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Arco triunfal

Identificador
49743_01_002
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 43' 59.83" , -5º 46' 49.48"
Idioma
Autor
Pedro Luis Huerta Huerta
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de la Inmaculada Concepción

Localidad
Fontanillas de Castro
Provincia
Zamora
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LA IGLESIA PARROQUIAL se levanta exenta de otras edificaciones en una plazoleta dentro del pueblo. Su primitiva advocación era Santa María y así aparece citada todavía en el siglo XVI, pasando a denominarse siglos después de la Inmaculada Concepción. Se trata de una modesta construcción románica realizada en mampostería, con reformas y añadidos posteriores que desvirtuaron su fábrica original. La antigua iglesia constaba de nave y cabecera plana cubiertas con armadura de madera. Comunicando ambos espacios se dispuso un sencillo arco triunfal apuntado que apoya sobre una línea de imposta de perfil biselado. A comienzos del siglo XVI se abrió una nueva capilla al lado sur de la capilla mayor, techada igualmente con madera. En el siglo XVIII se reformó el interior del templo, sustituyéndose las cubiertas ligneas de ambas capillas por las bóvedas de arista actuales y la de la nave por un sencillo techo raso. La descripción que hicieron del edificio los visitadores de la Orden de Santiago en 1528 ilustra muy bien cuál era el estado del templo en aquellos momentos: “E luego visitamos el cuerpo de la yglesia la qual es de la edvocaçión de Nostra Sennora. Es de una nave y las paredes son de mampuesto de cal y canto e lo alto cubierto de madera bien labrada de lazo. La qual tiene dos puertas con sus çerraduras. A la Redonda tiene unos portales de madera. Dentro en la dicha capilla está una tribuna de madera. A un lado de la capilla mayor está otra capilla hecha nuevamente de cal y canto, cubierto de madera tosca”. Como se indica en la visita, la iglesia tenía dos portadas protegidas ambas por un pórtico que recorría gran parte del perímetro exterior. Una era seguramente la portada meridional, reformada también en el siglo XVIII y en la que aún campea el escudo de la orden. La otra debía ser la que se conserva cegada en el muro septentrional de la nave, compuesta por un arco de medio punto sobre una imposta lisa. En el exterior de la cabecera es donde mejor se perciben los cambios experimentados en la fábrica tardorrománica. Aquí se observa cómo el primitivo ábside se cubría con tejado a dos aguas y cómo posteriormente fueron recrecidos sus muros con ladrillo, seguramente en el mismo momento que se hicieron las bóvedas de arista. En el eje se abre una ventana abocinada que fue cegada cuando se colocó el retablo mayor. En el muro norte se han conservado los canecillos sobre los que apoyaba la primitiva línea de cornisa. Son toscos y de torpe ejecución, recordando en cierto modo a los de la cercana iglesia de Piedrahita de Castro. Representan motivos sencillos entre los que se distinguen algunas formas geométricas, un barrilillo y una cabeza antropomorfa de rasgos muy sumarios. Resulta complicado establecer una cronología aproximada tomando como base la humildad estructural de su fábrica que además se muestra profundamente alterada por reformas y añadidos tardíos. En cualquier caso, el arco triunfal apuntado, los canecillos conservados, la portada septentrional y el testero de la capilla mayor son elementos suficientes para fijar su construcción dentro de la fase más tardía del románico, en torno a las primeras décadas del siglo XIII.