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Vista exterior del ábside de Santa Maria de Plandogau

Identificador
25150_02_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41.8218508,1.1628321
Idioma
Autor
Juan Antonio Campos
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Santa María del Coscó

Localidad
Coscó
Municipio
Oliola
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Santa Maria del Coscó

Descripción

­­­­OLIOLA

                                            Iglesia de Santa Maria de Coscó

La iglesia de Santa Maria está situada en el centro del núcleo urbano de Coscó, un pequeño pueblo que, aunque pertenece al término municipal de Oliola, se encuentra algo alejado de éste, a unos 15,5 km, en la sierra de Montclar, en un bonito paraje rodeado de montañas, campos de cultivo y granjas. Se puede llegar bien desde Agramunt, cogiendo la carretera que va hacia Les Puelles y se dirige al pueblo desde el Sur, o bien desde Cabanabona, por la estrecha vía que lleva a la ermita de Sant Pol y que, tras dejarla atrás, en unos 10 km, pasa por Coscó.

 

A Santa Maria de Coscó le sucedió, como a muchas otras iglesias de la zona, que, tras las correspondientes donaciones testamentarias, acabó dependiendo de la importante canónica de la Seu d’Urgell. Existen numerosas referencias documentales que aluden al pueblo de Coscó, la primera, un texto de 1056 en el que se discuten los límites entre su castillo y el de Cabanabona. Durante los siglos xii y xiii Coscó vuelve a aparecer citado en numerosos escritos en los que no se menciona directamente el templo que, desde muy pronto, se convirtió en iglesia parroquial.

 

La iglesia de Santa Maria es fácilmente visible desde la lejanía, ya que se encuentra emplazada en un promontorio que, además, está ligeramente desnivelado, lo que obligó a adaptar el edificio a la irregularidad del terreno. Su estructura está formada por una gran nave longitudinal de planta rectangular, de unos 20 m de largo por unos 8 m de ancho, y por un ábside semicircular liso. En el exterior del templo se aprecian pocos elementos románicos que no hayan sido modificados, por lo que el ábside, al haber preservado su estructura original, es la parte más interesante. Está cubierto con una cúpula de cuarto de esfera en su interior y techado, en su exterior, con un sencillo tejado de losas. No tiene ningún tipo de decoración y posee una única ventana, de doble derrame y arco de medio punto, centrada y bastante elevada. La estructura interna del ábside queda oculta tras el altar, y su espacio ha perdido la función sagrada, ya que se utiliza como almacén y cuarto de luces. Mientras que en las partes inferiores de su paramento exterior, de la base al arranque de la ventana, se utilizó un aparejo compuesto por sillarejo de tamaño medio, algo irregular y dispuesto ordenadamente en hiladas horizontales, la parte superior, en cambio, se realizó con sillares algo más grandes, mejor trabajados y escuadrados, y dispuestos también en hiladas horizontales, aunque igualmente heterogéneos en sus dimensiones. Aunque esta diferencia podría hacer pensar que se trata de una construcción realizada en dos fases diferenciadas, algunos autores coinciden en afirmar que no es así, que se debe más bien a una evolución de la técnica constructiva, y que los arquitectos simplemente experimentaron con estas nuevas soluciones formales. Finalmente, se aprecia en algunas zonas de la parte inferior una piedra nueva y de distinto color, que es la que se utilizó en la restauración de aquellas partes que estaban en peor estado. 

 

Durante los siglos xviii y xix se realizaron unas importantes obras de ampliación del templo hacia el Oeste, las cuales modificaron sustancialmente su apariencia. Se incorporaron el lado sur, una sencilla estructura, más o menos cuadrada, que se adosa al muro a la altura del ábside y que funciona como sacristía, una torre campanario en el extremo suroeste, de planta cuadrada con cuatro ventanas abiertas en lo más alto, y un nuevo muro totalmente liso que cerró el edificio por poniente. Antiguamente existió un cementerio, hoy desaparecido, adosado al muro norte, al cual se accedía desde la nave por una puerta que fue cerrada posteriormente, y de la cual aún hoy en día son visibles sus vestigios. La nave está techada a dos aguas. El acceso al templo se sitúa en el extremo suroeste, donde una sencilla escalinata salva el desnivel hacia una puerta, que data del siglo xvi.

 

En el espacioso interior de Santa Maria, la bóveda de cañón que cubre la gran nave está reforzada con tres arcos fajones del mismo perfil semicircular, que la compartimentan en tres tramos. Esos grandes arcos descansan sobre sendas pilastras adosadas a los muros laterales, que son gruesos y sólidos, lo suficientemente anchos y resistentes como para aguantar el peso de una cubierta tan grande. Posiblemente esa es la razón por la que existen sólo cuatro pequeñas ventanas, que no debilitan la solidez de los muros, pero que provocan que la nave sea bastante oscura. Las reformas de los siglos xviii y xix también transformaron el interior del edificio, ya que incorporaron novedades tardobarrocas y neoclásicas que lo dotaron de un ecléctico aspecto que provoca que hoy en día, a primera vista, pocos elementos recuerden su estilo románico primigenio. Si se exceptúa la bóveda, casi todos los elementos que son visibles o bien pertenecen a épocas posteriores a la románica o bien ocultan alguna estructura original. Así, los muros aparecen recubiertos de yeso, rematados con molduras clásicas, y pintados de un frío blanco que contrasta y combina con los detalles dorados de las volutas y del retablo del altar. En los laterales se abrieron, a modo de capillas laterales, grandes y profundas hornacinas de perfil semicircular que acogen altares y la imagen de algunos santos. La zona del altar es igualmente moderna. Se sitúa en la boca del ábside y está ligeramente peraltada por un escalón que la eleva del resto de la nave. Detrás del altar se levanta un retablo barroco sobre un vano que arranca exactamente en el arco presbiterial, y separa y esconde la zona absidal del resto de la nave, mientras que en el otro extremo de la nave, justo encima de la puerta, se construyó un coro. El estado de conservación de la iglesia es bastante bueno. Aunque algunos muros aparecen agrietados parece ser que la estructura del edificio no se ha visto afectada en demasía por el paso del tiempo. Además, la eficaz rehabilitación de algunas zonas, como el ábside, y el reciente acondicionamiento del entorno del edificio, han contribuido a mantener y mejorar su estado y su aspecto. Se ha datado la construcción de este edificio en el siglo xi.

 

Texto y fotos: Juan Antonio Campos - Plano: Marta Buira Ferré

 

Bibliografía

 

Bertran i Roigé, P., 1979, II, p. 313; Catalunya Romànica, 1984-1998, XVII, p. 381; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1984, p. 513.