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Lugar donde se asentó Villalaín

Identificador
34815_03_009
Tipo
Fecha
Cobertura
42º 45' 51.28'' , -4º 17' 53.10''
Idioma
Autor
José Luis Alonso Ortega
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

 

Localidad
Lomilla
Municipio
Aguilar de Campoo
Provincia
Palencia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
EL HOY DESPOBLADO DE VILLALAÍN se sitúa a unos 6 km al suroeste de Aguilar de Campoo, dentro del término de Lomilla de Aguilar. Las ruinas que viera, estudiara y publicara García Guinea en 1961 no son hoy sino un vago recuerdo. La iglesia de San Vicente se situaba en la ladera del monte, con un pronunciado desnivel, al borde del antiguo camino que unía las localidades de Perazancas, Lomilla y Vallespinoso. Hoy de la antigua Villa Flagino no quedan sino escasos vestigios dispersos sobre un trigal, a unos 2 km al oeste de Lomilla. La aldea de Villalaín pertenecía al antiguo alfoz de Aguilar de Campoo, y en ella tuvo posesiones el monasterio de Santa María la Real. En documento recogido por Serrano y González de Fauve se nos señala la donación, en 1020, por parte de la noble Cometissa de una uinea in uilla Flanie de Uetula Castella a favor del monasterio de Santa María. En la Estadística de la diócesis palentina de 1345 publicada por San Martín Payo se recoge en Villa Layn la iglesia de San Vicente, único testimonio de la advocación del edificio en época medieval. A mediados del siglo XIV el lugar era solariego de don Tello, según el Libro Becerro de las Behetrías. La obra que sobre el románico palentino publicara en 1961 Miguel Ángel García Guinea constituye la única referencia para el estudio de lo que fue la iglesia románica de Villalaín, pues actualmente sólo se detectan escasísimos vestigios superficiales que se reducen a restos de sillares con la característica labra a hacha y un fragmento de sarcófago. El templo, del que a mediados de este siglo ya sólo subsistían las ruinas de la cabecera, constaba de nave única rematada por cabecera compuesta de presbiterio rectangular, más estrecho que la nave, y ábside semicircular. Al exterior, el tambor absidal se reforzaba con una pareja de columnas entregas sobre altos basamentos prismáticos. Interiormente, un par de columnas adosadas recogía el arco de triunfo que daba paso al presbiterio rectangular, en cuyos muros se disponían dobles arcadas ciegas apuntadas, del tipo visto en Vallespinoso de Aguilar y Zorita del Páramo, aunque más sencillas. Dos vanos daban luz al interior, uno abierto en el centro del ábside y el otro en el muro sur del presbiterio. El cascarón del ábside y la presumiblemente apuntada bóveda de cañón del presbiterio se habían derrumbado ya cuando García Guinea realizó el estudio del edificio. Los capiteles del arco triunfal y de la arquería interior eran vegetales, decorados con hojas de agua de puntas vueltas y ramillete central, del tipo de los del interior de Zorita del Páramo, la nave de Vallespinoso de Aguilar o la portada de Pisón de Castrejón. Los cimacios eran lisos, alguno decorado con tetradripétalas inscritas en roleos y las basas de perfil ático y toro inferior aplastado y decorado con semicírculos, como en Vallespinoso de Aguilar. En general, tanto la arquitectura como la decoración nos hablan de un edificio de finales del siglo XII, tipológica y decorativamente relacionado con los anteriormente citados.