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Pila bautismal

Identificador
34127_01_001
Tipo
Fecha
Cobertura
42º 25' 18.09'' , -4º 34' 13.43''
Idioma
Autor
José Luis Alonso Ortega
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de Santa Marina

Localidad
Miñanes
Municipio
Valde-Ucieza
Provincia
Palencia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
EL ÚNICO ELEMENTO ROMÁNICO conservado en su iglesia parroquial es una pila bautismal (101 x 66 cm) colocada en una estancia a modo de sacristía accesible desde el presbiterio. Toda la superficie de la pila está decorada con motivos esculpidos en un relieve somero. Recorre la zona superior un enramado vegetal, con tallos ondulantes revestidos de hojas. Bajo esta cenefa se desarrolla el programa iconográfico compartimentado en cinco espacios separados por otras tantas columnas que rematan, como si se tratara de esquemáticos árboles, en divergentes ramas curvas que pretenden simular arcos y que llegan a integrarse en el follaje. Sigue un esquema que, aunque realizado de manera tosca e irregular, recuerda a las pilas de Osorno y Guardo. Cada marco cobija una o varias escenas inconexas entre sí, en alguna de las cuales puede colegirse una significación relativa al mensaje salvífico y renovador del bautismo. Acompañan a estos temas formas geométricas de arbitraria presencia, sólo explicables por el expreso horror vacui del escultor. Alojados en dos encasamentos individuales contiguos se aprecian sendos personajes masculinos, ataviados con vestiduras talares de burdo plegado conseguido por hendiduras a bisel. Uno de ellos está re p resentado de frente y de pie, con los pliegues del vestido moldurados por sogueado, portando un báculo en la diestra. El otro, a su izquierda, se encuentra sentado de perfil y apoya sobre las rodillas, sujeto con la mano derecha, un libro. La interpretación de estas figuras aisladas es harto complicada, quizá santos varones, si bien por la coincidencia de actitudes y atributos con algunos de los apóstoles de la pila de Moarves de Ojeda pudiera reconocérseles como tales. Las proporciones anatómicas de ambos varones son incorrectas, con una evidente macrocefalia y una inverosímil articulación de los brazos que indican la escasa pericia del escultor, también patente en el resto de relieves. Los rostros son inexpresivos y apenas modelados, con el cabello, la boca y los ojos incisos. La cabeza, de perfil, ofrece una postura sumamente forzada, tanto por la curvatura craneal, como por la prominencia de la nariz y la barbilla. En el siguiente marco vertical, vemos una escena de combate entre una serpiente y un caballero que, vestido con cota de malla, pisa al reptil y se protege de su mordedura adelantando el escudo. Representación simbólica de la universal pugna contra el pecado, con alusiones a la capacidad redentora del bautismo. Fue un motivo muy utilizado en la escultura románica palentina, con ligeras variantes, aparece decorando capiteles, canecillos, ménsulas (Zorita del Páramo, Vallespinoso de Aguilar, Revilla de Santullán, Perazancas de Ojeda, Moarves de Ojeda, etc.) y pilas bautismales (Cantoral de la Peña, Payo de Ojeda, Renedo de Valdavia, Arenillas de Nuño Pérez, Respenda de Aguilar, etc.). El compartimento siguiente acoge varias figuras de difícil interpretación y dudosa interrelación. En el lado izquierdo, un centauro vuelve el tronco y apunta con su arco a un cuadrúpedo con cabeza de arpía. A la derecha, en la parte superior, se ve un grifo delante de una octopétala inscrita en un círculo. Debajo, aparecen dos aves flanqueando una flor hexapétala situada a la altura de sus patas. En la pila de Guardo también aparecen las aves afrontadas y el centauro, elementos asimismo presentes en la de Osorno, donde, en cambio, las aves se trocan por grifos. En el último de los escenarios aparecen un zorro en plena persecución de una liebre, una cruz patada, dos animales rampantes enfrentados a un árbol y una rapaz de alas explayadas.