Pasar al contenido principal
x

Canecillos del muro meridional de la cabecera

Identificador
40154_01_032
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
40º 53' 52.9" , -4º 10' 15.2"
Idioma
Autor
Ignacio Hernández García de la Barrera
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de Nuestra Señora de la Cerca

Localidad
Madrona
Municipio
Segovia
Provincia
Segovia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LA IGLESIA DE ESTE NÚCLEO se encuentra ubicada dentro del caserío de la localidad, en su parte noroccidental, junto a la carretera de acceso desde la citada N-110. Dispone de un amplio atrio en su derredor, limitado y clausurado por una cerca, que se convierte en una pequeña meseta que salva el desnivel con los terrenos circundantes. Las formas actuales del templo son fruto de múltiples intervenciones sobre los volúmenes originales, quedando sin embargo testimonio de aquellos momentos; así, al exterior se percibe un templo con un núcleo al que se le han ido adosando diferentes dependencias en casi todos sus flancos, de tal modo que lo que sería un pequeño lugar de culto de una sola nave y cabecera recta fue ganando dependencias como las naves laterales, la sacristía, la torre o el pórtico, ubicado en occidente. Está construida esta iglesia en una sillería toscamente trabajada, con refuerzos en las esquinas de piezas de mayor calidad y presencia de mampostería, sobre todo en las partes ampliadas. La cabecera al exterior conserva una cornisa sostenida por una serie de canes, distinguiéndose diferencias entre los muros meridional y septentrional; así, en el primero de ellos presenta perfil de nacela y los canecillos de proa de barco y caveto, comprobándose que algunos tuvieron ornamentación tallada, hoy prácticamente desaparecida. Por su parte, la cornisa de septentrión tiene perfil de listel y chaflán decorando este último con diferentes motivos vegetales como las hojas entre tallos, tetrapétalas y hexapétalas inscritas en círculos o formas circulares de perfil cóncavo y botón central; además en esta serie se han conservado algunos de los motivos que decoran los canes, distinguiéndose por ejemplo representaciones animales, canes con modillones de rollos, una liebre, hojas con la punta vuelta, figura masculina cubierta con túnica... El resto de los muros de estos flancos son fruto de las ampliaciones ya mencionadas y únicamente en el correspondiente a la parte occidental se vuelve a encontrar la sillería y esquinales pertenecientes a la primitiva fábrica; además en este muro se sitúan también restos de una antigua cornisa a mucha menor altura que la actual rodeando el saledizo del anodino acceso moderno. Protegiendo este acceso se dispuso un pórtico que ha levantado no pocas conjeturas acerca de su ubicación y composición original; se pueden encontrar otros ejemplos de pórticos occidentales, pero formando parte de estructuras mayores o más completas, como son los casos por ejemplo de San Martín, en la capital, o de Duratón, por lo que se ha pensado en el presente como muestra incompleta o inconclusa que responde a lo que según Taracena Aguirre caracteriza este tipo de galerías segovianas, que ciñen la iglesia por dos o tres lados. Parece en cualquier caso que corresponde a un momento posterior al núcleo primitivo, siendo complicado aventurar el número de crujías con que se proyectó. En la parte conservada se aprecia una arquería cuyo ritmo viene marcado por la importancia de un arco central, relacionado con el acceso al templo; a la izquierda de este se dispone una teoría de cuatro arcos de medio punto sobre pares de columnas, mientras que a la derecha únicamente hay dos, ya modernos y sin correspondencia con el conjunto, punto este que recalca el aspecto inconcluso del elemento. En el costado septentrional se sitúa otro arco que parece el arranque de lo que sería otra crujía, sobre todo teniendo en cuenta la presencia de la cornisa, aunque se vean huellas de renovaciones y piezas removidas. Gracias a las fotografías aportadas por el profesor Ruiz Hernando, que testimonian el estado de este elemento en el año 1973, se puede comparar la