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Muro sur del presbiterio

Identificador
37874_01_004
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
40º 47' 0.59'' , -5º 21' 55.80''
Idioma
Autor
José Luis Alonso Ortega
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de El Salvador

Localidad
Gajates
Municipio
Gajates
Provincia
Salamanca
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
POR LO QUE RESPECTA A SU IGLESIA, y pese a los añadidosy restauraciones de que ha sido objeto, conserva buena parte de su estructura primitiva que incluye fundamentalmente la cabecera y gran parte de los muros de la nave. Se trata de un templo de nave única, tramo presbiterial y ábside semicircular. En el lado meridional se abre la portada, hoy adintelada, pero en origen con arco de medio punto enmarcado por alfiz. Va precedida por un pórtico que igual que la torre situada a los pies es obra de siglos posteriores, posiblemente del XVI como ya señalaba Gómez-Moreno. La cabecera y los dos primeros tramos de la nave están construidos a base de ladrillo en hiladas regulares y anchos tendeles. Por el contrario, los muros correspondientes a los dos tramos restantes presentan un aparejo diferente, destacando el muro norte que se levantó hasta media altura a base de hiladas de sillería de granito y el resto en ladrillo. El paramento restante se compone de sillarejo unido con argamasa, exceptuando de nuevo el remate superior también de ladrillo. El ábside se divide exteriormente en siete paños por medio de pilastras o bandas en resalte que recuerdan al de Pedrosillo de Alba. Cada paño presenta la misma rítmica superposición de tres niveles de arquerías ciegas, de medio punto y de doble rosca en los cinco paños centrales y de rosca triple en los dos laterales. La parte inferior del ábside aparece reforzada por un zócalo de sillería granítica de cronología posterior. En el cuerpo central tres de los arcos aparecen perforados por ventanas saeteras que iluminan tímidamente el interior. La arquería superior está enmarcada por un recuadro a manera de alfiz y de marcado relieve. Remata el conjunto una sencilla cornisa de perfil de nacela. Los muros del presbiterio están animados igualmente por la superposición de tres filas de arcos ciegos de medio punto y de triple rosca. Los del cuerpo central apean en finas columnillas cilíndricas de ladrillo y el resto en bandas de poco relieve, que junto al molduraje contribuyen a romper la monotonía y crean juegos de luz y sombra. En algunas enjutas los ladrillos aparecen dispuestos en forma de abanico siguiendo un esquema que se repite también en el interior del ábside de Pedrosillo de Alba. Sobre el tramo presbiterial se alza un cuerpo cuadrangular de ladrillo de época posterior, perforado en sus lados por ventanas que proporcionan iluminación al interior. Los muros de la nave aparecen en parte articulados por medio de pilastras adosadas que se interrumpen a más de media altura y que ocupan el espacio correspondiente a los dos primeros tramos de la primitiva nave. En el interior, el ábside, al que se accede por medio de un arco triunfal de medio punto, se cubre con bóveda de horno a menor altura que la cubierta del tramo presbiterial. Está animado por dos niveles de arcos ciegos de medio punto doblados; ocho en el cuerpo inferior y siete en el superior, de los cuales tres están calados y presentan una mayor molduración. Una imposta con perfil de nacela marca la separación entre ambos pisos de arquerías y otra similar que se prolonga por el presbiterio marca el arranque de las bóvedas. El tramo presbiterial sigue la misma articulación que el ábside, con dos cuerpos superpuestos de arcos ciegos de doble rosca y de mayores dimensiones. En uno se colocó un sepulcro y en otro se abrió la portada que comunicaba con la sacristía desaparecida. El aspecto interior de la nave -cubierta con bóveda de lunetos- parece ya obra del siglo XVIII, excepto los muros correspondientes a los dos primeros tramos que, aunque están revocados, pertenecen a la primitiva fábrica. Podemos concluir por tanto señalando que los restos más antiguos de esta iglesia (cabecera y parte de los muros de la nave) corresponden a una fase constructiva que puede datarse dentro de la primera mitad del siglo XIII.