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Vista del lado norte de Santa Maria de Bell-lloc d’Aro

Identificador
17181_01_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41.839853, 2.977822
Idioma
Autor
Ana Victoria Paul Martínez
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Santa María de Bell-Lloc

Localidad
Bell-Lloc
Municipio
Santa Cristina d'Aro
Provincia
Girona
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Santa Maria de Bell-lloc d’Aro

Claves
Descripción

Iglesia de Santa Maria de Bell-lloc d’Aro

 

La iglesia parroquial de Bell-lloc, dedicada a Santa María Asunta, se encuentra en este vecindario situado en la Vall d’Aro (valle d’Aro). Se llega al lugar por la carretera que va de Santa Cristina a Romanyà de la Selva. El templo se emplaza a unos 3 km del núcleo de la cabeza de municipio, en las inmediaciones de la carretera y en un paraje sutilmente elevado, en las vertientes meridionales de las Gavarres.

 

El antiguo lugar de culto de Filafamis o Vilafamis, topónimo con el que se conoce Bell-lloc d’Aro antes del siglo xiv, estaba dedicado a san Esteban (Sanctum Stephanum de uilla Filafamis o Sancti Stephani que est sub appendicium per Sanctum Martinum de Romaniano), tal y como se documenta en los años 939, 1019 y 1067. Asimismo, en el año 1064, el testamento del clérigo y juez Guitard menciona un alodio situado in valle Aradis en el término de la parrochie Sancte Marie de Filafanis. A partir del siglo xi, la iglesia aparece mencionada con la advocación actual, aludida como ecclesia de Filafanis a finales del xiii y como parrochia de Ste. Marie de pulcro loco [a] cognominata de filafanis en el Llibre Verd dels Feus de la diócesis de Girona de 1362. Unida a Santa Cristina d’Aro en 1491, se independizó de ésta en el año 1787.

 

El edificio de Santa Maria de Bell-lloc d’Aro consta de una única nave con cabecera de planta poligonal al exterior y de herradura al interior. Una rectoría del siglo xviii queda adosada en parte del muro sur y oriental de la iglesia, y en el sector norte afloran los cimientos de un antiguo edificio romano de época altoimperial –un hipotético complejo termal– que fue en parte suprimido en el Bajo Imperio por una reforma de funcionalidad industrial, y que, posteriormente, se utilizó como lugar de culto cristiano. En este tramo, integrada en el paramento se conserva parte de una pilastra con imposta y el arranque de un arco, pretéritos elementos que debieron substituirse por una segunda arcada surgida inmediatamente al Oeste, y confundida por uno de los cuatro contrafuertes adosados al muro en el año 1931. Flanqueada por dos de éstos, aparece tapiada una abertura de arco de medio punto destinada seguramente a vincular este espacio con el actual templo parroquial. Hay vestigios de otra arcada en la fachada occidental.

 

Dicha fachada ha sido objeto de numerosas alteraciones desde sus inicios hasta la actualidad. Bajo una cubierta a dos aguas, dos ventanas de construcción tardía –la superior tapiada por el interior– aparecen en los pies de la nave, que concluye por un arco fajón de medio punto que da paso a una bóveda de cañón que sigue hasta el análogo arco triunfal. Tras éste, bajo la bóveda de cascarón del ábside, se abre una ventana abocinada central, en cuya parte inferior hay un arcosolio flanqueado por otros dos de mayores dimensiones y profundidad. El del lado de la Epístola da acceso a la sacristía, construida durante el siglo xvii.

 

La iglesia de Santa Maria de Bell-lloc d’Aro fue uno de los primeros templos en restaurarse con posterioridad a la Guerra Civil, intervención que dejó su paramento constructivo íntegramente al descubierto. Tanto sus primitivas características como el descubrimiento de las mencionadas estructuras del exterior, al norte del edificio, han sido objeto de reiteradas acciones arquitectónicas y arqueológicas, desde 1959 hasta el presente. Prácticamente todas las estructuras consideradas posteriores a la fábrica altomedieval fueron suprimidas (el mosaico hidráulico que había en el presbiterio, las pinturas situadas en el lado del Evangelio de la cabecera, el tabique y el altar moderno, el coro de madera construido en 1822 y dos hornacinas o capillas de bajo relieve abiertas en el muro norte), y se añadieron elementos de apariencia rústica, como la puerta bajo porche que da acceso al templo –ubicada en el muro sur y en substitución de una anterior–, el pavimento del presbiterio y una pequeña espadaña sobre la cubierta. También se recuperó el antiguo altar, cuya base es una pieza de prensa de época romana reaprovechada, y se reemplazó la pila bautismal.

 

Las estructuras visibles testimonian que la actual iglesia de Santa Maria de Bell-lloc d’Aro se erigió beneficiándose de las características arquitectónicas y geográficas del lugar donde se emplaza. Los vestigios que aparecen al exterior del edificio corresponden a antiguas cimentaciones romanas reutilizadas para la fábrica de un primer templo prerrománico y a las posteriores rehabilitaciones de éste; de ahí la apariencia rectangular y con cabecera absidiada de uno de sus muros que, junto con una base de piedra a modo de altar, se asocia a una capilla. Este edificio se comunicaba con el actual mediante la portada adovelada, tapiada en el presente, abierta en el muro septentrional de la iglesia, que se presenta prerrománica en su mayor parte. Asimismo, su estructura fechada del siglo x comparte escenario con elementos románicos pertenecientes a una época de grandes reformas del edificio, como es el alzado poligonal del ábside, las dos bóvedas (la absidial y la de la nave), la ventana del muro oriental y parte del muro occidental; todo ello siguiendo un modelo constructivo que se ha fechado en los siglos xi y xii. De esta misma época son dos tumbas localizadas bajo los restos descubiertos al norte del templo.

 

 

Texto y fotos: ANA VICTORIA PAUL MARTÍNEZ – Planos: NURIA PICAS CONTRERAS

 

Bibliografía

 

Blanco de la Lama, J., 1991, pp. 91-94; Canal i Roquet, J. et alii, 2004, II, pp. 206-212; Catalunya Romànica, 1989, VIII, pp. 308-310; Esteva i Cruañas, L, 1990, IX, pp. 63- 114; Feliu i Montfort, G. y Salrach i Marès, J. M., 2010, II. pp. 503-504; Llinàs i Pol, J. y Merino i Serra, J., 2007, XI, pp. 108-109; Mallorquí Garcia, E., 2011, pp. 65-90; Palahí i Grimal, L., pp. 2008-2009; Palahí i Grimal, L., 2010, pp. 329-339.