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Fachada occidental de Sant Romà de Perles

Identificador
25908_07_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.178703, 1.394025
Idioma
Autor
Esther Solé Martí
Colaboradores
Sin información
Derechos
Edificio (Relación)

Sant Romà de Perles

Localidad
Figols i Alinyá
Municipio
Figols i Alinyá
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Romà de Perles

Descripción

FÍGOLS I ALINYÀ

Iglesia de Sant Romà de Perles

Sant Romà se encuentra en la entrada al núcleo de Perles, al cual se accede después de recorrer poco menos de 7 km por la carretera L-401, cruzando el puente de Espia en dirección a Alinyà.

 

La parroquia de Perles ya es mencionada en el acta de consagración y dotación de la catedral de La Seu d’Urgell, aunque la cronología debe observarse con reservas, dado que dicho documento, fechado el 839, se ha concluido que se trata de un texto falso, elaborado durante el último tercio del siglo ix. El término de Sancto Romano in Perulas era citado en 1051 con motivo de la donación de una viña por Ramon y su esposa Iquelm a la catedral urgelitana. Tan sólo cuatro años después, en 1055, la catedral recibía de Ramon y Quinberga unos alodios situados cerca de la iglesia de Sant Romà. Nuevamente, el término parroquial de Sancti Romani y Sancti Romani [...] situs in villa Perles era mencionado en sendos documentos de 1075 y 1096, respectivamente, para ubicar unas piezas de tierra que eran objeto de transacción.

 

Profundas intervenciones de época moderna han modificado sensiblemente la estructura del edificio y la lectura de los espacios interiores y los volúmenes exteriores. Aún son visibles la nave rectangular original y el ábside semicircular, de menor altura. La construcción se realizó empleando mayoritariamente mamposteria, salvo en las esquinas, en las que se utilizó sillarejo mejor trabajado de tamaños diversos. En la zona absidal y noroccidental se conservan importantes restos del revoque exterior que recubrió tan irregular aparejo. El conjunto está cubierto por una techumbre de teja árabe, a dos aguas en la nave y cónica en el ábside. El mal estado de la cubierta ha acelerado la degradación de los paramentos interiores a causa de la filtración de agua. En el centro del liso paramento absidal se sitúa una estrecha ventana, de doble derrame, arco de medio punto monolítico y jambas formadas por sendos sillares de gran tamaño, la cual, actualmente, está cegada en su interior.

 

Entre las reformas que modificaron la estructura y apariencia del edificio destacan las dos capillas de planta cuadrangular que se adosaron, casi simétricas, en los muros laterales. Además, en el paramento meridional se incorporó una segunda estructura –correspondiente a un pequeño espacio en el interior, no asimilable a una capilla–, que provocó que el único tramo visible del lienzo original fuera el situado en la esquina sureste, coincidiendo con el presbiterio. En éste se abre una ventana rectangular de doble derrame.

 

El acceso al templo se realiza por la fachada occidental, por una puerta de arco escarzano, que delata su factura posterior, y que se halla elevada sobre cinco escalones. A media altura, en el centro del frontis, se abre una estrecha y alargada ventana, de un solo derrame y arco de medio punto, la cual sí puede ser considerada como perteneciente a la fase primigenia. No puede decirse lo mismo del óculo que, desviado hacia el Norte, se sitúa justo encima de la puerta, por debajo de la citada ventana. Corona la fachada un campanario de espadaña de doble ojo.

 

Ya en el interior, se aprecia que una capa de enlucido y pinturas, probablemente del siglo xix, lo revisten en su totalidad. La nave está cubierta por un solo tramo de bóveda ligeramente apuntada. Antecede al ábside un ancho espacio presbiterial cubierto por una bóveda de cañón, algo más baja que la de la nave. El hemiciclo absidal, cubierto con bóveda de cuarto de esfera, queda oculto tras un tabique retablo –añadido en las reformas acometidas en el templo–, en el que dos puertas facilitan el acceso al interior. El coro elevado que se alza a los pies, así como las capillas ya mencionadas, son parte de las transformaciones a las que fue sometido el espacio interior.

 

Fuera de contexto, apoyada en el muro oriental de la misma capilla, se encuentra una estela discoidal de piedra caliza, en la que puede intuirse la presencia de motivos tallados bajo una importante capa de líquenes. Probablemente se trata de una estela que, si bien antigua, probablemente procede del cementerio que rodea el conjunto.

 

Las referencias documentales sugieren que los orígenes de la iglesia de Sant Romà de Perles podrían remontarse al siglo x, aunque las características que presenta la construcción actual, notablemente modificada por las intervenciones de adecuación a la estética y al culto de época moderna, invitan a considerar que se trata de una construcción más tardía, que M. L. Cases y J.-A. Adell han propuesto situar ya en el siglo xii.

 

Texto: Juan Antonio Olañeta Molina/Esther Solé Martí - Fotos: Esther Solé Martí

 

Bibliografía

 

Baraut i Obiols, C., 1978, pp. 50-53; Baraut i Obiols, C., 1983, p. 22 y 66-67; Catalunya romànica, 1984-1998, vi, pp. 209-210; Miret i Sans, J., 1916, 64, p. 542; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1977, pp. 102-103.