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Ábside de la Iglesia

Identificador
26063_01_002n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 34' 52.80'' , -3º 0' 42.75''
Autor
Sin información
Colaboradores
Sin información
Derechos
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Martín

Localidad
Fonzaleche
Municipio
Fonzaleche
Provincia
La Rioja
Comunidad
La Rioja
País
España
Descripción
LA IGLESIA DE SAN MARTÍN, de pequeño tamaño y tosca ejecución, se ubica en una plazoleta en lo alto del pueblo denominada popularmente el Altillo, siendo difícil su visión completa en algunos puntos por estar rodeada de viviendas, sobre todo en la zona del ábside. Es la más antigua de las construcciones románicas de la cuenca del río Tirón y, a diferencia de ellas, no posee rasgos tardíos. Su arquitectura podría fecharse hacia la mitad del siglo XII, aunque parte de su decoración quizás debe retrasarse hasta el XIII, momento en el que se realizan algunas reparaciones en el templo. La iglesia del siglo XII se debió de construir para que el monasterio de San Millán hiciera efectivo su dominio sobre ella a partir de 1076, y hacia 1134 ya debía de existir, pues en esa fecha se citan las dos iglesias de Fonzaleche. Constaba de un ábside semicircular cubierto con bóveda de horno, un presbiterio más ancho cubierto con bóveda de medio cañón, y una sola nave cubierta con techumbre de madera. De esta etapa se conserva la cabecera hasta el arco triunfal (el tambor del ábside y el presbiterio), así como parte de la nave central y de los muros exteriores, los cuales poseen material románico reaprovechado en las sucesivas ampliaciones. En el muro sur de la nave se abría una portada, y a ambos lados dos ventanas sin decoración, huellas que se aprecian en el muro sur de la actual nave sur o de la epístola. En el hastial oeste existía otra puerta y un atrio o pórtico, citado en el documento de 1240 reseñado anteriormente, con tres arcos apoyados en pilares, de los que se conserva uno. Sería un caso único en La Rioja de pórtico occidental, junto con el hipotético de la iglesia de Santa María en Villavelayo en la sierra de la Demanda, también desaparecido. En el siglo XIII pudo procederse a una ampliación añadiéndose dos capillas con cabecera rectangular al norte y sur del presbiterio en un románico arcaizante, imitando el estilo de la iglesia inicial, las cuales posteriormente se convirtieron en baptisterio y sacristía. De hecho, cuando Pascual Madoz describe la iglesia a mediados del siglo XIX, ésta todavía tenía una sola nave con dos capillas. Fue, por tanto, en la segunda mitad del XIX cuando se sucedieron sucesivas reformas que transformaron completamente la distribución del templo: se amplió de una a tres naves de tres tramos, reaprovechándose en sus muros exteriores los materiales románicos de la nave anterior; en los muros laterales de ésta se abrieron arcos para comunicar las tres naves recién formadas; se cubrieron sus techos con bóvedas de arista; se restauró exteriormente el muro norte y la parte inferior del ábside, de ahí que éste muestre dos materiales diferentes, siendo modernos los de la base; se construyó un óculo y una linterna de iluminación en la bóveda de cañón del presbiterio; y, por último, en 1880 se construyó una torre en el hastial oeste con lo que desapareció el pórtico románico. En 1990, como no se podía celebrar culto en el templo por su mal estado, pues su interior amenazaba ruina, hubo un intento de restauración popular, y en 1996 se restauró el interior del ábside a expensas de la Comunidad Autónoma de La Rioja, hallándose en él tres tumbas orientadas al Este, una de ellas con restos textiles de la indumentaria del difunto. El primer tramo de las naves alberga las capillas de Nuestra Señora en el lado norte o del evangelio, y del Santo Cristo en el lado sur o de la epístola. El ábside es de muy pequeño tamaño. Posee una ventana central sin decoración -que estuvo cegada y oculta por un retablo hasta su restauración- y una imposta lisa a la altura del arranque de las bóvedas. Por el exterior conserva basas y capiteles de dos columnas que lo debieron de reforzar dividiéndolo en tres paños, y que actualmente no se conservan porque sus fustes desparecieron en la reforma del siglo XIX. Los dos capiteles están adosados y representan en su parte superior tres máscaras, una en cada cara, separadas en