Identificador
33554_01_004
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
Adriana Carriles García
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Camarmeña
Municipio
Cabrales
Provincia
Asturias
Comunidad
Principado de Asturias
País
España
Descripción
LA PEQUEÑA CAPILLA de San Pedro de Camarmeña, actualmente filial de San Martín de Bulnes, apenas descuella entre las demás construcciones de la localidad, levantadas todas en piedra, de no ser por su espadaña de doble arco, con dos campanas colocadas en 1994, año en que se restauró esta ermita por voluntad de los vecinos. Curiosamente, y pesar de lo modesto de su fábrica, San Pedro de Camarmeña es una de las iglesias de la zona mejor documentada; de hecho, ya aparece citada en un documento del año 831. Incluso el obispo ovetense don Pelayo afirmaba haber visitado el lugar a principios del siglo XII, habiendo encontrado allí una serie de documentos referentes a las memorias de Toledo, Zaragoza, León y Oviedo, que el propio obispo utilizaría posteriormente en una de sus obras, ut reperimus in antiquissimis codicibus quos invenimus in ecclesia Sancti Petri de Camarmenia. Por extraño que pueda resultar, se debe tener en cuenta que la situación de la zona en la Edad Media, en cuanto a importancia y comunicaciones, pudo ser muy diferente a la actual. Es cierto que no existen referencias documentales expresas sobre Cabrales en cuanto a entidad concejil hasta época bastante avanzada, concretamente hasta finales del siglo XII, pero en cambio sí se dispone de referencias tempranas a localidades muy concretas, como Camarmeña, que nos muestran una organización social muy desarrollada de estos límites geográficos ya en plena época de la monarquía asturiana. Volviendo a los manuscritos antes mencionados, estudios recientes confirman la más que probable existencia de los mismos en Camarmeña, y puede que desde un momento bastante anterior a la visita del obispo don Pelayo, pues el emplazamiento de Camarmeña ya estaba poblado al menos desde el primer tercio del siglo IX. Efectivamente, en el año 831, Ordoño y Proflinia hicieron donación de sus bienes a favor de varias iglesias de la zona, entre las que se encontraba la iglesia de Camarmeña. Reforzando esta tesis, está el hallazgo, en el cercano Valdeón, de un documento visigodo que demostraría la existencia, desde al menos el siglo IX, de un centro monástico bajo la advocación de Santa Marina que mantenía estrecha relación con Liébana y las tierras del actual concejo de Cabrales. Por lo tanto, no resulta difícil pensar que el pequeño núcleo de Camarmeña estaba localizado dentro del área natural de influencia de un importante foco cultural altomedieval, de ahí la relativamente abundante documentación que se conserva sobre el lugar. En la nómina eclesiástica elaborada entre 1385 y 1389, con el propósito de registrar los bienes episcopales del obispado de Oviedo, se cita, entre las iglesias enclavadas en el arciprestazgo de Cabrales, el templo de San Pedro de Camarvenna, y en el inventario elaborado por mandato del obispo Gutierre de Toledo entre 1385 y 1389, como paso previo para llevar a cabo una reorganización interna del obispado de Oviedo, figuran una serie de iglesias del arçiprestalgo de Cabrales, entre ellas San Pedro Camarena. Y aún en el siglo XVI volvemos a encontrar una nueva referencia a San Pedro de Camarmeña entre el censo de población. Noticias más completas las proporciona Juan Bernardo de Mier, uno de los articulistas que participan, bajo la dirección de F. Martínez Marina, en la elaboración del Diccionario geográfico-histórico de Asturias, publicado en el año 1895, quien, entre otras, reseña, en cuanto a la iglesia, que se trata de un edificio pequeño “aunque antiquísimo, su capillita de dos varas en cuadro que sólo coge el que celebra y su ayudante, el altar es todo ara. Dícese estar enterrado en esta iglesia un obispo, aunque no hay monumento ni inscripción alguna, consérvase una campana de yerro sin uso cabida de media arroba de agua. Esta iglesia es matriz de Bulnes y aquí residieron los curas hasta que se aumentó la población de Bulnes”. J. Guerra Díaz, párroco de Cabrales a principios del siglo XX, recogió noticias del “arreglo parroquial de 1891”, según las cuales el arciprestazgo y concejo de Cabrales consta de “dos parroquias de ascenso [...], siete de entrada [...] y hay además cuatro filiales, que son Arangas, Asiego, Camarmeña e Inguanzo”. Este autor recoge con mayor precisión datos referidos a ese enterramiento: “en su diminuta iglesia descansan los restos del Excmo. Sr. D. Francisco Ardavin, que fue arzobispo de Santiago de Galicia y natural del concejo de Villaviciosa”. V. Fernández Posada, además de recoger la referencia al enterramiento, afirma que “este arzobispo celebraba también sus oficios religiosos en una ermita con título de San Julián, en Culiembro, a orillas del Cares, sobre su margen izquierda, donde en 1912 todavía se