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Pórtico de Santa Margarida o Sant Ponç de Vilarnau

Identificador
17117_06_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41.907237, 3.171661
Autor
Ana Victoria Paul Martínez
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Santa Margarida, o Sant Ponç de la Vilarnau

Localidad
Palafrugel
Municipio
Palafrugel
Provincia
Girona
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Santa Margarida o Sant Ponç de Vilarnau

Descripción

PALAFRUGELL

 

El municipio de Palafrugell, con una extensión de 27 km², se localiza en el sector central y más característico de la Costa Brava, accidentado por los contrafuertes de las Gavarres y por el macizo de Begur.

 

La villa de Palafrugell está situada en el centro del municipio, que cuenta además con los vecindarios rurales de Santa Margarida y de Ermedàs, el santuario de Sant Sebastià de la Guarda y el pueblo de Llofriu, a los pies del paraje boscoso de las Gavarres, además de los núcleos de las bellas calas de CalellaLlafrancTamariu y Aigua Xelida.

 

La carretera C-66 de Palafrugell a Girona atraviesa el sector oriental del término y pasa cerca de Llofriu. La villa de Palafrugell se comunica por medio de dos cortos ramales. En este lugar se inician las carreteras comarcales de Palafrugell a Torroella de Montgrí y de Palafrugell a Begur. Una trama de carreteras locales comunica Palafrugell con las poblaciones marítimas de su término.

 

Los vestigios arqueológicos hallados en la zona dan fe de su pasado, destacando los elementos del neolítico, el dolmen de Can Mina dels Torrents, la cerámica íbero- romana, o las diversas piezas halladas en el poblado romano de Llafranc.

 

La primera noticia documentada del lugar data del año 988, en concreto del testamento de una dama llamada Ermengarda, quien donó sus posesiones en Palatio Frugelli al monasterio gerundense de Sant Pere de Galligants. Más adelante, en 991, se cita de nuevo un alodio en Palaz Frugello en el testamento del conde Borrell II de Barcelona. Posteriormente, se suceden las menciones en diversos documentos testamentarios, de cesiones o privilegios.

 

Texto: MJV

 

 

Capilla de Santa Margarida, o Sant Ponç de la Vilarnau

 

La capilla de Santa Margarida (también conocida como Sant Ponç de la Vilarnau), se encuentra en el centro del vecindario homónimo, cuya formación consta de casas y caseríos emplazados en la cima de una colina situada a poco más de 1 km de distancia  de Palafrugell. Para llegar, debe seguirse la antigua carretera que conduce de Palafrugell a  Llafranc, paralela a la nueva autovía. La capilla se encuentra junto a un manso, Can Borrull, del que forma parte la llamada torre de Santa Margarida, una estructura defensiva construida en el siglo xvii. El conjunto queda justo al lado de la carretera.

 

El templo debió estar dedicado en origen santa Margarita, advocación que aparece también, compartida con el titular san Martín, en la iglesia parroquial de Palafrugell, de la cual depende la capilla. En una época posterior, indeterminada, el templo debió cambiar de advocación y ser consagrado su altar a san Ponce; el topónimo Vilarnadal, vinculado a esta segunda advocación, está documentado ya en 1121 (en el testamento de Berenguer Amat, señor de Sant Sadurní de l’Heura) y se asocia al mismo vecindario de Santa Margarida. Del templo no parece haber documentación alguna de época antigua. En 1401 se la califica de ermita en una visita pastoral, y luego conocemos, ya en el siglo xvii, como fue ocupada por los tercios castellanos en 1640, durante la guerra de los Segadores. El acta de otra visita pastoral, de 1829, consigna que el templo estaba  “adornado con ara decentemente y además había cáliz de plata y ornamentos necesarios para la misa”. En una visita pastoral posterior, de 1920, consta que la capilla albergaba un retablo antiguo, que el obispo gerundense Francesc Mas consideraba una “joya arqueológica”. El templo fue incendiado en 1936, y se quemó todo su mobiliario litúrgico.

 

La apariencia actual de Santa Margarida es consecuencia de una profunda restauración llevada a cabo por sus propietarios a comienzos de la década de 1980. Antes de dicha reforma, el edificio presentaba una nave de planta rectangular en la que se distinguían claramente dos tramos, separados por un arco fajón apoyado en pilastras adosadas a los muros, con impostas biseladas. El tramo oriental, cerrado por un simple muro plano a modo de cabecera, cubría con techumbre de madera, mientras que el occidental disponía de una bóveda de cañón. Tanto la fachada como el pórtico que la precedía eran obra posterior, fechadas por inscripción (en el dintel de la puerta) a comienzos de siglo xviii. En realidad, solo el muro septentrional, de unos 14 m, correspondía a la obra medieval primitiva, alzado con sillarejo calcáreo de tamaño mediano o pequeño, y dispuesto en hiladas algo irregulares. En el sector oriental, el aparejo es de menor calidad, con algunas hiladas en opus spicatum; se abría una pequeña puerta de solo unos 70 cm de alto, tapiada y reformada, pero en la que se percibía una coronación en arco de herradura. Ni el muro testero ni el meridional, en el que se abría una ventana rectangular con dintel fechado en 1592, eran ya tampoco de época primitiva.

 

En las reformas de 1980, toda la parte oriental de la capilla fue derrumbada, de modo que la estructura del templo quedó reducida prácticamente a la mitad; se añadió un ábside poligonal para cerrar el tramo conservado, que es el cubierto con la bóveda de cañón, de modo que el antiguo arco fajón queda hoy como arco triunfal. Durante la intervención, al retirar el rebozado de las paredes de la nave, se descubrió la puerta del muro sur de la capilla, que, tapiada y transformada en una hornacina, presenta un arco de medio punto con pequeñas dovelas. En sus muros también se pusieron de manifiesto unas incisiones, efectuadas con la misma paleta, que intentan imitar un aparato de mampostería careada, solución muy común en el paramento románico primitivo conformado por ordinaria masonería. En el exterior, el muro meridional fue reforzado por otra pared, lo que inhabilitó la mencionada abertura, y se añadieron dos contrafuertes en talud al costado norte.

 

El análisis de los restos conservados y no conservados del templo, permiten reconocer en Santa Margarida dos fases constructivas medievales, además de varias reformas de época barroca. El sector oriental del templo, ya desaparecido, parece que era una estructura prerrománica, mientras que el sector occidental abovedada corresponde a una construcción posterior, probablemente del siglo xi.

 

Al sur de la capilla  hay un espacio vallado, popularmente conocido como el Cementiri (el cementerio), cuya pared, actualmente en el interior de un espacio privado, presenta una larga hilada de opus spicatum que se podría relacionar con el tramo derrocado del muro norte del templo.

 

Texto y fotos: Ana Victoria Paul Martínez

 

 

Bibliografía

 

Badia i Homs, J., 1983, pp. 61-80; Badia i Homs, J., 2007a, pp. 113-115; Catalunya Romànica, 1989, VIII, pp. 223-227; Marquès i Planagumà, J. M., 1996a, pp. 35-67.