los dos ángulos por aves o quizás arpías que apresan con sus garras a parejas de animales enfrentados en la parte inferior. Ambos capiteles terminan en sogueado de reminiscencia mozárabe o asturiana. Entre éstos se distribuyen diez canecillos que representan de izquierda a derecha, dos cabezas humanas contrapuestas (una derecha y otra invertida), una cabeza femenina cubierta con toca, una figura humana envuelta en una especie de aura, una oveja, una media luna de perfil con rasgos humanos, dos águilas, una cabeza masculina coronada, algo parecido a un caparazón de caracol y otros dos motivos astrales: un sol de frente y una luna de perfil, en forma de cuarto creciente, ambos con rasgos antropomorfos. El presbiterio posee un arco triunfal que, aunque es de medio punto doblado, parece de herradura de tradición mozárabe, lo que le da una imagen de gran primitivismo. Apea en columnas adosadas a pilastras con fustes más estrechos en su parte superior y con capiteles de gran pobreza decorativa, los cuales esbozan unos volúmenes semejantes a motivos vegetales estilizados y geométricos a base de incisiones verticales con volutas en las esquinas, relacionados con la tradición decorativa mozárabe. Tanto estos capiteles como las basas tal vez se hayan reutilizado, pues el grosor del fuste no se acomoda muy bien a ellos. Los muros exteriores de la actual nave triple son románicos reaprovechados, así como la cornisa de tejaroz con sus canecillos, que es lisa en nacela en todo el contorno del edificio excepto en un pequeño tramo del hastial oeste donde se adorna a base de tallos curvos entrelazados con esquemáticas hojas. En este pequeño tramo hay tres canecillos que presentan un rostro humano de talla abultada, un búho y un perro. En el resto son lisos con perfil de nacela, excepto uno en la esquina del muro sur que esboza otra cabeza de talla prominente. Estos dos canecillos con cabezas son similares a otro que presenta el mismo tema en la iglesia de Ventrosa de la Sierra en el alto Najerilla o sierra de la Demanda. Aunque arquitectónicamente la iglesia de Fonzaleche pertenece al grupo de edificios románicos del valle del Tirón con ábside semicircular, posee bastantes diferencias respecto a ellos. Por ejemplo, los demás son en general de tipo jaqués, cubiertos con bóveda de horno o de cuarto de esfera, divididos en varios paños por dos o cuatro columnas adosadas que los refuerzan, y con ventanas entre estas columnas siempre en número impar, una o tres. Sin embargo el de Fonzaleche es mucho más pequeño y sencillo, pues sólo tiene una ventana central sin decoración y dos columnas-contrafuerte que lo dividen en tres paños. De hecho, es el único que podría pertenecer al románico pleno de mediados del XII, asemejándose por ello más a otros edificios de esta época del valle del Najerilla, como la iglesia de Santa María en Ledesma de la Cogolla o las ruinas de la de San Miguel en Matute. Por ser el más primitivo, es el único de la comarca que se cubre con bóveda de horno, pues todos los demás lo hacen con bóveda de cuarto de esfera apuntada. Otra diferencia es que éste tiene bóveda de medio cañón en el presbiterio, y no de cañón apuntada como el resto. El arco triunfal en este caso apoya en columnas simples, como en Tirgo y Ochánduri, y a diferencia de Castilseco, Villaseca y Treviana, donde su estructura es más compleja. Escultóricamente, la iglesia de Fonzaleche tiene un escultura monumental mucho más tosca que los demás templos románicos de la comarca de Haro, y en algunos aspectos (canecillos de cabezas de talla abultada) indica que pudo tener relaciones con el foco del Najerilla. Este templo conserva su pila bautismal románica. En principio estuvo en el baptisterio o primera capilla del lado del evangelio, y actualmente se ubica en el lado suroeste de los pies. Es del siglo XII, contemporánea de la iglesia. Mide 93 cm de altura total por 118 cm de diámetro del brocal, y 33 cm de altura del pie por 60 cm de altura de la taza. De tipología en copa, se compone de una base octogonal moderna, un pie cilíndrico muy corto rematado en una fina moldurita y una taza semiesférica totalmente lisa. Presenta buena ejecución (la semiesfera de la taza es casi perfecta), aunque su fina superficie denota que ha sido retallada. Su estado de conservación puede calificarse de regular ya que la copa está reformada y la base original no se conserva.