Pasar al contenido principal
x

La iglesia en su primitiva ubicación

Identificador
34810_11_013
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
Sin información
Colaboradores
Sin información
Derechos
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Juan Bautista

Localidad
Villanueva del Río Pisuerga
Municipio
Aguilar de Campoo
Provincia
Palencia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LO QUE HOY PUEDE VERSE reconstruido nos muestra un edificio de pequeño tamaño y bien proporcionado, como corresponde a una típica iglesia de concejo. La obra se levanta con sillares de arenisca en un aparejo muy regular. Obviamente, el uso de hormigón, piedra moderna y cubiertas de fibrocemento es fruto de la reconstrucción efectuada después del traslado a la capital palentina. En planta presenta nave única dividida en tres tramos, portada con pronunciado abocinamiento, dispuesta en el costado meridional, y cabecera formada por un ábside semicircular precedido de tramo recto presbiterial. Por los muros interiores de la nave corre un zócalo de unos treinta centímetros de altura que sirve de base a los soportes adosados, un planteamiento similar al de Santa Eulalia de Barrio de Santa María. Los fajones apuntados de la nave apoyan sobre pilastras y semicolumnas adosadas al muro. El arco triunfal, doblado y apuntado, descansa igualmente sobre semicolumnas adosadas a pilastras y mientras que el ábside se cubre con bóveda de horno, el presbiterio y la nave lo hacen con bóveda de cañón apuntado. En el interior del ábside aparece una imposta, prolongación de la que corre por los muros de la nave. Otras dos impostas dividen su interior en tres niveles horizontales, una coincide con la rosca exterior del vano, la otra parte del arranque de la ventana y está decorada con un relieve corrido de palmetas. El exterior del ábside posee otras dos líneas de imposta, de billetes la inferior y moldurada en nacela la superior. También en el exterior llaman la atención los contrafuertes del tramo presbiterial que separan la nave de la cabecera: se trata de dos gruesos bloques de sección prismática que aparecen doblados hacia el lado del ábside y refuerzan los empujes del arco triunfal. Otros dos contrafuertes, más estrechos que los antes citados, y rematados de un modo escalonado, flanquean la ventana absidal a la altura del arranque del arco del vano. Escultóricamente es un edificio de cierta riqueza. En el interior, los capiteles de las semicolumnas de la nave repiten el tema de una mujer orante flanqueada por palmetas cuyos extremos se doblan como volutas. También el capitel del evangelio del arco triunfal está decorado con labor de cestería. El máximo interés decorativo se concentra sin embargo en las arquerías ciegas dobles que animan el paramento interior del presbiterio, del tipo visto en otras iglesias norteñas de Palencia y Cantabria, como Vallespinoso de Aguilar, Zorita del Páramo, Villabermudo, la Asunción de Perazancas, Santa María de Piasca o Santa María de Las Henestrosas. En el lado de la epístola la doble arquería es de medio punto, con arcos que apoyan sobre capiteles simples en las esquinas y dobles en el centro. La cesta más occidental se figura con toscas sirenas afrontadas y tocadas con caperuza; en la cesta doble central se tallan acantos helicoidales trabajados con trépano, dejando ver en el lateral la figura de un lector, con un libro abierto sobre sus rodillas y con los pies apoyando en el collarino; finalmente, el capitel más cercano al hemiciclo está decorado con dos figuras orantes, semiocultas tras caulículos, ambas vestidas con traje talar y apoyando sus pies también sobre el collarino. El cimacio de este capitel está decorado con dos hileras de semibezantes. En el lado del evangelio la doble arquería ciega está formada por dos arcos trilobulados provistos de apuntado extradós, del tipo de los de Vallespinoso de Aguilar. El capitel más occidental se decora con un ave, cobijada por una venera sobre tres filas horizontales de hojas, con cimacio provisto de hojas tetrafoliadas inscritas en círculos tangentes. El capitel doble central está decorado con interesantes acantos helicoidales, provistos de rosetas cuatripétalas centrales, siguiendo claramente el modelo de los análogos de Vallespinoso de Aguilar, Piasca, etc., que derivan a su vez de una cesta del monasterio de Aguilar hoy en Madrid; el cimacio tiene una decoración de tallos serpenteantes. La cesta más próxima al hemiciclo absidal es similar a la de los orantes del lado de la epístola y presenta una figura femenina y otra masculina, con los brazos alzados, dispuestas sobre cuatro niveles de caulículos, una modalidad ya vista en Santa Eufemia de Cozuelos, Prádanos de Ojeda, parroquial de Barrio de Santa María y Nogales de Pisuerga. Su correspondiente cimacio está decorado con tetrafolias inscritas en círculos