Identificador
26065_02_001n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 37' 20.85'' , -2º 57' 45.32''
Idioma
Autor
Sin información
Colaboradores
Sin información
Derechos
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Galbárruli
Municipio
Galbárruli
Provincia
La Rioja
Comunidad
La Rioja
País
España
Descripción
ESTE TEMPLO, UBICADO EN LO ALTO del pueblo en un bello emplazamiento desde el que se observa todo el valle y la grandiosa peña de Cellorigo, fue originalmente tardorrománico de la segunda mitad del siglo XIII y comienzos del XIV, y actualmente muestra un aspecto muy rehecho debido a las modificaciones sufridas en los siglos XVI-XVIII, y a las restauraciones del XX. De su época primitiva de los siglos XIII y XIV, con influencia del arte cisterciense debido a esa pertenencia al monasterio bernardo de Santa María de Herrera, sólo conserva los muros exteriores, en los que probablemente se reutilizaron materiales de construcciones anteriores. Es un pequeño edificio de carácter rural con sillería no muy bien trabajada, cabecera rectangular más estrecha que la nave pero de la misma altura, cubierta con bóveda de arista y dos capillas en arcosolio que recuerdan a la cabecera de la ermita de Santa María de Sorejana en Cuzcurrita, un arco triunfal de medio punto, y una nave de tres tramos cubierta con bóvedas de lunetos posteriores y rematada en el hastial oeste en una espadaña de la misma anchura, en forma de paralelepípedo. En origen no debió de concebirse para tener bóvedas, sino para cubrirse con techumbre de madera, pues sus muros no poseen contrafuertes. Sus dos capillas se realizarían todavía más tarde; la de la epístola o lado sur se abre en arcosolio de medio punto y la del evangelio o lado norte en arcosolio apuntado. La portada principal se sitúa en el segundo tramo sur de la nave. Todavía quedan en el muro las huellas del pórtico que la protegía. Es sobria, sin adornos, en arco apuntado con un guardalluvias abocelado. Hay otra secundaria en el muro norte, de medio punto y actualmente cegada, que da la sensación de haber sido originalmente de herradura. Los restos románicos más destacables de todo el edificio son los canecillos del muro sur de la nave, con el perfil cóncavo, de nacela, y decorados con esquemáticas pero graciosas e ingenuas tallas. De izquierda a derecha hay uno aquillado, otro con cuatro cuadrifolios, una hoja de cinco lóbulos, que parece de roble, un reptil, -quizás lagartija o hurón-, una figura humana casi perdida, un orante o mártir con los brazos alzados para orar o clavados sufriendo martirio vestido con faldoncillo y cinturón, un caballero de perfil con el escudo cristiano en forma de cometa y lanza en ristre, un monje encapuchado sujetando un libro abierto con una mano y alzando la otra en actitud de bendecir, una pareja de cuadrúpedos superpuestos copulando (o quizá un cazador con su presa), una forma geométrica curva que cobija en su interior a una figurilla humana, una pareja abrazada, un cuadrúpedo inidentificable -quizá becerro-, una cabeza de oveja, otro reptil semejante a una lagartija o a un hurón, un barril, un modillón liso con forma de nacela y en último lugar un animal monstruoso con grandes dientes afilados. La cornisa de tejaroz es lisa. Los canecillos del muro norte de la nave, que quizá se desmontó entre los siglos XVI y XVIII, han desaparecido. Los de la cabecera son mensulones góticos lisos con perfil convexo, en cuarto bocel. En el centro del testero oriental hay un rosetón de estilo gótico, inscrito en un doble marco circular con aristas sin molduras. En el centro se sitúa una tracería calada que adopta la forma de un círculo central con seis más pequeños dispuestos a su alrededor formando una flor o estrella hexalobulada. Todo ello se cierra con cristales traslúcidos modernos con dibujos, que en el círculo central semejan a una estrella de David o sello de Salomón, y en los laterales foman dos estrellas de seis rayos, dos cruces en aspa, una cruz vertical, un círculo y una media luna. La espadaña del hastial oeste tiene forma de paralelepípedo rematado a dos aguas y dos vanos rectangulares para las campanas, aunque quizá tuvo tres originalmente. Es similar en algunos aspectos a la de la iglesia de San Julián en Castilseco: como ella, se sitúa en el hastial oeste, es de la misma anchura que la nave, en origen podría datar de la misma época -siglos XIII o XIV-, y en el siglo XX sufrió una profunda reforma. Las únicas espadañas medievales que quedan en la zona aparte de estas dos son las de las ermita de Santa María de Ajugarte en Casalarreina y Santa María de Legarda en Ochánduri. Todas las demás estructuras de la iglesia de Galbárruli son posteriores: la sacristía en el muro norte de la cabecera y la capilla de los López de Bastida en el primer tramo de la nave, también al norte, se añadirían en el siglo XVI, y las bóvedas de lunetos en el XVII o XVIII. Una restauración en el XX afectó a la fachada oeste, que se reforzó con cuatro contrafuertes; a la espadaña, que se cerró dando sensación de torre al suprimir su piñón de remate y se le añadió un balconaje en su lado oriental; al pórtico sur, que fue demolido por hallarse en ruinas; y a las bóvedas, que se rehicieron. En los años setenta se restauró su interior, retirándose el retablo principal, barroco de la segunda mitad del XVIII. En 2004 se restauró de nuevo bajo la dirección técnica de Gerardo Cuadra Rodríguez. En esta ocasión se colocó una cubierta ligera de cobre inclinada, para poder mantener las bóvedas; se restauró la espadaña-campanario, rematándose a dos aguas con el mismo perfil de la cubierta de la nave, y reconstruyéndose el balcón con perfiles actuales; se completaron diversas cornisas de la sacristía y capilla septentrional con piedra artificial; se limpió el resto de la fachada norte, pues la hiedra que la invadía estaba produciendo graves daños en la fábrica; se arreglaron grietas de la fachada sur; y se restauró el interior mejorando el tratamiento de las paredes, limpiando el coro bajo y acondicionando la entrada al husillo de la espadaña. Arquitectónicamente, la iglesia de Galbárruli pertenece al grupo de edificios románicos de la zona, con cabecera cuadrangular, como los de Cuzcurrita, Sajazarra, Casalarreina y Cellorigo. En cuanto a escultura, la de esta iglesia sería obra de algún cantero local, que trabajó lejos de la influencia de los otros talleres de la comarca. El templo conserva una pila bautismal contemporánea del mismo, en la única capilla del lado del evangelio, adosada al muro norte del primer tramo de la nave, que hoy sirve de baptisterio o capilla bautismal. En los siglos XIX y XX estaba ubicada en un baptisterio que se situaba entre los contrafuertes occidentales. Es una pieza románica tardía y popular de la segunda mitad del siglo XIII o XIV, como la iglesia. Mide 104 cm de altura total x 80 cm de diámetro del brocal, y 61 cm de altura del pie x 43 cm de altura de la taza. Presenta tipología en copa. El pie, tapado parcialmente por la tarima, tiene una basa cilíndrica rematada en un bocel y un alto fuste también cilíndrico de diámetro irregular, terminado en otro bocel muy fino; la taza es más o menos semiesférica. Su estado de conservación no es muy bueno pues da la impresión de haber sido retallada.