Sant Pere dels Vilars
Iglesia de Sant Pere dels Vilars
La vecindad de Vilars se encuentra a los pies de la montaña de Fau, a unos 5 km al Suroeste de la villa de Maçanet de Cabrenys, entre Oliveda y Tapis. Está constituida por masías diseminadas, algunas de ellas deshabitadas. Se accede por una pista asfaltada que parte del km 11,5 de la carretera GI-503, junto a Maçanet. Después de pasar Oliveda se debe continuar por la misma pista hasta encontrar un cartel indicador a mano derecha. Seguiremos por un camino sin asfaltar hasta llegar a la iglesia. El recorrido desde Maçanet es de unos 5 kilómetros.
Se tienen referencias de esta iglesia desde el siglo x, en concreto de los años 951, 952 y 954 en que se menciona Sancto Petri de Vilare hoc est dicitur Gavarre en varias donaciones. Más adelante, un clérigo de nombre Guiu, en su testamento de 982 hace donación de bienes en el término de Vilar d’Oliba. Del mismo modo, en 1075 tiene lugar la donación a Santa Maria de Vilabertran, por parte de los esposos Ramon Adalbert y Ermengarda, de la parroquia de Sant Pere de la vila Olibani o dels Vilars, con la iglesia, cementerio de treinta pasos, diezmos, primicias y oblaciones, además de la viña situada en Fontfreda, y de todo el alodio de la misma parroquia. Ya en el año 1116, en una bula del papa Pascual II, se confirma la posesión de Sancti Petri de Vilare Olivario al monasterio de Santa Maria de Vilabertran. La iglesia aparece asimismo mencionada en las Rationes decimarum Hispaniae de 1279-1280 como Villario Olibano, y también se la nombra en los nomenclátores de la diócesis de Girona del siglo xiv. Al igual que Sant Miquel de Fontfreda, la despoblación le llevó a perder la condición de parroquia en el siglo xvi y pasó a ser sufragánea de Sant Cristófol dels Horts. A pesar de todo, se reformó en el siglo xviii, pero fue cayendo en desuso y sufrió importantes desperfectos. Ya en 1971 se restauró por iniciativa popular. Actualmente depende del obispado de Girona y sólo se celebra en ella una romería el domingo siguiente al 29 de junio.
Nos encontramos ante un edificio de reducidas dimensiones, de una sola nave con ábside trapezoidal prerrománico que se puede datar hacia el siglo x. Se cubre con bóveda de cañón de perfil un tanto ultrapasado debido, probablemente, a la irregularidad de los muros que la sustentan. Conecta con la nave por un arco triunfal de medio punto y asimismo ligeramente ultrapasado, que cierra a un nivel más bajo que la bóveda y se sustenta en pilares, marcando así la división entre presbiterio y nave. Dicho arco adovelado, está construido con sillares de buena factura cortados a bisel. Descansa sobre sendas impostas lisas, de sección plana y biseladas que sobresalen del conjunto. Se ilumina con dos ventanas de doble derrame, una en el centro y la segunda en el muro de mediodía.
La nave corresponde a una etapa posterior. Está algo desplazada con respecto al ábside y presenta una bóveda apuntada. La entrada al templo está situada en la fachada occidental y presenta un grosor en su muro producto, seguramente, de la reforma de los siglos xvi-xvii que nos dejó asimismo la portada actual, muy simple, con dos arcos de medio punto en gradación y tímpano liso que descansan en una fina imposta corrida sobre jambas también lisas. Se remata con tres pilares a base de sillares bien labrados que forman dos aberturas con arcos de medio punto, todo ello de época moderna.
El aparejo es diverso según las etapas constructivas a que corresponde. Así, en el ábside encontramos sillarejo de granito sin trabajar de tamaño pequeño o mediano, trabado con mortero, tendente a la sedimentación horizontal. Los muros de la nave son de parecidas características aunque pensamos que corresponden a la etapa moderna. El pavimento, a base de losas de piedra podría ser de la primera mitad del siglo xviii, si atenemos a la fecha gravada en una de ellas (1749).
A pesar de que por su estructura hemos datado el ábside hacia el siglo x, pensamos que las ventanas del mismo corresponden a una etapa posterior quizás del siglo xi. Para el resto del edificio no hemos encontrado documentos que proporcionen datos para su correcta datación, que proponemos entre los siglos xvi y xvii.
Pila Bautismal
En el interior de la nave, justo en el centro, junto a la puerta de entrada, se encuentra una pila bautismal de piedra granítica de un solo bloque y forma cóncava, sin ornamentación. No conserva el pie y presenta unas dimensiones de 82 cm de alto con un diámetro superior de 78 cm. Sus características simples hacen difícil su datación que por semejanza a otras de la comarca la situamos hacia los siglos xii o xiii.
Texto Montse Jorba i Valero – Fotos: Carmen Ropero Mochales – Planos: Núria Dolors Vila Costa
Bibliografía
Badia i Homs, J., 1975, pp. 42-43; Badia i Homs, J., 1977, p. 24; Badia i Homs, J., 1977-1981, II-A, pp. 259-261, 264; Barral i Altet, X., 1981, p. 272; Catalunya Romànica, 1984-1998, IX, pp. 565-566; Pons i Guri, J. M., 1964, pp. 36, 68; Roura i Sabà, P., 1997, pp. 6, 9, 12-13.