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Vista general desde el noreste de Santa Maria de Montlleó

Identificador
25905_08_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41.6434, 1.36253
Idioma
Autor
Nuria Montoya Vives
Juan Antonio Olañeta Molina
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Santa Maria de Montlleó

Localidad
Montlleó
Municipio
Ribera d'Ondara
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Santa Maria de Montlleó

Descripción

RIBERA D’ONDARA

Iglesia de Santa Maria de Montlleó

La despoblada aldea de Montlleó se encuentra en el sector septentrional del municipio, en su punto más alto, en la sierra de la Rabassa. Dista unos 4 km de Sant Antolí i Vilanova. Para llegar al lugar hay que tomar la carretera local hacia Briançó y desde allí seguir por un sendero debidamente indicado. Desde ese punto se obtiene una excelente panorámica del paisaje que domina el valle del río Ondara. La localidad, que fue abandonada a mediados del siglo xx, se encuentra en un estado ruinoso. 

 

Los primeros documentos donde se menciona Montlleó hacen referencia a que el lugar era un dominio del señor Geribert Hug y su esposa Letgarda a finales del siglo xi. En esa época Montlleó era un enclave militar en la frontera occidental de Vic y ya tenía una iglesia propia. Estos señores dieron los castillos de Montlleó, Pomar y Briançó al obispado de Vic. Los sucesivos castellanos mantuvieron fidelidad respecto al obispado. Fueron Berenguer Arnau, Bertran Gombard, Ramon Giribert y Teobald Guillem, hasta que en 1254 el obispo cedió sus derechos a Pere de Queralt, de una de las familias más influyentes de la región. A finales del siglo xv Montlleó era propiedad de los señores de Aimeric, que ejercieron como tal durante dos centurias. Montlléo era un lugar importante y su iglesia de Santa Maria, el edificio más emblemático de la localidad, aparece nombrada ya en documentos del obispado de Vic de los siglos xi y xii como una de sus parroquias sufragáneas. En 1196 Ramon de Òdena daba dinero para la iglesia de Sancte Marie de Monte Leone. Aparece también en la relación de iglesias del decanato de Urgell que pagaron el diezmo para las cruzadas en 1279 y 1280. De ella dependían las iglesias de Briançó, Pomar y els Hostalets, que formaban parte de la baronía de Montlleó. 

 

Es una iglesia de gran tamaño que sufrió importantes reformas en las épocas gótica y neoclásica y que actualmente, se encuentra cerrada debido a su deficiente estado de conservación, pues ya se han producido algunos pequeños desprendimientos en la cubierta que representan un serio peligro y pronostican un inminente derrumbe si no se toman las medidas necesarias para evitarlo. Se trata de un edificio de planta basilical de tres naves y cabecera triabsidal. En su origen los tres ábsides, de los que no se ha conservado el sur, eran de planta semicircular y estaban cubiertos por sendas bóvedas de cuarto de esfera. Las naves laterales están cubiertas por bóvedas de cañón y la central, mucho más ancha, por una bóveda de cañón apuntado. La nave meridional fue transformada en tres capillas rectangulares abiertas a la nave central, cubiertas por bóvedas de arista y de crucería. En esta reforma se eliminó el ábside sur. El interior del ábside central queda oculto detrás de un tabique que hace las veces de retablo, que cuenta con tres hornacinas. Las naves estaban separadas por pilares cruciformes sobre una base rectangular en los que se apoyaban los arcos fajones que reforzaban las bóvedas. De estos arcos se conserva uno en la nave central y otro en la septentrional. Estos pilares fueron eliminados cuando se sustituyeron los arcos formeros por unos amplios arcos que permitían aumentar el aforo del templo. En la parte occidental se construyó un coro elevado. Posiblemente corresponde a la obra primigenia la esbelta hornacina con sección semicircular que se abre en el tramo oriental del muro norte.

 

En el exterior, el ábside central es el mejor conservado, a pesar de haber sido objeto de profundas transformaciones, de las que la más llamativa es la adición de una sacristía de planta cuadrada en su frente. El paramento absidal es liso, en su centro se abre una ventana que fue modificada en época posterior, y está coronado por una imposta biselada que, al sobrealzarse el muro en una reforma, quedó muy por debajo de la cornisa. Sobre la ventana y en el lado sur se elevan dos amenazadoras grietas que son testimonio de los citados problemas estructurales del templo. Por su parte, el exterior del ábside norte ha sido muy transformado, en él se abrieron dos óculos y, al igual que el central, fue sobrealzado. El muro norte s liso y en él se abre una puerta de arco medio punto con dovelas enmarcadas por una chambrana. Traspasado su umbral, hay un fuerte desnivel respecto al nivel del suelo del exterior, que se salva mediante una escalera. El muro lateral sur queda oculto por una construcción que se adosó. En la fachada occidental, también muy transformada, se encuentra la puerta principal, de arco doblado de medio punto, y sobre ella una ventana de derrame simple hacia el interior y arco de medio punto algo rebajado, indicio de que también fue reformada. En la esquina noroeste se elevó hacia el siglo xvi una torre campanario, a la que se adosó una pequeña capilla. Algunos de los problemas de estabilidad que sufre esta construcción intentaron resolverse mediante la adición de un potente contrafuerte en el frontis occidental.

 

Mientras que en el ábside central y en la fachada occidental se utilizó un aparejo compuesto por sillares de tamaño diverso, algunos de ellos cuadrados, dispuestos en hiladas uniformes, en el muro y ábside norte se recurrió al sillarejo, más irregular, con algunas piezas colocadas a tizón. 

 

Se ha considerado que la obra se iniciaría por el lado norte en el siglo xi, y que finalizaría en el lado sur a finales de dicha centuria o inicios del xii.

 

Herrajes de la puerta

 

Las hojas de la puerta occidental conservan sus herrajes medievales. En cada una de ellas hay siete listones horizontales bastante gruesos que se rematan en los extremos por sendas parejas de volutas. Adosadas por arriba y por debajo, se disponen dos tiras de menor longitud y más finas, las cuales también terminan con una espiral en los dos extremos. Su estado de conservación es bastante bueno, aunque, por desgracia, algunas de las piezas han desaparecido, probablemente debido a algún acto vandálico. Esta decoración es muy frecuente en puertas románicas que abarcan una amplia cronología de final del siglo xi hasta el siglo xiii. Otra puerta con hierros forjados muy parecida a la de Montlleó es la de las Oluges, también en la comarca de la Segarra. 

 

 

 

TEXTO: JUAN ANTONIO OLAÑETA MOLINA/ NURIA MONTOYA VIVES – FOTOS: NURIA MONTOYA VIVES – PLANOS: XAVIER JOSEP GELONCH PIFARRÉ

 

Bibliografía


Bach i Riu, A., 1977, pp. 15-16; Bellmunt i Figueras, J., 2001, pp. 199-211; Catalunya romànica, 1984-1998, XXIV, pp. 446-448; Pladevall i Font, A., 1971-1972, pp. 283-304; Pladevall i Font, A., 1976, pp. 44-62; Rius i Serra, J., 1946, p. 227; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1981, pp. 149-151 y 244-246.