Pasar al contenido principal
x

Vista general de Sant Esteve de Paracolls

Identificador
25034_03_004
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.0336703,1.1263105
Idioma
Autor
Helena Soler Castán
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Esteve de Paracolls

Localidad
Artesa de Segre
Municipio
Artesa de Segre
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Esteve de Paracolls

Descripción

ARTESA DE SEGRE

Iglesia de Sant Esteve de Paracolls

El núcleo de Paracolls, formado por una serie de masías dispersas, como las de Espuellà y Batllevell, pertenece al municipio de Artesa de Segre, si bien en otro tiempo formó parte del antiguo patrimonio de Sant Cristòfol, pueblo ubicado en un llano entre la margen derecha del río Rialb y la carretera que va de Gualter a Folquer y Tremp. Es un paraje muy rocoso cercano al torrente de Torreblanca, en la ladera sur-oriental de la sierra de Comiols en el que se asentó un pequeño poblado troglodítico. Se accede a Paracolls desde la carretera que va de Artesa de Segre a Tremp, por un desvío señalizado a mano derecha a unos 3 km de Folquer. Se trata de una pista sin asfaltar la cual hay que descender hasta el final del barranco, desde donde se debe seguir a pie por una zona emboscada y escarpada hasta atisbar la silueta de la ermita encumbrada al otro lado del barranco. El viejo camino se ha borrado, cubierto por un bosque de pinos, robles y encinas, lo cual convierte el lugar en prácticamente inaccesible.

 

La primera noticia que hace referencia a la iglesia dedicada a san Esteban, es un documento fechado en 937 con la donación del conde Sunifred II de Urgell a los cenobios de Santa Cecilia de Elins y de Sant Cristòfol de Salinotes de unas parroquias y diversas propiedades entre las que figuraba Paracolls. Todas estas posesiones recibidas debieron constituir el patrimonio originario de Sant Cristòfol, templo en cuya consagración, llevada a cabo en 949, el obispo Wisad hizo entrega de las parroquias del castillo de Salinoves con sus dependencias, la cueva de Olivà y Paracolls. Más tarde, con motivo de la consagración y dotación del monasterio de Santa Cecília de Elins en 1080 se menciona la iglesia de Sant Esteve de Speluncella, topónimo que por haber perdurado hasta la actualidad en la cercana masía de Espuellà, ha llevado a algún autor a identificarlo con el templo de Paracolls.

 

La iglesia de Sant Esteve de Paracolls se distingue por la osadía de su emplazamiento, pues se erige sobre un escarpado saliente rocoso de difícil acceso, lo que le confiere un cierto aire defensivo y de vigilancia. En la actualidad se halla en estado ruinoso, la techumbre ha cedido en su totalidad, por lo que su interior ha quedado a la intemperie, lo que contribuye a un mayor grado de deterioro de sus estructuras arquitectónicas, que se ve acentuado por la aparición de una espesa vegetación que ha invadido el edificio. Se trata de una pequeña iglesia que presenta una planta formada por una nave rectangular que mide 4,60 m de ancho por 12 m de largo, y cuyo eje está ligeramente orientado al Noreste al estar condicionado por las circunstancias topográficas del enclave. La cabecera está compuesta por un ábside semicircular cubierto con bóveda de cuarto de esfera. Éste presenta en su exterior todas las características típicas del primer románico catalán. Se eleva sobre un potente zócalo que se apoya directamente sobre el irregular macizo rocoso y que sirve de base a las seis lesenas, que determinan cinco entrepaños coronados por sendas parejas de arquillos ciegos de medio punto que descansan sobre ménsulas lisas de forma trapezoidal y que se encuentran destruidos en buena parte. En el entrepaño central se abre una ventana abocinada de doble derrame y arco de medio punto cuyas dovelas están enmarcadas por una chambrana de piedras planas de forma rectangular. Los lisos muros laterales tan sólo ven rota su monotonía por los vanos que en ellos se abren. En el paramento sur se sitúa la única puerta de acceso, carente de cualquier atributo escultórico y resuelta con un arco de medio punto cuyas dovelas son de mayor tamaño que el resto del aparejo del edificio. En este mismo lienzo se abren dos ventanas, la más oriental, de doble derrame, simétrica e idéntica a su equivalente del muro norte. La otra, cercana a los pies del templo, es de un solo derrame y tiene forma de aspillera. La fachada occidental del edificio está parcialmente derruida en su mitad septentrional. Perpendicularmente a ella se erige un arruinado campanario de espadaña del que se conserva parte de uno de sus ojos formado por un arco de medio punto.

 

El aparejo está dispuesto en hiladas poco homogéneas de sillarejo bastante plano, no muy regular y labrado de forma bastante tosca. Tanto en sus paramentos laterales como en el ábside se conservan cuatro hileras de mechinales, algunos de los cuales llegan a traspasar el muro.

 

En el interior la nave originariamente estaba cubierta por una bóveda de cañón y dividida en tres tramos por dos arcos fajones con sus correspondientes pilastras. El ábside está enmarcado por un arco presbiterial de medio punto. A ambos lados del tramo oriental, y en el lado norte del central los muros están estructurados mediante sendos arcos formeros de medio punto. En la zona inferior de los muros norte y oeste se abren unos nichos de forma cuadrangular, que podrían estar destinados a servir de receptáculos de las ofrendas de los fieles, y de los que se encuentran ejemplos similares en templos cercanos como Santa Margarida de Munnar, la Mare de Déu del Remei de Oroners o Santa Maria de la Maçana. Cabe señalar la presencia de una pequeña hornacina junto a de la puerta, cuya parte superior está formada por dos losas dispuestas en forma de triángulo.

 

Estilísticamente el edificio pertenece al primer románico, por lo que se ha datado en el siglo xi. Presenta similitud con otras iglesias de la Baronia de Rialb en las cuales, de manera más o menos desarrollada, se manifiestan estas mismas formas, como ocurre en Santa Maria de Ramoneda. En la comarca de la Noguera mantiene una cierta afinidad con Sant Miquel de Alòs de Balaguer y Sant Serni de Vall-llebrerola.

 

Texto y fotos: Helena Soler Castán

 

Bibliografía

 

Bach i Riu, A. y Gabriel i Font, M., 1995, pp. 143-144; Catalunya Romànica, 1984-1998, XVII, pp. 198-199; Riu i Riu, M., 1964, pp. 177-189; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1984, pp. 425-426.