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Vista de la torre señorial con la ermita de San Bartolomé al fondo

Identificador
39095_02_001n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
43º 21' 29.88'' , -4º 26' 44.86''
Idioma
Autor
Esteban Sainz Vidal
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Ermita de San Bartolomé

Localidad
Estrada
Municipio
Val de San Vicente
Provincia
Cantabria
Comunidad
Cantabria
País
España
Descripción
JUNTO A LA TORRE SEÑORIAL de esta localidad, perteneciente de forma ininterrumpida al linaje de los Duque de Estrada, a quienes pertenece el título nobiliario de Condes de la Vega del Sella, se encuentra la pequeña iglesia o ermita de San Bartolomé, construida sobre una cresta caliza, que sirve de asiento a la propia torre, estando distante de ésta unos pocos metros y englobada con ella misma dentro del recinto delimitado por una muralla almenada, a cuyo interior se entra a través de un arco ojival. Forma parte de un conjunto arquitectónico castrense medieval, compuesto por torre, iglesia y cerca almenada que resulta único en Cantabria. Refiriéndonos en concreto a la iglesia o ermita de San Bartolomé –ya que siempre fue ermita propia dependiente en lo eclesiástico de la parroquia de San Julián del inmediato pueblo de Serdio–, se trata de un templo de una sola nave de planta rectangular, cubierta por una tejado a dos y aguas, con un arco triunfal ojival doblado que da paso a una cabecera de planta también rectangular cubierta con una bóveda de cañón ojival. Por el Sur se le adosa al testero una estrecha estancia a manera de sacristía, que debe corresponder a la fábrica original pues, el muro de cierre meridional de esa misma estancia aparece coronado, como el resto de la fachada de ese lado, por la cornisa de canecillos de tradición románica que más adelante nos ocupará. La entrada del templo se efectúa a través de vano ojival centrado en el paño de la fachada meridional de la nave, al que se superponen las armas de Cevallos (tres bandas o fajas horizontales, en campo delimitado por bordura de triple línea de escaques o ajedrezado) y de Estrada (Águila imperial alemana con las alas explayadas). Entre ambos escudos de armas se dispone una rosácea de seis pétalos en relieve que sobresale del fondo de un círculo tallado en rehundido. En la jamba izquierda se dispone una cruz potenzada, también en relieve en relación a un círculo rehundido en el que se inscribe (ORTIZ REAL, J., 1998, pp. 17-20). En conjunto, el edificio respira un aire protogótico con fuertes reminiscencias arquitectónicas románicas, particularmente evidentes en los canecillos que ocuparán una parte central de este texto. Su datación podría bien situarse en la segunda mitad del siglo XII o primera mitad del XIII. Javier Ortiz Real (1998, p. 15) –quien más atención ha dedicado a la ermita hasta el presente– evoca la similitud entre esta iglesia y la de Santa Eulalia de la Loma en Valdeolea, consagrada en 1174. Coinciden con esta cronología los datos que transcribe Carmen González Echegaray al estudiar la heráldica de la capilla (GONZÁLEZ ECHEGARAY, M. C., 1981, pp. 178- 179), quien basándose en documentos genealógicos del linaje Duque de Estrada, condes de la Vega del Sella, señala como fue Ferran Ruiz “El Duque”, hijo de D. Rodrigo González de Estrada o D. Rodrigo de Asturias de Santillana, quien, tras el reparto de la herencia paterna, procedió a la reedificación del castillo; con una cronología de la duodécima centuria que no parece ir mal tampoco para la fábrica del templo. Según esta misma autora también el citado señor de Estrada fue el primero que adoptó el sobrenombre de “Duque de Estrada”, que devino en el actual apellido del linaje. Al hijo de éste, Gonzalo Fernández de Estrada, trasladado a Alemania para tratar las alternativas matrimoniales de la princesa Berenguela, hija de Alfonso VIII, en ese país es al que se debe la adopción del águila explayada como divisa del apellido, según concesión del emperador germánico según tradición de la casa. Distinta cronología es la propuesta por Carmen González Echegaray para la colocación de los escudos que coronan el arco meridional de entrada, quien les atribuye una datación en el siglo XIV, basándose en las genealogías familiares, que reflejan un matrimonio formado por una Dña. Elvira de Cevallos –hija segunda de D. Gómez Pérez de Ayala y de Dña. Elvira de Cevallos, señora de Escalante– y D. Fernán García Duque, que murió en la batalla de Araviana (1359), en la Guerra de los Dos Pedros entre Pedro I de Castilla y el rey de Aragón Pedro IV, que contó con la alianza y colaboración de Enrique de Trastámara. Los restos románicos más evidentes son los canecillos. En la fachada norte predominan los lisos de proa de nave y caveto, lisos, en los aleros que rematan las fachadas septentrionales correspondientes, respectivamente, a la cabecera y nave. En la primera se disponen diez de estos canecillos, mientras el alero norte de la nave está soportado por doce canecillos todos ellos de caveto, salvo el undécimo, contado desde la esquina noreste a la noroeste, que se decora con una cabeza de jabalí. En la fachada meridional se reproducen la cornisa de canecillos, pero en esta fachada se decoran mucho más ricamente que en la fachada septentrional, lógica adecuación decorativa al carácter de fachada principal de este lado del templo. En la cabecera, en una lectura de este a oeste, encontramos los siguientes canecillos: 1. Canecillo decorado con rollo cilíndrico o tonel, 2. Canecillo liso, 3. Caballero montado sobre caballo hacia la izquierda, 4. Figura masculina con los brazos abiertos en posición de orante, 5. Cuerno de caza de perfil curvo, 6. Figura humana masculina ataviada con túnica y carente de cabeza, 7. Figura de animal cuadrúpedo a la izquierda ¿jabalí probablemente considerando su parecido con el primer canecillo de la esquina sureste del alero de la nave?, 8. Figura masculina a la izquierda tocando un cuerno de caza o trompa y 9. Canecillo de caveto liso. En la fachada meridional de la nave encontramos, desde la esquina este a la oeste, los siguientes canecillos: 1. Figura de jabalí a la izquierda, 2. Figura de infante incompleta en actitud de combate, 3, 4, 5 y 6. Canecillos de caveto, 7. Canecillo de caveto decorado con un rostro humano de perfil ovalado, 8. Canecillo decorado con una figura de cuadrúpedo o animal a la izquierda, 9. Canecillo decorado con una cabeza de jabalí, 10. Canecillo decorado con un botón semiesférico en relieve y 11. Canecillo decorado con ¿cabeza de animal? muy deteriorado, quizás de jabalí.