Pasar al contenido principal
x

Relieve del interior

Identificador
37428_01_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 6' 1.05'' , -5º 29' 21.54''
Idioma
Autor
Sin información
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Ermita de Nuestra Señora de la Encarnación

Localidad
La Orbada
Municipio
La Orbada
Provincia
Salamanca
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
EL ÚNICO TESTIMONIO ROMÁNICO que encontramos en esta localidad se encuentra en la ermita de Nuestra Señora de la Encarnación, situada a unos 300 m del caserío, junto al cementerio de la población. Se trata de un edificio de planta rectangular realizado en dos épocas distintas: la más antigua románica y la más moderna del siglo XVI. En origen fue probablemente una iglesia de fábrica mixta en la que se utilizó el ladrillo para la caja de muros y la piedra para los elementos esculturados. De este primitivo edificio sólo se ha conservado parte del muro sur con un paramento de ladrillo decorado con un nivel inferior de cinco arcos ciegos de medio punto sobre los que se dispone el arranque de otra arquería que quedó mutilada. En el lado occidental hay un gran arco de medio punto cegado y a uno de sus lados todavía se percibe la línea de la primitiva cubierta lo que hace suponer que se trate de un arco diafragma de la primitiva nave. Otro arco de similares características es el que comunica actualmente con el cementerio que ocupa también el espacio de la antigua nave. En el interior merece la pena destacar una serie de elementos reutilizados dentro de la obra renacentista. Así, empotrado en el muro occidental -hoy cabecera- aparece un relieve decorado con cuatro círculos perlados que acogen flores de lis, motivo que se repite de forma idéntica en la iglesia de San Cristóbal de Salamanca. Quizá se trate de las “dovelas de piedra con rosetas esculpidas” que vio Gómez-Moreno y que le sirvieron para datar la construcción en el siglo XII. La mesa de altar está formada por la pieza de un antiguo púlpito de piedra del siglo XVI soportado por dos capiteles de tosca factura y cronología incierta; uno liso y el otro decorado con motivos vegetales incisos y bolas en las esquinas. Por último, en las tapias de lo que es hoy el camposanto se reutilizaron igualmente sillares de labra románica y una pieza -arquivolta o imposta- decorada con tacos.