Identificador
33875_01_021
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
Diego Martínez Fuenteseca
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Arganza
Municipio
Tineo
Provincia
Asturias
Comunidad
Principado de Asturias
País
España
Descripción
SANTA MARÍA DE ARGANZA, que en la Edad Media fue un importante centro monástico, en la actualidad se encuentra en serio peligro de desaparición. Su fábrica está a punto de convertirse en una ruina, ha perdido la cubierta de la nave y sólo su presbiterio mantiene la bóveda original, en un estado deplorable. Su planta es de nave única rematada en ábside semicircular. Los muros son gruesos, compuestos de buenas piezas de mampostería. El acceso a la obra se efectúa por el lado oeste a través de una puerta de arco de medio punto formada por excelentes dovelas, de gran tamaño, que debió de sustituir a la portada románica original. También es fruto de una actuación posterior sobre el edificio la espadaña que remata el imafronte de la iglesia. En los muros del cuerpo de la nave, en su lado izquierdo, se sitúan a gran altura pequeños vanos de tipo saetera, pertenecientes a la fábrica primitiva, que se corresponden en el muro opuesto con otros dos abiertos más recientemente. Del mismo modo, sobre el paño derecho del ábside se ha practicado otro vano de derrame exterior, que contrasta con la primitiva saetera situada en la cabecera del templo. La cornisa del ábside es el único lugar donde aparecen canecillos, lisos y de perfil cóncavo. El tránsito de la nave al ábside se efectúa bajo un arco ojival, sin capiteles, que da las trazas a la bóveda de cañón apuntada del tramo recto del presbiterio, a la que sigue una bóveda de horno en el ábside. Bajo esta bóveda del presbiterio se conserva parcialmente una imposta moldurada. La techumbre empleada para la nave fue de armadura de madera. La obra original ha sido recrecida con elementos añadidos en la Edad Moderna. Además de la sacristía, emplazada en el lado izquierdo de la nave y comunicada con ella a través de una puerta adintelada, es preciso destacar la capilla adosada a la cabecera del templo y comunicada con ésta por un arco carpanel, que fue propiedad de la familia Franco-Flórez. Es de planta cuadrada, se cubre con bóveda corrida de medio cañón apuntado y acoge en su espacio un elemento excepcional por su rareza dentro de los templos asturianos: el sarcófago de un caballero yacente, cuya figura aparece esculpida en la gran losa de piedra que hace las veces de tapa del sarcófago. Es una figura tosca y rígida, que representa a un guerrero armado, con los brazos recogidos sobre el pecho y la espada envainada a la cintura. Pese a fecharse en el siglo XVII, la talla responde a esquemas artísticos arcaizantes, fruto de la mano de un maestro más popular que culto, según denotan la falta de proporciones y el acusado expresionismo. Por el borde de la tapa discurre una inscripción en al que se lee: AQUI YACEN SEPULTADOS PEDRO DE FRANCOS Y DOÑA MENCIA FLOREZ BALDES FUNDADORES Y SEÑORES DE ESTA CAPILLA. AÑO 1616. El templo de Arganza no conserva en su interior imágenes románicas, pero sí dos maltrechos retablos que se fechan entre los siglos XVI y XVII. También ha conservado restos de pintura; los más antiguos se pueden entrever en el interior del ábside a través de los desconchones existentes en las capas de pintura superpuestas. Estas pinturas, como todas las conservadas en los templos de la zona suroccidental asturiana, no son anteriores al siglo XVI, como tampoco las que se localizan en la nave en torno al ábside, más torpes de ejecución, que representan a Santa Águeda y Santa Lucía.