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Vista general del primer recinto del Castillo de Cervià de Ter

Identificador
17050_01_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.0675846,2.9064211
Idioma
Autor
Annaïs Pascual Alfaras
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Castillo de Cervià de Ter

Localidad
Cervià de Ter
Municipio
Cervià de Ter
Provincia
Girona
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Castillo de Cervià

Claves
Descripción

CERVIÀ DE TER

 

Situado en el Noreste de la comarca del Gironès, a tan sólo 14 km de la capital, el municipio de Cervià de Ter extiende sus 9’6 km2 sobre las planas aluviales de la orilla izquierda del río Ter. Mientras las tierras meridionales y levantinas del municipio configuran amplias llanuras, en la zona noroeste la orografía se vuelve algo más agreste, con desniveles abruptos de no más de 140 m de altitud.

 

La población se concentra fundamentalmente en el pueblo de Cervià, con su caserío aglutinado situado en la llanura bajo la protección de la colina del Pedró, que lo protege de los fuertes vientos. En el sector nororiental del término se sitúa el pueblo de Raset, integrado por tres caseríos diseminados. El acceso a ambas localidades se realiza sin problemas por la carretera GI-633, que sale de la N-II, cerca de Medinyà.

 

El topónimo Cervià tiene sus raíces en época romana; deriva de Cervianus, probablemente el nombre de la villa romana que se encuentra en los orígenes del pueblo y que se habría asentado en las tierras tan ricas y bien comunicadas de Cervià, muy cercanas a la entonces Via Augusta. Cerca del priorato de Santa Maria, precisamente, se han encontrado los restos arqueológicos de una de las dos villas romanas que había en el lugar, llamada la Quintana y activa entre el siglo i aC y el v dC.

 

En el año 992 tenemos la primera noticia del castillo de Cervià, propiedad condal de Girona comprada por Sunyer Llobet, el hijo del cual, Silvi Llobet, en el año 1053 funda el monasterio benedictino de Santa Maria de Cervià. Gaufred Bastons, sobrino y heredero de Llobet, protagoniza varias afrentas e intentos de dominación y apropiación de los bienes del priorato. Los sucesores de éste acaban vendiendo el castillo a Arnau de Llers. Con los señores de Cervià, el lugar se convierte en sitio condal-real, administrado por dicha familia y posteriormente, durante la Baja Edad Media, por la familia Xammar, de Medinyà, fieles al rey Juan II.

 

 

Castillo de Cervià de Ter

 

Lo que antaño fue el castillo de una de las familias feudales más poderosas de la zona, los Cervià, es hoy un interesante yacimiento arqueológico pendiente de excavación. Quedan sólo visibles, en lo alto de la colina del Pedró, al Sur del término municipal, algunos paños de muralla de la fortificación que protegía, en su interior, las estancias del castillo, dispuestas alrededor de una gran torre circular central. Situado en una posición estratégica, el castillo goza de unas impresionantes vistas de la zona; constituye un punto de control incuestionable sobre los pueblos y caminos, desde aproximadamente Sant Julià de Ramis, a las puertas de la capital gerundense, hasta la lejana cima del Montgrí, ya en la costa. Se accede al castillo desde el centro del pueblo tomando la calle llamada Primera Travesía de la Muralla, al lado de la Torre de les Hores; puede accederse también desde una carretera local que pasa por detrás de dicha colina.

 

La fortificación aparece citada por primera vez en el año 992, cuando siendo posesión condal, Ramon Borrell, conde de Barcelona-Girona, vende el castillo por cien onzas de plata a Sunyer Llobet. Le seguiría como señor de Cervià su hijo Silvi Llobet, quien junto a su esposa funda el priorato benedictino de Santa Maria, reduciendo los bienes y dominios del castillo dentro del término de Cervià. El siguiente heredero y señor de Cervià fue Gausfred Bastons, sobrino de Silvi Llobet, quien lucharía en varios litigios infructíferos contra el priorato de Santa Maria con el objetivo de recuperar los antiguos dominios y bienes del castillo.

