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Fachada oeste de Sant Joan de Vinaixa

Identificador
25255_01_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41.4281581,0.972909
Idioma
Autor
Meritxell Niña Jové
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

sant joan de

Ubicación

Sant Joan de Vinaixa

Descripción

VINAIXA

El término municipal de Vinaixa se sitúa en el sector suroriental de la comarca de Les Garrigues, en contacto con la Conca de Barberà. En la parte sur de este territorio nace la rambla Brugosa, que en Les Borges Blanques, la capital comarcal, adopta el nombre de Torrent de la Femosa.

 

Antes de la conquista feudal, el lugar de Vinaixa perteneció al valiato de Siurana. El topónimo tiene origen árabe y correspondería al nombre propio ibn ‘Aysa. La primera mención que se conoce de Vinaixa aparece en 1151, cuando Ramon Berenguer IV agregó el lugar al condado de Barcelona y concedió carta de puebla a un grupo de colonos procedentes de Tàrrega (confirmo bobis omnibus hominibus de Tarrega qui eretis populatores et statores in podio de Avinxa ipsum podium qui apellatur Abinaxa), la cual fue confirmada en 1152. El lugar reaparece en un documento de cesión de 1171, cuando el rey Alfonso el Casto, donó sus alodios en Vinaixa a Bernat Granell. En 1172 se menciona Avinaxa como límite en otra cesión de Vimbodí a Poblet por parte del mismo monarca. También consta documentalmente que, a finales del siglo xii, Pere de Puigverd efectuó varios establecimientos en Vinaixa, así como que en 1186 Alfonso el Casto otorgó a Gueraula, mujer del mencionado Pere de Puigverd, los feudos y los alodios que le habían legado Guerau de Jorba y su mujer Saurina en Vinaixa. Berenguer de Puigverd, descendiente de los anteriores, cedió el castillo de Vinaixa al monasterio de Poblet en 1198 y 1204. El señorío sobre el lugar fue obtenido definitivamente por el monasterio en 1210, en virtud de una permuta hecha con Pedro el Católico. Jaime I el Conquistador confirmó en 1235 todos los derechos en Vinaixa y, pese a una cesión temporal que hizo el rey de la mitad del castillo y villa de Vinaixa a Ramon Pere, ciudadano de Lleida, el señorío quedó definitivamente en manos de Poblet.

Iglesia de Sant Joan de Vinaixa

La iglesia de Sant Joan de Vinaixa se alza sobre una elevación rocosa en el centro de la localidad. Se accede a ella desde una explanada lateral a la que se sube por una cuesta empedrada y unas anchas escaleras.

 

Las noticias anteriores al siglo xiv de las que se dispone referentes a este templo dedicado a san Juan son escasas. La iglesia de Auinaixa se menciona por primera vez en una bula de 1154 del papa Anastasio IV, en la cual reconocía al arzobispo tarraconense, Bernat Tort, la incipiente organización de la diócesis. Posteriormente, aparece, bajo la denominación de Aurnaxa, en otra bula emitida por el papa Celestino III en 1194, en tiempos del arzobispo Ramon Castellterçol. Consta, así mismo, que el rector de Vinaixa contribuyó a las décimas papales en 1279 y 1280 con ochenta y seis sueldos anuales.

 

El actual edificio de Sant Joan de Vinaixa es de nave única dividida en tres tramos, delimitados por otros tantos arcos fajones, con ábside semicircular precedido por un estrecho arco presbiterial. Se cubre con bóveda de cañón de perfil apuntado reforzada por los mencionados arcos, de los que el más oriental se apoya en sendas pilastras laterales y los otros dos terminan en ménsulas con adornos de cilindros escalonados en el nivel de la unión del paramento vertical y la bóveda. Las bóvedas arrancan de una imposta biselada que recorre todo el perímetro interior. El templo tiene pocas aberturas: un óculo en el muro de cierre, a poniente, una ventana de doble derrame, que tan sólo se puede contemplar desde el interior, puesto que por su parte externa la cabecera está oculta por viviendas anejas, y una ventana en el muro sur que se abrió posteriormente. Los paramentos están constituidos por un aparejo liso de piedra labrada con cuantiosas marcas de picapedrero, en especial en el exterior. Ya en el exterior, se advierte que el alero de la cubierta se sustenta por un friso de ménsulas lisas. Siguiendo el plano de la fachada se alza un vistoso campanario de espadaña, con cuatro aberturas, de construcción reciente.

 

La sobriedad de esta iglesia está manifiestamente influida por el arte cisterciense de los grandes centros catalanes –baste fijarse en que la nave se cubre con bóveda apuntada o en detalles como los arcos fajones acabados con ménsulas escalonadas que copian los de la iglesia de Santes Creus– y, como veremos, podría situarse entre los tipos de lo que algunos autores como Francesc Fité han convenido en denominar “románico de inercia”.

