Identificador
26021_01_018n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 8' 43.52'' , -1º 58' 48.28''
Idioma
Autor
Sin información
Colaboradores
Sin información
Derechos
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Autol
Municipio
Autol
Provincia
La Rioja
Comunidad
La Rioja
País
España
Descripción
LA ERMITA DE SANTA MARÍA DE YERGA se sitúa en la cumbre de la sierra del mismo nombre, a unos 12 km al sureste de Autol y pertenece a su jurisdicción. Aunque tradicionalmente se afirma que Yerga fue el primer establecimiento de la orden cisterciense en España, esto sólo es una conjetura en los tiempos de su fundación. El término Yerga se cita por primera vez en un documento de diciembre de 1128 en el que el rey aragonés Alfonso I el Batallador concede al conde de Pertica la villa y castillo de Corella, con todos sus términos. La iglesia de Yerga no se menciona documentalmente hasta 1140, por lo que todo lo que se diga de ella antes de esa fecha, son suposiciones. El 25 de octubre de 1140 Alfonso VII dona el lugar y villa de Niencebas a la iglesia de Santa María del Monte Yerga, a su abad Durando y a sus monjes, procedentes del monasterio francés de Scala Dei. Niencebas era una villa o granja en ruinas y desierta, a dos leguas de Yerga y próxima a Fitero, asentada en un llano, con un clima más benigno y templado que el que se padecía en Yerga, asolado por terribles fríos, vientos y nieblas. Por ello, al poco tiempo de la donación real, quizá unos seis meses después, debió establecerse allí la comunidad, pues en junio de 1141 ya existía el monasterio de Nuestra Señora de Niencebas bajo el abadiazgo de Raimundo. Pero este lugar también resultaba árido y San Raimundo deseaba establecerse en Fitero, pues desde 1144 comenzó a constituirse un patrimonio territorial allí realizando compras, quizá con intenciones de instalar definitivamente el monasterio en esa vega amena y fértil. Hacia 1152 (donación del término de Fitero), los monjes se instalarían definitivamente allí, aunque sin abandonar los asentamientos anteriores. El 7 de abril de 1179 el Papa Alejandro III acoge bajo protección apostólica el monasterio de Santa María de Fitero y confirma sus posesiones, entre las que se halla Niencebas en el monte Yerga. El santuario de Yerga aparece en un documento de comienzos del siglo XIV aproximadamente, incluido en el Libro Juratorio de la catedral de Calahorra, que es una especie de tabla de los romeajes o romerajes del cabildo, o días libres que se concedían al clérigo para peregrinar en proporción a la distancia, durante los cuales se le dispensaba de sus obligaciones corales. Según este texto, se concedían tres días para ir allí: ...Item a Sancta Maria de Yerga, tres dias... Santa María de Yerga fue priorato del monasterio de Santa María de Fitero hasta la desamortización de 1835. Tras el abandono definitivo del lugar, el conjunto comenzó a arruinarse, contribuyendo también a ello su utilización como corral de ganado y el mal uso que se hizo de sus materiales. Actualmente quedan las ruinas en sillería, sillarejo y mampostería, de un templo románico tardío y protogótico de carácter popular de finales del siglo XII y del XIII, y restos de otras edificaciones que pudieron pertenecer o una casa de cofradía muy posterior. La iglesia constaba de una nave de dos tramos cubierta con cañón apuntado de finales del XII, y de una cabecera cuadrada de la misma anchura y altura, con contrafuertes esquinados a los lados del muro oriental y otros dos rectos en los muros norte y sur, y bóveda de crucería de cuatro elementos con nervios moldurados sobre ménsulas que tenían decoración vegetal, del siglo XIII avanzado. Separaba la nave de la cabecera un recio arco triunfal de sillería, apuntado sobre pilastras. Hoy sólo queda de todo ello el alzado de los muros norte, sur y este, en mampostería, y los arranques de la bóveda de la cabecera. Probablemente influyeron en esta construcción, como en todas las cistercienses de la zona, los monasterios cistercienses de Santa María de Herce y de San Prudencio de Monte Laturce entre Clavijo y Leza de Río Leza. En las Normas Subsidiarias de Planeamiento del municipio aprobadas en 1999, las ruinas de Santa María de Yerga se recogen en el catálogo como zona de Interés Arqueológico. La reciente Ley de Patrimonio Cultural, Histórico y Artístico de La Rioja, aprobada en 2004, establece que las iglesias y ermitas con más de ciento cincuenta años de Antigüedad son Bienes Culturales de Interés Regional, y por lo tanto para cualquier intervención deben contar con una autorización previa de la citada Consejería, con un proyecto firmado por un arquitecto y con un levantamiento planimétrico. No obstante, en 2005 se acometieron una serie de nefastas obras de consolidación con el fin de mejorar el entorno donde cada verano la cofradía del Santísimo Sacramento representa la obra de Gustavo Adolfo Bécquer El Miserere de la montaña. Al utilizar criterios totalmente equivocados, pues se carecía de proyecto de intervención, de estudios históricos previos y de excavaciones arqueológicas, lo único que se ha hecho es desfigurar y distorsionar más las ruinas, creando una imagen que el monasterio nunca ha tenido. Tras la denuncia de la Asociación de Amigos de la Historia de Calahorra a la Consejería de Cultura del Gobierno de La Rioja, se dio una resolución de la Dirección General de Cultura por la que se debía devolver el edificio a su estado anterior a las obras. Pero como algunas de estas actuaciones son irreversibles, sólo se ha eliminado algún elemento demasiado llamativo como el símbolo del ying-yang en el vano de la cabecera.