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Restos de muro de Sant Esteve i Sant Hilari d’Umfred

Identificador
17006_01_005
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.36306, 1.91917
Idioma
Autor
Carme Subiranas Fábregues
Montse Jorba i Valero
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Esteve i Sant Hilari d’Umfred

Localidad
Alp
Municipio
Alp
Provincia
Girona
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Esteve i Sant Hilari d’Umfred

Claves
Descripción

Antiguo monasterio de Sant Esteve i Sant Hilari d’Umfred

 

Para localizar los restos del antiguo cenobio de Sant Esteve i Sant Hilari d’Umfred o de Riufred debemos partir del municipio de Alp y tomar la carretera GIV- 4082, que conduce por el fondo del valle a la estación de esquí de La Molina. La vía discurre paralela al riachuelo de Alp, afluente del Segre, y a la línea de ferrocarril que comunica Barcelona con Francia, pasando por Puigcerdá. Los escasos vestigios de dicho monasterio se encuentran a 3,7 km del cruce de Alp, una vez pasada la edificación conocida como Torre de Riu, de estilo neogótico.

 

El documento más antiguo que alude al monasterio lo encontramos en el cartulario de Sant Sadurní de Tavèrnoles; se trata de un diploma fechado en el año 815, aunque es dudosa su autenticidad. En cualquier caso, el documento explica que el conde Frèdol de Tolosa habría edificado un cenobio en el condado de Cerdanya en honor a los santos Esteban e Hilario, lo habría dotado de bienes y, luego, lo habría legado al monasterio de Tavèrnoles con el visto bueno del obispo Possedoni de Urgell. Ya en el siglo xi, se menciona la dependencia del monasterio de Umfred en el acta de consagración de Sant Serni de Tavèrnoles, fechada en el año 1040. Se conoce también que los condes de Cerdanya discutieron al cenobio esta posesión, junto con la de Sant Pere de Ger. Debido a todo esto, en el año 1079 se llegó a un concordato entre el conde Guillem Ramon I y el abad de Sant Serni, según el cual se reconocía la dependencia de Tavèrnoles a cambio de una compensación económica para el conde. Después del siglo xi no se tiene constancia de ninguna comunidad monacal, aunque sí parece que continuó la posesión de Tavèrnoles para administrar los pastos del valle.

 

En julio del 2004, el agente forestal Josep Astort, descubrió en el lugar una tumba de losas, que había aflorado debido a un corrimiento de tierras facilitado, seguramente, por el pendiente del terreno y su composición a base de pizarras. Posteriormente, el Centre d’Informació i Documentació del Patrimoni Cultural de la Generalitat de Catalunya encargó a un equipo de arqueólogos, dirigido por Carme Subiranas i Fàbregas, una intervención urgente para estudiar los restos aparecidos. Se trataba de un enterramiento construido con grandes losas dispuestas horizontalmente sobre la caja, que contenía un esqueleto entero orientado de Este a Oeste, como era habitual en época altomedieval. También se procedió al estudio de los restos del supuesto monasterio de Sant Esteve i Sant Hilari d’Umfred, que describieron como una estructura formada por dos muros que forman un ángulo recto, uno en dirección NO-SE y el otro en dirección SO-NE, definiendo lo que parece un ámbito o habitación. Ambos conservan una altura de 1,20 m y están construidos con aparejo de piedras de esquisto planas dispuestas en opus spicatum, ligadas con argamasa de cal que están cubiertos por una gran losa de época reciente para usar la edificación como resguardo de pastores. Este aparejo también se encuentra en otras iglesias de esta zona, como la de Santa Cecilia de Bolvir, en la base del ábside de Santa Eugenia de Saga, Sant Miquel de Soriguerola, y sobre todo en la de Sant Esteve de les Pereres. Otros restos de lo que podrían ser muros de las dependencias monásticas están medio ocultos entre la maleza y requerirían una intervención arqueológica de más envergadura para aportar más información al respecto.

 

Hay que dejar constancia que durante la construcción de la línea férrea y de la de alta tensión, en el primer cuarto del siglo xx, se mutilaron los restos del antiguo monasterio y se sabe que al mover el terreno afloraron restos de huesos humanos que seguramente pertenecieron a su necrópolis, o quizás corresponderían a enterramientos anteriores, fechados entre los siglos viii y xi.

 

Texto: MONTSE JORBA VALERO – Foto: CARME SUBIRANAS FÀBREGUES

 

 

Bibliografía

 

Abadal i de Vinyals, R. d’, 1949, p. 161; Baraut i Obiols, C., 1994-1995, pp. 29, 37; Catalunya Romànica, 1984-1998, VII, pp. 76-77; Delcor, M., 1980, p. 146; García Soler, J., 1964, pp. 25, 92-93; Martí i Sanjaume, J., 1928, pp. 109-110; Mercadal i Fernández, O. et alii, 2011, pp. 44-45; Subiranas i Fàbregas, C., 2005.