LA IGLESIA DE SAN PEDRO es un humilde edificio levantado en sillares de arenisca local dispuestos irregularmente salvo en la cabecera, la parte más cuidada. La planta es de sencilla nave rectangular sin tramos marcados, en la actualidad cubierta con cielo raso. La cabecera, de testero recto y crucería sexpartita, es fruto de la remodelación del templo en el siglo XVII, al tiempo que se construyó un pórtico al sur, una capilla y la sacristía en el lado del evangelio. De época románica y a pesar de la reforma, todavía se conserva el arco triunfal apuntado y doblado del antiguo ábside, el hastial y varios canecillos de nacela en las cornisas de los muros norte y sureste. La única portada, abierta en el lado meridional, es sin embargo obra del siglo XVII. Lo más sobresaliente del edificio dentro de su modestia general es la elevada espadaña con remate a piñón const ruida sobre el hastial occidental. Característico ejemplar del siglo XIII, en ella se abren tres vanos apuntados decorados por una chambrana que remarca además los dos niveles en altura. El último cuerpo de la espadaña descansa sobre una cornisa con tres canecillos a cada lado, decorados con simples filetes, rollos y pequeños mascarones muy rudos. Se remata con una cruz de piedra flordelisada.