podían contemplar sus restos”. Lo cierto es que, en el interior de San Pedro de Camarmeña, se guarda una imagen de San Julián, procedente de una capilla derruida en el lugar de Culiembro y que, según la tradición popular, fue traída por el obispo que supuestamente está enterrado en Camarmeña. San Pedro de Camarmeña es una ermita que puede ser fácilmente identificada como un ejemplo del llamado tardorrománico de tipo popular, caracterizado por mantener unas estructuras, en cuanto a tipología y volumen, tradicionales, como la nave única, el ábside cuadrado o la cubierta de madera a dos aguas para la nave y la bóveda de cañón para la cabecera; todo ello en edificios de modestas dimensiones, con materiales pobres (preferentemente sillarejo o mampostería, reservando los buenos sillares para las zonas estructuralmente más importantes del templo, como los ángulos, los contrafuertes o los vanos) y acompañados de escasa decoración escultórica. A esta clasificación responden la mayor parte de las iglesias del oriente asturiano, especialmente las edificadas en las zonas más montañosas con una finalidad muy concreta, la de atender las necesidades religiosas de los pequeños núcleos de población más aislados. La iglesia de San Pedro de Camarmeña, perfectamente adaptada a las características topográficas de esta localidad de alta montaña, es un edificio de pequeñas proporciones; la planta presenta una única nave que se estrecha en la zona más próxima a la cabecera, de testero recto, que, por su parte, está ligeramente descentrada con respecto al eje planimétrico debido, precisamente, a esa adaptación al terreno. Esta pequeña iglesia de Camarmeña fue edificada en su totalidad con aparejo de mampostería, aunque los bloques pétreos presentan un aspecto más cuidado en las esquinas y en los vanos que en el resto de los muros. El lado norte de la cabecera fue una de las partes que más sufrieron, ya que, debido al fuerte desnivel del terreno, la cornisa se halla a apenas un metro del nivel del suelo, con lo cual, los canecillos de este lateral, todos ellos de aspecto geométrico con algunas incisiones en forma estrellada, están bastante deteriorados. Mejor conservados se presentan los canecillos del lateral sur, que se limitan a formas prismáticas. Al exterior, son los únicos elementos que pueden fecharse como románicos, pues la portada occidental se perdió al adosarse, en época moderna, un pórtico cerrado y cubierto a un agua. El volumen interior debe de corresponderse con el aspecto original del templo. I. Ruiz de la Peña sugiere la posibilidad de que la primera construcción, la mencionada por las fuentes documentales prerrománicas, se correspondiese con el espacio de la actual cabecera, y que en una ampliación durante la baja Edad Media adquiriera la forma actual. A pesar de sus pequeñas dimensiones, en época reciente se añadió un coro a los pies de la nave; pero lo más destacado del interior es el arco triunfal que da acceso al ábside. Se trata de un arco triunfal articulado en dos arquivoltas de perfil apuntado, ambas desornamentadas; los pilares que actúan como soportes, de cortas proporciones y apoyados en basas de volumen cúbico, se rematan en sencillos capiteles-imposta, sin ningún tipo de decoración o incisión. El muro meridional del ábside, que se cubre con bóveda de cañón también apuntada, está horadado por un pequeño vano de saetera; quedan restos de otro vano, hoy cegado, en el muro testero. En el interior del pórtico moderno, situada en el lado izquierdo, se halla una pila bautismal de aspecto extremadamente sencillo: se trata de una cuba simple, de 50 cm de altura y 72 cm de diámetro, sin pie y sin ningún tipo de decoración. Las pilas bautismales románicas conservadas en Asturias presentan en la mayor parte de los casos un aspecto similar, aunque pueden distinguirse varias etapas en base a la tipología; sin embargo, la ausencia de ningún otro tipo de apoyo visual o documental, no permite fechar la pila bautismal de San Pedro de Camarmeña en un momento más preciso del período medieval. Ciriaco Miguel Vigil hizo referencia, en el último cuarto del siglo XIX, a que en esta iglesia de Camarmeña existían “dos cruces de mérito y una campana de construcción remota”, elementos de los que hoy no se tienen noticias. La pequeña iglesia de San Pedro de Camarmeña sufrió algunas reformas en época moderna. Además del ya mencionado pórtico, se añadió, probablemente en época barroca, la espadaña que remata el imafronte, y los muros que delimitan el pequeño cementerio que se adosa al lado meridional de la iglesia. El interior de la iglesia, como hemos visto, se mantiene bastante fiel al original, con los únicos añadidos del coro, situado a los pies de la nave, y varios vanos en el paramento sur de la nave y la saetera de la cabecera. San Pedro de Camarmeña, un edificio de origen prerrománico, es uno de los ejemplos del tardorrománico rural mejor conservados de las montañas orientales.