Identificador
24166_01_007
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 35' 11.33'' , -5º 17' 13.42''
Idioma
Autor
Jaime Nuño González
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Rueda del Almirante
Municipio
Gradefes
Provincia
León
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
BÁSICAMENTE EL EDIFICIO fue erigido en sillería de piedra arenisca dispuesta a soga, con algunas reformas más recientes llevadas a cabo en adobe y ladrillo. Interiormente el edificio está prácticamente cubierto en su totalidad con cal y yeso excepto el arco triunfal, los soportes y la zona de la cabecera. Recientemente se adosó un pórtico cerrado a lo largo de su fachada meridional. El templo presenta en la actualidad una única nave con cubierta plana de madera, un ábside rectangular con bóveda de aristas y una sacristía moderna adosada a éste. A los pies -en donde se abre la puerta apuntada por la que se accedía al interior antes de la restauración- se alza una espadaña de tres cuerpos separados entre sí por sencillas molduras de cuarto de bocel y de listel. La cabecera es lo más antiguo del edificio ya que la fábrica de la nave es posterior y lo mismo ocurre con la espadaña (siglo XVI). Según Gómez-Moreno podría fecharse a finales del siglo XII, aunque no dejaba de ser para él “un verdadero disparate artístico, tal como no recuerdo otro de aquellos tiempos”. El insigne erudito granadino fue más allá y afirmaba que el aula se dividía en tres naves separadas por arcos de medio punto sobre pilares con columnas adosadas. Por otra parte, María Victoria Herráez opina que el ábside original pudo tener un trazado semicircular. Interpretaciones éstas que hablan por sí solas de la complejidad arquitectónica de esta iglesia fruto de las sucesivas transformaciones y mutaciones sufridas a lo largo de los siglos. El sistema de soportes utilizado combina columnas y pilastras, usándose las primeras en el interior de la cabecera para que apoyen en ellas tanto el arco triunfal ligeramente apuntado como la actual bóveda de aristas que debió de sustituir a una anterior de ojivas. También aparecen columnas en los muros norte y sur donde apean dos arcos ciegos igualmente apuntados. El arco triunfal, ligeramente apuntado, presenta finos boceles en sus aristas y los vanos de medio punto, con derrame interior, poseen una inclinación del plano del alféizar que algunos autores atribuyen a una “influencia cisterciense”. Actualmente se accede al interior del templo a través de dos portadas, una abierta en el lado sur y otra, la más antigua, en el muro occidental. Esta última perfora todo el grosor del muro de los pies generando una pequeña bóveda de cañón sobre impostas lisas que desemboca al exterior en forma de tres arquivoltas apuntadas. La decoración escultórica se concentra en los capiteles y cimacios, ocho de los cuales presentan motivos fitomórficos muy geometrizados, enormemente estilizados y planos, a base de esquemáticas hojas angulares rematadas con grandes bolas en sus extremos y en ocasiones con cruces y trenzados entre ellas. Los otros dos restantes son anteriores, de época de repoblación (para Enríquez de Salamanca procedentes del ya desolado monasterio de San Pedro de Eslonza, mientras que Herráez Ortega señala sus concomitancias con los más orientales del pórtico de San Miguel de Escalada, procedentes al parecer del monasterio de Eslonza). Por su parte los gruesos cimacios llevan esculpidos tallos serpenteantes con motivos vegetales y elementos heráldicos que apuntan hacia una cronología muy tardía (mediados del siglo XIII) y un estilo gótico. Probablemente descontextualizado encontramos, en el muro sur y junto al acceso a la sacristía, un bajorrelieve que representa a una figura tratada con gran sencillez y esquematismo (que con imaginación se ha llegado a identificar con un hombre durmiendo). Y también fuera de su lugar de procedencia aparece, junto al confesionario, un gran cimacio entrego de doble nacela (87 x 51 x 18 cm) claramente altomedieval y posiblemente asociado a los dos capiteles arriba mencionados. En general, y exceptuando los capiteles del siglo X, el resto responde a una tipología denominada por algunos “cisterciense”, que se desarrolla a finales del siglo XII y primeras décadas del XIII.