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Vista general de la iglesia

Identificador
39094_02_023n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 49' 6.76'' , -3º 54' 31.86''
Autor
Pedro Luis Huerta Huerta
Colaboradores
Sin información
Derechos
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de Santa María

Localidad
Arenillas de Ebro
Municipio
Valderredible
Provincia
Cantabria
Comunidad
Cantabria
País
España
Descripción
ESTA IGLESIA, DE REDUCIDAS DIMENSIONES, podemos considerarla como una de las más típicas, en su construcción, de los monumentos religiosos de Valderredible, cuyos concejos o hidalgos benefactores no solían exagerar las medidas más allá de las necesidades que un grupo reducido de vecinos exigía, en esos años de mediados del siglo XIII, que es cuando parece que se construyeron gran parte de las iglesias vallucas. Esto lo comprobamos porque pronto, ante el aumento de la población, han de agrandarse y reformarse, tanto en altura como en extensión, muchas de ellas, en los siglos XVI y XVII, y ello fue la causa de que en gran parte perdiesen, no sólo el atractivo humilde de lo románico, sino muchos elementos característicos de este estilo. No parece ocurrió así en esta iglesia de Arenillas, pues su planta y su alzado, aunque sin pretensiones, mantienen, casi intactas las posibilidades y necesidades de aquellas gentes medievales en una sociedad rural que vivía al límite de sus exigencias más perentorias. Y por ello resulta el interés de esta capilla, parroquia o ermita, que se nos muestra con las características distintivas de un momento, pero que se repitieron en Valderredible en esos finales años de despedida del arte románico en los que los primeros anticipos del gótico estaban llegando a nuestro valle: iglesias de una sola nave rectangular, generalmente de baja altura (4 a 5 m), todas de sillería (como lo son las mismas casas de los campesinos, y ello por la facilidad de poder utilizar la caliza arenisca tan abundante en la zona); cabecera o ábside rectangular o cuadrado –sin duda por la influencia de las corrientes cistercienses entonces vigentes– un poco más baja que el tejado a dos aguas, generalmente cubierto de madera, de la nave. El presbiterio, sin embargo, solía llevar bóveda de sillería de cañón apuntado que carga sobre impostas tan sólo molduradas. Lo mismo que el arco triunfal, que le vemos en algunos casos apoyar en pilares prismáticos, por medio de cimacios únicamente biselados o moldurados. Este último es el caso de Arenillas. Otras iglesias, mantenedoras aún, por inercia, de los recuerdos románicos, siguen utilizando capiteles románicos típicos o con cestas con decoraciones más simples y gotizantes. Ninguna de estas iglesias populares, pero transitivas, dejan de colocar en el hastial de occidente la atractiva espadaña, de dos o tres troneras, también de sillería, por lo general. De este tipo es la reducida iglesia de Arenillas de Ebro que, en un simple vistazo apreciamos su sencilla construcción. La puerta, como es casi general del románico rural, se abre en el paramento meridional de la nave, siendo por lo común muy austera y sobria, como es la de Arenillas: chambrana resaltada, con corte de escocia apuntada, como el arco de entrada, que en el salmer derecho lleva, como sobresellada, una cruz de Malta inscrita en círculo. Ambas dovelas apoyan sobre largos cimacios, moldurados con tres listeles horizontales. No hay más decoración. Las jambas, izquierda y derecha, formadas por dos grandes bloques verticales y prismáticos. La puerta se abre en la línea del muro, sin anticiparse, como suele verse en el románico más clásico. Nave y cabecera llevan cornisa nacelada sostenida por canecillos de caveto o cuarto de bocel, muy simples, sin ninguna concesión figurativa. Exteriormente, la nave y la cabecera se separan por reducido contrafuerte prismático, que se repite en el ángulo sureste de la cabecera. En el muro sur de ésta se abre una ventana rectangular abocinada, sin columnas ni arquivoltas, que pudiera ser añadida, y en el este, otra, también abocinada, de medio punto, igualmente sin columnas ni arquivoltas, que lleva, eso sí, un marco en todo su recorrido, muy original, en el que se talla una secuencia continua de unas palmas que doblan sus hojas, y que no dudamos sea propio de la iglesia románica, pues ventana semejante la hallamos en Barruelo de los Carabeos. La espadaña es muy bella, con sillares muy bien trabajados y colocados sin argamasa. Tiene tan sólo dos cuerpos y el piñón, segado en lo alto, y troneras, de arco muy poco apuntado, que llevan chambrana igual a la de la puerta. Se sube a ellas por escalera que se adosa al primer cuerpo de la espadaña, partiendo del ángulo suroeste de la iglesia, en disposición muchas veces repetida en estas austeras iglesias vallinas. En el muro norte del presbiterio se abrió una puerta, posiblemente en los siglos XV-XVII, que dio paso a una sacristía que se adosó al citado muro. En el interior, y en un baptisterio frente a la puerta de entrada, existe una pila troncocónica, sin decoración, tan sólo moldurada por un borde un poco resaltado, y debajo de él dos estrechos boceles separados por una banda lisa. Sus medidas son: altura total, 78 cm; diámetro, 90 cm; borde horizontal superior, 8,5 cm; cuba, 58 y basa, 21 cm. La iglesia tuvo dos reparaciones modernas que sepamos, una la realizada por su párroco en los años setenta, don Bertín, y otra más reciente por la Fundación Santa María la Real de Aguilar de Campoo, CER.