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Vista exterior

Identificador
28063_01_005n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
40º 57' 41.82" , -3º 41' 59.81"
Idioma
Autor
Ignacio Hernández García de la Barrera
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Ermita de Santiago, despoblado

Localidad
Gargantilla del Lozoya
Municipio
Gargantilla del Lozoya
Provincia
Madrid
Comunidad
Madrid
País
España
Descripción
DESPUÉS DE RECORRER cerca de 2 km desde la localidad de Gargantilla de Lozoya, en dirección sureste, se llega a través de un camino sin asfaltar, aunque bien cuidado, al templo que fue del despoblado de Santiago, que pasó después a considerarse ermita y finalmente cementerio, finalidad ésta que ha cumplido hasta época reciente cuando en sus proximidades se erigió otro ya moderno. En estado de ruina y abandono, este testimonio pervive como humildísima fábrica aislada de todo conjunto o construcción, mostrando las características de lo más popular de nuestra arquitectura medieval. Compuesto de nave única de reducidas dimensiones y cabecera recta, el edificio se levanta en mampostería enfoscada, conservando ladrillo principalmente en los vanos. La composición, por lo tanto, no puede ser más modesta, como debió de ser desde origen si suponemos la presencia de una cubierta a dos aguas -solución que parece indicar el grosor de sus muros de caja- y suprimimos la espadaña y el cuerpo adosado a mediodía, sin duda añadidos posteriormente. La pieza sobre la que más se ha llamado la atención de este templo es su portada; situada en el muro meridional y construida en ladrillo, repite el modelo que se puede ver en otras localidades cercanas, como Paredes de Buitrago o El Berrueco. Actualmente presenta una mayor sencillez que los modelos mencionados, manifestada en una única rosca de perfil ligeramente ovalado, enmarcada en alfiz rectangular y saliente, que en la parte superior dispone un friso de ladrillos en esquinilla tangente al arco en la clave. Abad Castro, sin embargo, habla de una portada que “dibuja tres arcos de medio punto de ladrillo, ligeramente apuntados y apoyados en codillos del mismo material”, testimonio apoyado gráficamente, por lo que la reforma es de época muy reciente. Por los restos que quedan del hastial occidental, se supone que los muros de caja se han conservado íntegramente en altura, habiéndose perdido únicamente su cubierta. Esto sería testimonio de una ausencia de vanos en la misma, si exceptuamos el citado muro de poniente; aquí se sitúa en la parte central y superior, próxima ya al remate, una estrecha abertura formada en ladrillo y con ausencia de ningún tipo de moldura. La cabecera por su parte es la zona que parece haber sufrido más transformaciones; si bien sus líneas generales deben ser las mismas. Señala la autora ya mencionada la existencia en la cara interior del arco triunfal, la que da al presbiterio, del que sería originario arco -éste doblado y levantado en ladrillo- y del que hoy apenas quedan unos restos sobre el moderno, realizado en sillería. De ser esto cierto, la altura del mismo sería mucho mayor de la del actual, aspecto que hace dudar de esta hipótesis, más si se tiene en cuenta que lo que se considera recrecido es el cuerpo de la cabecera, recrecimiento que debe relacionarse con la transformación del arco triunfal y la erección de la espadaña. Aparte de los vanos cegados en el presbiterio, poco más cabe añadir a la descripción de esta fábrica, que formalmente habría que relacionar con los ejemplos citados más arriba u otros como Montejo de la Sierra o Manjirón, cuya referencia deber servir para intentar atribuir una cronología al testimonio que aquí se trata, dada la carencia de datos documentales. Según esto, no se debería hablar de épocas anteriores a la transición entre los siglos XIII y XIV.
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