similar al descrito y en donde se emplea la piedra caliza para este elemento.