Identificador
              39011_01_010n
          Tipo
          
      Formato
              
          Fecha
              Cobertura
              43º 29' 18.73'' , -3º 37' 34.94''
          Idioma
              
          Autor
          Esteban Sainz Vidal
              Colaboradores
          Sin información
              Edificio Procedencia (Fuente)
              País
              España
          Edificio (Relación)
              Localidad
              Ajo
          Municipio
              Bareyo
          Provincia
          Cantabria
              Comunidad
              Cantabria
          País
              España
          Claves
          
      Descripción
              ALGÚN RESTO ROMÁNICO, ya tardío, nos queda en Ajo del santuario de San Pedro de Sopoyo, lo que prueba que en este municipio de Bareyo hubo un foco pregótico que debió de afectar a varias iglesias y monasterios más viejos. Aunque muy poco significativos en su expresión artística, al menos testifican una labor constructiva románica que, prácticamente, casi ha desaparecido ante las ampliaciones y reformas desde el siglo XIV y XV. La iglesia que ahora consideramos, tuvo una cabecera rectangular, que, tal vez románica, fue modificada en el XV, y a ella se la añadieron una nave de tres tramos más anchos hacia el poniente, que se unirían a un testero donde se colocó la puerta antigua, que ocuparía otro testero más viejo, y fue trasladada al actual, y es la que parece conservar una traza de románico de inercia. Esta puerta, aunque parece reformada posteriormente, conserva aún el medio punto en su arcadura, aunque carece ya de arquivoltas, si las llegó a tener. Los únicos signos románicos, ya muy avanzados, quedan en los cimacios, que sostienen los salmeres, que están decorados con dientes de lobo y dos filas de cabezas de clavo, circulares. También se adorna con dientes del mismo tipo el borde de la arista del intradós del arco. Gran parte de las cornisas de los muros de la iglesia gótica, que enmascaró la vieja románica, conservan canecillos de esta última, casi todos sencillos de cuarto de bocel, lisos, de caveto con rollo o sin él, y uno con un manifiesto falo, tan repetido en la cantería románica. El interior de la iglesia mantiene cubiertas góticas de cinco claves, que tal vez puedan asignarse al siglo XVII.
           
        
    