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Interior

Identificador
34846_08_003
Tipo
Fecha
Cobertura
42º 55' 30.31'' , -4º 26' 45.89''
Idioma
Autor
José Luis Alonso Ortega
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Ermita de Nuestra Señora de la Asunción

Localidad
San Felices de Castillería
Municipio
Cervera de Pisuerga
Provincia
Palencia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
A UNOS 100 M AL SUR de la iglesia parroquial, en la falda del altozano sobre el que ésta se asienta, se levanta la ermita de la Asunción, casi oculta por el caserío que la circunda. Es una construcción de reducidas dimensiones que responde a las mismas características de humildad y sencillez estructural que definen a un grupo homogéneo de edificios románicos de la Montaña Palentina. La proximidad geográfica existente entre ellos parece indicar la presencia de un grupo de canteros locales, anclados en fórmulas tradicionales, que desarrollan su actividad en un área muy reducida y ajena a las innovaciones técnicas y estéticas de la arquitectura del momento. Al igual que las ermitas de Mudá, Monasterio y Vallespinoso de Cervera, consta de capilla absidal cuadrada y una sola nave, en este caso con los muros laterales en disposición divergente hacia los pies, dando lugar a una planta ligeramente trapezoidal. El acceso al interior se hace a través de un sencillo arco de medio punto practicado en el lado meridional. El aparejo es de mampostería con refuerzos de sillería en las esquinas y vanos. La nave presentaba originalmente techumbre de madera pero fue enmascarada en época moderna por una cubierta de rasilla revocada de yeso que fue posteriormente eliminada durante la última restauración del edificio. La cabecera se cubre con bóveda de cañón apuntado decorada con pinturas murales de finales del siglo XV realizadas al temple sobre una capa de enlucido. Representan escenas religiosas relacionadas con el ciclo de la Natividad. Se adscriben al llamado Maestro de San Felices, bautizado así por García Guinea en la década de los sesenta cuando apenas se conocían otras obras de este artista. Actualmente se sabe que trabajó en la decoración de varias iglesias palentinas (San Cebrián de Mudá, Mudá, Matamorisca, Valberzoso, Barrio de Santa María, Revilla de Santullán y de Vallespinoso de Cervera), burgalesas (Puentes de Amaya) y del sur de Cantabria (Mata de Hoz, La Loma y Las Henestrosas). La decoración escultórica está prácticamente ausente del edificio. Sólo dos canecillos ofrecen, aunque tímidamente, un desarrollo figurativo. En uno aparece un rostro masculino con barba partida en dos mechones puntiagudos y en otro dos hojas muy esquemáticas. La talla es bastante somera y carente de refinamiento lo que da idea de la escasa destreza técnica de los operarios que aquí trabajaron. Todo hace pensar en una cronología retardataria para esta ermita, dentro ya, como mínimo, del siglo XIII, si bien el carácter tan popular de la construcción hace muy difícil precisar su datación.