 

En contraste con la austeridad de la arquitectura, la única puerta de la que dispone el templo, abierta en la fachada oeste, destaca por su ornamentación escultórica. Esta portada es de arco de medio punto adovelado y se enfatiza por tres arquivoltas en degradación, formadas por boceles y baquetas, que se sustentan por tres pares de columnas. La arquivolta central presenta, además, un registro de arquillos apuntados tangentes y la arquivolta exterior está extradosada por una chambrana recorrida interiormente por un motivo en punta de diamante, el cual continua por la imposta que corre por encima de los capiteles. Las cestas de éstos, que apean sobre columnas, tienen su superficie decorada con tallos perlados que se entrecruzan y que en su interior contienen elementos vegetales (hojas trilobuladas, los capiteles laterales, y piñas los centrales). Este tipo de ornamentación deriva de los esquemas del grupo estilístico conocido como la escuela de Lleida, que aglutina un conjunto de portadas de características compartidas, elaboradas a lo largo del siglo xiii, principalmente en la Cataluña Nueva y que tienen como máximos exponentes las portadas del muro sur (dels Fillols) y de la fachada occidental de la Seu Vella de Lleida, así como la portada occidental de Santa Maria de Agramunt. Los motivos que repite la portada de Vinaixa figuran entre los más característicos de este conjunto de portadas y se encuentran, en alguna de sus versiones, además de en los citados prototipos, en las portadas de Cubells o la Assumpció de Gandesa, entre otras.

 

El estado de conservación del templo es bueno. No obstante, se ha de subrayar que el estado de la piedra exterior presenta un notable desgaste producido por la disgregación granular, especialmente en la base de la fachada, aunque esta patología también es observable en el muro lateral, sector en el que, además, hay una importante brecha.

 

En relación con la fábrica de Vinaixa se conservan unas fuentes de extraordinario valor que documentan la obra y sus artistas. Los textos originales fueron copiados por un antiguo párroco, Ramon Palau, antes de ser quemados en 1936, y, posteriormente, fueron publicados por Pere Batlle. Algunas de las informaciones más relevantes que se pueden extraer de esta documentación es que la opus ecclesiae de Avinaixa fue contratada durante el abadiado de Gil de Roselló del monasterio de Poblet, probablemente en 1301, al piquerius Arnau Colomera. El constructor debería hacer la iglesia en siete años, de acuerdo con el diseño de fray R. de Lebossa (ducam ad perfectionem et eum faciam et compleam sicut frater R. de Lebossa vobis et mihi dictavit in uno folio de papiro). Las obras no avanzaron al ritmo previsto y los picapedreros incumplieron reiteradamente los términos pactados. En 1302, Arnau Colomera, que aún no había empezado la obra, sino que tan sólo había cortado piedra, renunció al contrato y se encargó el trabajo al maestro R. Piquer de Balaguer, que se comprometió a ejecutarla en cinco años. Consta, así mismo, que en diciembre de 1306 R. Piquer tuvo que firmar un nuevo contrato por el que pactaba ejecutar la portada y la fachada, así como a asentar dos hiladas de piedra en la construcción. En febrero de 1316 el mismo maestro se comprometía nuevamente a acabar la obra en siete meses. Parece que tampoco en esta ocasión se terminaron las obras, puesto que en 1318 se encargaron nuevos trabajos para nivelar la roca en la que se asentaba la iglesia. En resumen, la iglesia de Sant Joan de Vinaixa fue construida en base a un diseño facilitado por un monje, entre 1302 y 1318.

 

Más allá de su valor intrínseco, esta documentación sitúa esta iglesia como un ejemplo de supervivencia de formas constructivas románicas en tiempos notablemente avanzados. En efecto, el mero estudio de la estructura del templo nos habría conducido a establecer una datación en correspondencia a la configuración arquitectónica propia del siglo xiii. No obstante, las fuentes históricas revelan una cronología más tardía. Se pone así de manifiesto que la división estilística tiene unos límites cronológicos difusos, puesto que se producen soluciones arquitectónicas erigidas por repetición, tradición, etc., copiadas de los grandes centros. Sólo de este modo podemos entender la iglesia de Sant Joan de Vinaixa, que fue construida a partir de la supervivencia de las formas románicas en un período en que ya habían penetrado en la arquitectura los novedosos planteamientos góticos. Es en este sentido que encaja la etiqueta de “románico de inercia”, concepto historiográfico bajo el cual también se engloban algunas iglesias cercanas, como las de Fulleda y El Vilosell. Una problemática adicional a la valoración de este templo hace referencia a su portada, y más genéricamente al grupo estilístico de la ya aludida escuela de Lleida, dado que la datación tardía que nos proporcionan las fuentes históricas hace que la entendamos cómo un posible límite cronológico de esta tipología de portada, que como hemos dicho se desarrolló principalmente durante el siglo xiii.

 

Texto y fotos: Meritxell Niña Jové - Planos: Noelia Albanana Ario

 

Bibliografía

 

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