tangentes. Bajo estos arcos trilobulados ciegos aparecen dos relieves de flor cuatripétala enmarcada por un círculo. García Guinea y Rodríguez Muñoz ya ponían en relación los capiteles de acantos helicoidales con los de Vallespinoso de Aguilar o los del campanario de la iglesia de Barrio de Santa María en Becerril del Carpio, heredera del atrio de Rebolledo de la Torre (Burgos). Sin embargo, a pesar de esta evidente fuente de inspiración, en Villanueva de Río Pisuerga se advierte la participación de un taller mucho más popular, que también conocía el estilo del crucero de Santa Eufemia de Cozuelos o la portada de Moarves. Los diversos vanos con que cuenta el edificio muestran asimismo una prolija decoración. En la cabecera se abren dos ventanas: una al mediodía del presbiterio y otra en el centro del hemiciclo absidal. La primera posee una forma bastante extraña y está formada por dos cuerpos, uno exterior arquitrabado cuyo sillar entibo se apoya en dos ménsulas de rollos y, otro interior con arco de medio punto apoyado en columnas con capiteles decorados. El capitel izquierdo de esta ventana está decorado con toscas hojas entrelazadas imitando rudos haces de acantos, la cesta derecha es una clara re p resentación de la lujuria: una mujer cuyos pechos son mordidos por dos serpientes mientras dos aves apoyadas en sus hombros le picotean los ojos, tema que vuelve a aparecer en la pila bautismal de Osorno, en San Martín de Frómista y en Matalbaniega. Los cimacios de ambos capiteles están decorados con tallos vegetales que encierran palmetas. El ventanal de mayor entidad es el abierto en el eje del ábside. Es de medio punto y está formado por dos arquivoltas cobijadas por una moldura de doble caveto que rodea el ábside. La arquivolta exterior está formada por diez dovelas talladas asemejando un arco polilobulado, el intradós de cada dovela está decorado con bolas, billetes, zig-zag y palmetas. La arquivolta interior está decorada con bocel entre medias cañas lisas y apoya sobre dos columnas cuyos capiteles se decoran, el izquierdo con aves afrontadas anudadas con un entrelazo por el cuello y el derecho representa a Adán y Eva a los lados del árbol en cuyo tronco aparece enroscada la serpiente, cesta compositivamente relacionada con los relieves de la ermita de Santa Eulalia de Barrio de Santa María, Cabria, Pozancos y ventana del atrio de Rebolledo de la Torre (Burgos). Los cimacios muestran -al igual que los de la ventana del presbiterio- un friso de palmetas. Toda la cornisa de la nave apoya en canecillos de sección de proa de nave y nacela. Pero en el ábside se aprecia una serie de diecinueve canecillos con diferentes motivos, todos ellos muy erosionados que representan figuras antropomórficas y zoomórficas, un aspa, un crochet y tacos rectangulares decrecientes. Finalmente, la portada es prominentemente abocinada y apuntada, situada al mediodía. Está avanzada respecto a la línea general del muro y se compone de seis arquivoltas que apoyan en columnas, todas decoradas, combinando baquetones, escocias y medias cañas animadas mediante bolas, puntas de diamante, bezantes y dientes de sierra. El guardapolvo presenta también puntas de diamante. Los capiteles son de simples acantos lisos que rematan en piñas y hojas dobladas. Durante el traslado del edificio, desde su emplazamiento original en Villanueva de Pisuerga hasta la ciudad de Palencia, se perdieron algunos elementos de su fisonomía original. Tal fue el caso de la espadaña elevada sobre el hastial occidental que quedó bajo las aguas del embalse, junto con un buen montón de piedras -entre ellas las hiladas inferiores de la cabecera- que, en los períodos de estiaje, son testigo del lugar que ocupó el templo. Muy cerca se puede ver aún el maltrecho pero magnífico puente gótico, de varios ojos y peralte central, igualmente inundado. La pila bautismal de esta parroquial fue trasladada a Palencia y depositada en el Museo Diocesano. Se trata de un pieza monolítica con zócalo circular y forma semiesférica invertida: el nivel inferior tiene líneas verticales en realce y el superior pequeños arcos de medio punto, casi deprimidos, que se apoyan en columnas con capiteles y basas. El borde de la cuba está tallado con un fino bocel. Curiosamente el motivo de la arquería se repite en las basas de las semicolumnas del arco triunfal, según infería García Guinea. El templo podría datarse hacia el último cuarto del siglo XII y para García Guinea los canteros que trabajaron en Villanueva de Río Pisuerga también lo hicieron en la ermita de Santa Eulalia de Barrio de Santa María, fruto de una corriente indígena vinculada a Juan de Piasca y que el mismo autor fecha hacia 1190. Rafael Navarro citaba en su catálogo dos vírgenes románicas que no llegaba a describir, anotando simplemente que una portaba poma y la otra era sedente, ambas, según él, del siglo XII.