Identificador
              33119_02_003
          Tipo
          
      Formato
              
          Fecha
              Cobertura
              Sin información
          Idioma
              
          Autor
          María Fernández Parrado
              Colaboradores
          Sin información
              Edificio Procedencia (Fuente)
              País
              España
          Edificio (Relación)
              Localidad
              Belandres
          Municipio
              Grado
          Provincia
          Asturias
              Comunidad
              Principado de Asturias
          País
              España
          Descripción
              AL NORESTE DEL PUEBLO se toma el sendero que campo a través lleva hasta el alto donde se alza la ermita de San Julián. En este privilegiado emplazamiento, dominando una amplia panorámica del territorio circundante, se localiza un interesante conjunto de vestigios arqueológicos que, a la espera de un estudio profundo, denota una fuerte presencia humana desde épocas tempranas. Recoge Madoz que la capilla de San Julián “(...) según la tradición, fue iglesia parroquial en tiempos de los godos (...); en sus inmediaciones se ven aún cimientos y trozos de pared con varios sepulcros; al oeste de la capilla se halla un promontorio de escombros y argamasa, restos de un fuerte o castillo que se cree perteneció al infante D. Pelayo, cuyas armas están figuradas en el arco principal de la ermita, y al este, se ven también escombros pertenecientes a la gran casa llamada de las Novenas”. Responde la capilla a esquemas propios de un románico popular, tosco e ingenuo, pero lleno de encanto, cuya pervivencia en el ámbito rural asturiano, muchas veces extendiéndose hasta los siglos XIV y XV, dificulta la datación precisa de la obra. Su estructura, de reducidas y proporcionadas dimensiones, sigue el modelo de nave única cubierta con armadura de madera dispuesta a dos aguas y ábside semicircular abovedado al que se accede por un sencillo arco de triunfo, hoy, como el resto de la capilla, encalado. En dos de las dovelas de este arco aparecen tallados un rostro humano y dos cruces, símbolos a los que quizás se refiriera Madoz como armas del infante D. Pelayo.
           
        
    