De titularidad y gestión eclesiástica, el Museo de la Iglesia fue creado en marzo de 1985 por decreto del entonces arzobispo, Gabino Díaz Merchán, e inaugurado y abierto oficialmente al público en julio de 1990. Este museo nació con una doble finalidad: por una parte, exponer parte de piezas pertenecientes a la propia catedral de Oviedo, pero que a través del tiempo han quedado descontextualizadas o no han sido integradas en las sucesivas reformas del templo, y por otra parte, recoger y exponer obras procedentes de otros templos de Asturias, evitando su posible deterioro o desaparición. El acceso al museo se realiza a través del brazo meridional del transepto de la catedral, siguiendo el mismo itinerario que lleva a la Cámara Santa, que puede ser considerada la estancia principal de la visita, debido al valor artístico y a la significación histórica de su arquitectura y de las piezas que alberga. Dejando la Cámara Santa a la derecha, se sube a las dependencias altas del claustro catedralicio, donde se han habilitado el vestíbulo y las siete salas que albergan la colección del museo, de la que se reseñan a continuación las obras correspondientes al período del románico.