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Portada meridional

Identificador
24152_02_008
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 49' 4.48'' , -5º 20' 7.08''
Idioma
Autor
José Manuel Rodríguez Montañés
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción

Localidad
Vegaquemada
Municipio
Vegaquemada
Provincia
León
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LA ACTUAL IGLESIA DE LA ASUNCIÓN es un edificio neorrománico concebido por el arquitecto Juan Torbado Franco y financiado por el industrial cervecero Pablo Díez Fernández, natural de Vegaquemada. Realizado entre 1952 y 1954, fue consagrado por el obispo de León Mons. Luis Almarcha el 5 de septiembre de 1954, tal como recoge la inscripción conmemorativa conservada en el interior. Se trata de una basílica de considerables dimensiones, de planta de cruz latina, pórtico en su costado meridional y torre a los pies, todo ello revestido de rasgos estilísticos que apelan desde a la arquitectura cisterciense al románico catalán o italiano. El resultado es, cuanto menos, sorprendente. El actual edificio se eleva sobre el solar de un templo románico, dedicado desde antiguo a la Asunción y que Manuel Gómez-Moreno describía en 1925 del modo siguiente: “Bóveda de la capilla, peraltada, arco toral sobre parejas de columnas, con capiteles de hojas provistas de bolas, o bien con animales y figuras, groseros, en la portada, otros dos pares de columnas con simples hojas, como los susodichos. Sarcófago junto a ella, por fuera”. Afirma su similitud, aunque con mayores proporciones, respecto a la de Candanedo de Boñar, de la que dice era matriz y constata el estado de ruina en el que se encontraba, con un lacónico “yace arruinada”. El moderno edificio, no obstante, recupera y reutiliza del anterior los elementos que Torbado consideró más dignos, como la portada meridional y las dobles columnas que soportaban el arco de triunfo. La portada, abierta en el muro sur de la nave, consta de arco netamente apuntado y dos arquivoltas, igualmente ojivales y lisas, que apoyan en cimacios con molduración de nacela y jambas escalonadas con dos parejas de columnas acodilladas. Los capiteles vegetales que las coronan se decoran con hojas lisas lanceoladas muy pegadas a la cesta y hojas lisas lobuladas de acusado nervio central. La talla es somera y ruda. Las basas de estas columnas, muy erosionadas, apoyan sobre plinto y se molduran con un fino toro superior, perfil recto en sustitución de la escocia y desarrollado toro inferior. Pese a los repiques y reparaciones, son aún apreciables las improntas del hacha con que fueron labrados los sillares de las jambas. En el interior del templo y parcialmente reutilizadas bajo el coro, se conservan las dobles columnas que sustentaron el primitivo arco triunfal, siendo evidentes los retallados y reposiciones en los tambores de los fustes. El mayor interés se centra en los capiteles que las coronan. Los que apoyan en el muro norte de la nave son vegetales y se decoran, respectivamente, con una pareja de grandes hojas lobuladas de acentuados nervios, muy pegadas a la cesta, y dos hojas lisas lanceoladas de acusados bordes que acogen bolas en sus puntas. Los capiteles pegados al muro sur son figurados. El más cercano a la portada se decora con dos parejas de leones rampantes afrontados en los ángulos de la cesta, los del frente volviendo sus cabezas hacia el centro. Las colas de los felinos aparecen enrolladas bajo sus cuartos traseros y se posan sobre el lomo. Completan la decoración somero s caulículos en las esquinas, bajo los cuernos del ábaco. El capitel vecino se decora con una pareja de personajes masculinos acuclillados, con sus piernas exageradamente abiertas, que llevan en sus manos o sostienen objetos rectangulares de difícil identificación. Presentan cabellos de mechones paralelos, ojos almendrados y salientes, rictus de los labios de comisuras caídas y visten calzado puntiagudo que apoya sobre el astrágalo. En el frente del capitel completa la decoración un tosco y grotesco mascarón. Las basas de estas columnas presentan un perfil más “clásico” que las de la portada, con toro superior con bisel, escocia y toro inferior más desarrollado y con garras sobre fino plinto. Reutilizados de la primitiva cabecera, se embutieron en el coro n amiento del hastial del brazo meridional del transepto dos modillones decorados con sendos rostros masculinos, uno de ellos con larga barba de mechones paralelos y el otro con un rictus grotesco; su talla los aproxima al seco estilo de los capiteles del interior. Pese a la evidente rudeza de la talla, facetada y carente de detallismo, no están exentos estos relieves de cierta ambición, máxime entre la parquedad decorativa de los edificios del entorno geográfico. Su cronología debe rondar las últimas décadas del siglo XII.