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Interior desde los pies

Identificador
33828_01_020
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
María Fernández Parrado
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Vicente

Localidad
Castañedo
Municipio
Grado
Provincia
Asturias
Comunidad
Principado de Asturias
País
España
Descripción
ASENTADO EN EL ANTIGUO territorio de Pramaro, nombre dado a una de las tres demarcaciones en las que durante el medievo se dividía el actual concejo de Grado, el templo de San Vicente, conocido durante un breve periodo de tiempo como de San Bartolomé, aparece citado por primera vez en el año 921 en el falso testamento de Ordoño II por el que otorga varios bienes a la Iglesia de San Salvador de Oviedo, entre los que incluye In territorio Pramaro (...) secus flumen Cuuia ecclesiam Sancti Vicenti cum adyacentis et aprestatjonibus suis; templo que tradicionalmente se viene identificando con el de la parroquia de Castañedo, ya que en las tierras de la ribera del Cubia, en territorio de Pramaro, no se conoce otra advocación al santo mártir valenciano. El oscurantismo de las fuentes documentales, propio del alto medievo asturiano, se pone una vez más de manifiesto en este caso, ya que debemos esperar casi doscientos años para encontrar una nueva referencia a la iglesia de San Vicente. En 1104 Doña Iohannes y su hijo hacen entrega a la catedral de Oviedo de su parte en la ecclesia Sancti Vicenti territorio Pramarensi iusta aluem Cubie quod monasterium Santi Vicenti, de lo que se desprende que la institución pudo haberse constituido como “monasterio familiar” habitado por los propios donantes ya que en el citado documento, al donar una serie de villas, aclaran nos morantes in illo monasterio hebemus illas villas pergratum de episcopo Ovetense. Escasos son los restos medievales que hoy conserva la construcción, después de haber pasado a lo largo de los siglos por numerosas reformas, siendo una de las más desmerecidas la llevada a cabo entre las décadas de los sesenta y setenta del siglo pasado. La estructura general, rehecha en su mayor parte en el siglo XVIII manteniendo las proporciones y algunos elemento románicos, está formada de nave rectangular, cubierta de madera con plafón plano, y capilla cuadrada, con bóveda de medio cañón, separadas por un arco de triunfo de trazas neorrománicas, fruto de una de las ultimas intervenciones. El imafronte, donde se abre la portada principal, se remata con la clásica espadaña de dos pisos, en la que encontramos una campana fechada en 1780; momento que puede coincidir con la reconstrucción del templo. Completan el conjunto la sacristía y un pequeño pórtico, donde se abre la portada meridional, que al igual que el resto de la construcción han sufrido numerosas intervenciones complicando la posible datación de las piezas. Son las dos portadas del templo, de sencilla factura, donde las huellas del románico de Castañedo resultan más visibles. En los dos casos, siguiendo un modelo muy difundido en la zona, se componen de un sencillo arco de medio punto, sobre impostas desornamentadas, envuelto en guardapolvo, decorado con billetes en la portada oeste y con bocel moldurado en la sur; estos guardapolvos son los únicos elementos originales, ya que el resto de las piezas son de nueva construcción. También podrían pertenecer a la fábrica románica parte de los muros perimetrales de la nave, donde se abren cuatro saeteras, una en el muro norte y tres en el muro sur, hoy cegadas. La escasez de lo conservado y la falta de fuentes documentales impiden establecer una datación correcta del románico de San Vicente de Pramaro, que a la luz de los datos mencionados nacería como uno más de los templos prerrománicos del reino asturiano, para ser sustituido en un momento impreciso por una nueva construcción de estética románica, lo que a juzgar por ejemplos cercanos de características similares no podría situarse antes del siglo XIII, siguiendo así el románico arcaizante que parece haberse asentado en las tierras mosconas a la estela de la desaparecida iglesia de San Pedro de Grado que describe Miguel Vigil en 1879. Este templo, cabeza de la nueva villa, tuvo que haber sido construido no antes de 1256, si tenemos en cuenta, como sostiene Ruiz de la Peña, en su estudio sobre Las “Polas” Asturianas en la Edad Media, que la villa de la Puebla de Grado se fundó ex novo tras la concesión de la carta puebla, de lo que podemos deducir la llegada a la zona de un gran numero de artesanos para participar en su construcción.