Pasar al contenido principal
x

Capitel de la portada

Identificador
33392_01_012
Tipo
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
Pedro Luis Huerta Huerta
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Félix

Localidad
Porceyo
Municipio
Gijón
Provincia
Asturias
Comunidad
Principado de Asturias
País
España
Descripción
DE LA IGLESIA ROMÁNICA de San Félix de Porceyo, que también recibe popularmente el nombre de San Félix de Taranes o de Veranes, quizá por confusión con el cercano yacimiento arqueológico, sólo se conserva la portada occidental, quedando el resto de la iglesia completamente alterado por reconstrucciones posteriores. Esta iglesia debió de tener algún tipo de relación con la vecina de Cenero, y quizá también con la iglesia de Serín, pero su portada es mucho más sencilla y tosca que las de éstas, y quizá también debió de ser algo posterior, probablemente por tratarse de una iglesia construida con una finalidad muy concreta: la de suplir una carencia en un momento de aumento de la población de la villa en la que se sitúa, que haría necesario levantar un templo propio. La portada conservada es de pequeñas proporciones, como también debió de serlo el templo, de una única nave, ya que los espesos muros y contrafuertes del cuerpo de la nave parecen, a pesar de la carga moderna que los recubre, los originales. La portada se estructura en tres arquivoltas de medio punto, sin guardapolvo, las dos exteriores molduradas por boceles, y la interior completamente lisa, todas ellas apoyadas sobre una línea de imposta también moldurada por boceles. Las columnas interiores son entregas y carecen de capiteles. Las columnas que miran hacia el exterior se rematan en capiteles historiados, de talla bastante tosca, pero con interesante iconografía, alusiva a los vicios: en el capitel de la izquierda se representa el coito entre un cuadrúpedo y un animal fantástico, con cola de ardilla y garras y pico de ave; en el capitel derecho aparece, torpemente tallada, una figura humana de anatomía un tanto desmañada y desproporcionada, posiblemente un hombre, arrodillado y sujetando con sus manos un animal, cuyo cuerpo es apenas identificable, pero que destaca por el ostentoso plumaje de su cola, que rodea al hombre por su espalda, por lo que pudiera tratarse de un pavo real, en clara alusión a la vanidad humana. Aunque es difícil precisar su cronología, la idea sostenida por Fernández Conde acerca de la conveniencia de construir un templo en aquellas localidades en crecimiento, unido al aparente silencio documental, así como a las propias características de la portada conservada, hacen pensar en una obra tardía, realizada en el transcurso del primer tercio del siglo XIII por un taller modesto que se mueve por la zona rural asturiana.
Imagenes relacionadas