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Capiteles del interior

Identificador
34490_01_002
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 12' 52.82'' , -4º 20' 34.55''
Idioma
Autor
José Luis Alonso Ortega
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Juan Bautista

Localidad
Santoyo
Municipio
Santoyo
Provincia
Palencia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LA IGLESIA DE SAN JUAN BAUTISTA, declarada Monumento Nacional el 25 de agosto de 1978, se encuentra en el centro del casco urbano, precedida de un espacioso atrio ceñido por un pretil que en el lado meridional se abre con una escalinata monumental. Su construcción se llevó a cabo a lo largo de los siglos XV y XVI aprovechando parte de la vieja estructura románica. Consta de tres naves y crucero cubiertos con bóvedas de crucería con terceletes y una gran cabecera de planta poligonal con bóveda de crucería estrellada. Del primitivo templo, de la segunda mitad del siglo XII, sólo se conservan los muros meridional y septentrional de las naves así como los soportes interiores de esa zona del templo. En la segunda mitad del siglo XV se inició la gran reforma que cambió por completo la fisonomía de la iglesia, se construyó la torre y el coro que debió realizarse entre 1480 y 1490. Poco tiempo después se construyó el ábside cuyas trazas parecen inspiradas en la capilla del Condestable de Burgos que Simón de Colonia había terminado en 1495. Gómez Moreno y Azcárate apuntan la autoría de la gran cabecera a Martín Ruiz de Solórzano, que entre 1504 y 1506 era maestro de obras de la catedral de Palencia. En 1526 ya estaba terminado el pórtico meridional y entre 1543 y 1550 se completa la nave del crucero y la sacristía. En el siglo XVIII se construyó la entrada septentrional, se reformó el coro (que debía estar acabado en 1749) para instalar el órgano, el cuerpo octogonal que cobija la escalera al coro y la habitación en la esquina suroeste que ocupa el archivo. De la antigua construcción románica se conservan los cuatro pilares correspondientes a los dos últimos tramos de las naves, aunque sólo uno de ellos mantiene su aspecto original consistente en un zócalo circular sobre el que se eleva un soporte de sección cruciforme con una semicolumna adosada en cada frente. De la misma época son también los soportes adosados a los muros del evangelio y de la epístola compuestos por pilastras con semicolumnas coronadas por capiteles. En altura destaca la torre situada en el hastial y de cronología gótica. Se trata de una maciza torre cuadrada con tres cuerpos perforados por troneras apuntadas y un remate almenado posterior. En el exterior, en un tramo del muro septentrional delimitado por dos contrafuertes y sobre una imposta decorada con dientes de sierra, se abre una ventana románica formada por guardapolvo decorado con puntas de diamante y una arquivolta de medio punto con moldura de bocel que apoya sobre una pareja de columnas. La del lado derecho presenta fuste helicoidal y capitel figurado de tosca factura que re p resenta a dos animales unidos por los cuartos traseros. El cimacio correspondiente muestra motivos vegetales en forma de arquillos. La otra columna y capitel presentan un lamentable estado de conservación que impide precisar el tipo de decoración. En el interior este vano repite un esquema similar, con la columnilla derecha recorrida por una banda en zigzag y el capitel correspondiente decorado con labores de cestería, mientras que en el cimacio lo hace a base de motivos vegetales y una figura humana recostada. En el capitel izquierdo se representa una máscara y en el cimacio un personaje atacado por dos animales que le muerden los brazos. En el muro del mediodía se abre otra ventana de idénticas características pero en peor estado de conservación. Sólo el capitel izquierdo del exterior y su correspondiente del interior se conservan en un estado aceptable. El primero de ellos está decorado con una máscara en la esquina de la cesta de la que cuelgan tallos y el del interior con grandes hojas de talla muy tosca. Alguno de los canecillos que sujetaban la cornisa románica fueron reaprovechados en las bóvedas -éstos fueron depositados en el interior del templo- y están decorados con una cabeza de bóvido, figuras de hombres, un pájaro y un modillón. En los soportes interiores románicos se encuentran algunos capiteles e impostas decorados: un capitel tiene dos animales simiescos tallados que muerden la cabeza de un hombre y en el otro lado una gran cabeza común a dos cuerpos. Otros capiteles se decoran con diversas clases de hojas de acantos muy esquemática y bolas rematando acantos ramificados. El talante de estas tallas es denodadamente rural, propia de canteros locales y con una datación tardía.