composición del pórtico antes y después de la restauración; en aquellos años aún permanecía cegado de cualquier manera este elemento, incluso con sillares y piezas pertenecientes a anteriores fábricas como son aquellas en las que se aprecian perfiles abocelados u otras de chaflán y bisel, las columnas y capiteles permanecían en su mayoría ocultos y la cornisa en estado muy similar al actual, pero con leves variaciones, de tal suerte que dos de los canes (2º y 18º contando desde el lado norte) han trocado su posición, así como las metopas 2ª, 3ª y 18ª. Esta cornisa presenta un perfil de listel y chaflán y está ornamentada con tetrapétalas inscritas en círculos, no conservándose completamente; por su parte tanto los canes como las metopas presentan una decoración tallada, a pesar de que algunas piezas están muy deterioradas. La serie de los primeros está protagonizada principalmente por la representación de distintos personajes; de este modo aparecen un hombre con barrilillo, imágenes de guerreros, agricultores, mujeres en actitudes obscenas o rostros tanto masculinos como femeninos. Entre las metopas por su parte, predomina la temática vegetal de flores y tallos, siendo singular la presencia de una pareja de grifos simétricos que contraponen sus cuerpos y juntas sus picos, en la que comienza la serie por el lado norte. Responde por tanto esta cornisa al modelo visto, entre otros casos, en San Martín, de capital, Torreiglesias, Peñasrubias de Pirón o el más lejano de Sequera de Fresno, donde tanto canes como metopas presentan decoración esculpida. La cornisa del costado septentrional se presenta aparentemente muy renovada, con una serie de canecillos donde se combinan las piezas procedentes de la restauración con aquellas otras pertenecientes a la antigua fábrica; este aspecto también se hace notorio en la propia cornisa, reduciéndose aquí la presencia de piezas añosas a la más próxima al ángulo noroccidental, con perfil de listel y chaflán y ornada con tetrapétalas inscritas en círculos. En este caso la decoración esculpida se reduce a los canecillos -siendo identificables pocos de ellos por lo precario de su estado de conservación-, puesto que las metopas carecen de ella; entre estos elementos se distinguen un cuadrúpedo tocando la viola de arco, una figura posiblemente femenina de marcadas pupilas o un deteriorado animal de puntiagudas orejas. El arco conservado en esta galería sigue el modelo presente a lo largo de la crujía occidental; se trata de un arco de medio punto con perfil abocelado y trasdosado por una chambrana de tacos, estructura que se repite de idéntica manera en la cara interior. Apea esta arquería en columnas pareadas, de fuste liso y basas de perfil ático, con un toro inferior muy desarrollado, sobre plinto común. Los capiteles por su parte comparten cimacio con perfil de listel y nacela, ocupando su cesta unas esquematizadas hojas lisas que vuelven ligeramente sus puntas, alojando en su interior un vaso también liso, ornamentado en su parte superior por un listoncillo y una cadena de puntas de clavo; sobre estos se disponen unos muy desarrollados ábacos de perfil quebrado. En el interior únicamente se conserva la estructura de la cabecera, puesto que el resto fue transformado en sucesivas adaptaciones del espacio. Un arco doblado de medio punto con perfiles achaflanados hace las veces de arco triunfal, estando realizado en sillería y apeando en semicolumnas, hoy también reformadas. La imposta se compone de un perfil de listel y chaflán y bajo ella se ubican unos ornamentados capiteles que lucen, el de la derecha, un león de estilizadas extremidades, melena sobre el lomo y pequeña cabeza, en la mayor de las caras, y una arpía en cada una de las menores, motivos que parecen imitar los vistos en Caballar, por ejemplo. Por su parte, el capitel enfrentado presenta una variación del modelo corintio, toscamente interpretado y compuesto de unas gruesas hojas lisas. Por lo visto y las relaciones estilísticas referidas, parece que las partes correspondientes al templo primigenio de Madrona no deben ser anteriores a la segunda mitad del siglo XIII.