 

En 1101 hereda el castillo y sus dominios uno de sus hijos Berenguer Gausfred pasando luego a manos de su hermano Guillem Gausfred. Éste, en 1149, decide vender el castrum de Cervià, junto al de Púbol y todos sus dominios (en Cervià, Juià y Celrà entre otros). El nuevo señor de Cervià, Arnau de Llers, renuncia en favor de la canónica gerundense a una serie de iglesias que estaban bajo su señorío. Su sucesor, Guillem de Cervià, también señor del castillo de Rocabruna, deja el castillo a manos de Guerau de Cervià, quien en 1283 es uno de los caballeros convocados por el rey Pedro el Grande en Burdeos; ese mismo caballero, siendo señor de Cervià y Juià, rinde fidelidad al obispo de Girona en los primeros años del siglo xiv, siglo en que los señores de Cervià reciben títulos y participan en varias reyertas en defensa de la corona catalano-aragonesa y contra los reyes de Castilla.

 

Posteriormente, el castillo se vio involucrado en el conflicto entre la Generalitat, el rey Juan II y los payeses, que en plena guerra de Remences ocupan el castillo bajo comandancia de Esteve d’Agramunt. Durante el siglo xv, la fortaleza de Cerviàfue vendida a Juan de Vilapando por 5.000 florines. El castillo debió quedar en muy mal estado, pues en los siglos posteriores ya no se usa como tal y empieza a ser expoliado, reaprovechándose sus piedras en otros lugares de Cervià. Según fuentes documentales en el siglo xvii el castillo ya se estaba en estado de abandono.

 

Nos consta que el lugar fuera objeto de una primera prospección arqueológica. Hoy, a la espera de un próximo avance en el estudio e intervención arqueológicas, el acceso se encuentra adaptado y el espacio abierto a los visitantes como mirador con vistas privilegiadas sobre el pueblo donde se distinguen perfectamente a levante la iglesia de Sant Genís y más allá la de Santa Maria, junto al priorato, y sobre las tierras circundantes de la plana del Ter.

 

El castillo de Cervià presenta un doble recinto amurallado. El primero se encuentra en la cima del pronunciado montículo del Pedró, mientras que el segundo recinto (que corresponde a un momento posterior) está integrado en el tramado urbano del casco histórico de Cervià, aglutinado a los pies de la colina. Del primer recinto, fortificado ya en época románica, se conservan en el lado norte de la colina, unos 11 m de paño de muralla de unos 3 m de alto en su extremo occidental. Dicha muralla dibuja parte del perímetro poligonal de la fortificación, quedando en pie la base de un talud poligonal en el extremo noreste y parte del basamento de una posible pequeña torre circular adosada a dicho paño de muralla en el ángulo oeste. En el lado sur de la colina, visible desde el pueblo, se conserva parte del paño de la muralla meridional, que aparece como si de un muro de contención se tratara. Mientras los restos del lado oriental resultan difíciles de apreciar por el estado de la vegetación, en el lado oeste distinguimos el trazado del muro perimetral.

 

Los restos de esta fortificación poligonal delimitan la meseta donde se encuentran los restos de muros de las estancias del castillo, dispuestas alrededor del basamento de una gran torre central circular cuyo ancho muro se levanta a base de piedra de río del lugar dispuesta en hiladas más o menos regulares, rejuntada con argamasa; el paramento presenta parte del enlucido hoy perdido en el que se distinguen restos de un esgrafiado tosco a base de leves incisiones longitudinales. Adosada al lado sur de la torre se levantan, aproximadamente 1 m, los restos de una estancia de planta rectangular cuyos muros hechos de cal y canto con piedra de río del lugar, conservan aún el rebozado original. En uno de los ángulos de la estancia, adosada al basamento de la torre se encuentran tres peldaños de una posible escalera. Vemos, incorporados en las esquinas de algunos de los muros grandes sillares de piedra bien labrada y escuadrados, aunque a falta de un buen estudio arqueológico no podemos concretar aquí mucho más.

 

Aunque el castillo aparece documentado en el siglo x, a juzgar por el paramento y organización de su planta situamos la construcción entre los siglos xi y xii, siendo quizá la muralla sur la más antigua, hecha a base de piedra de río y argamasa; pues el paño de muralla norte en cuyo talud presenta sillares de piedra bien labrada, colocados a soga y tizón, más propios del siglo xiii.

 

Las murallas del castillo sufrieron varias ampliaciones y modificaciones hasta el siglo xv. Éstas son evidentes en los restos del segundo nivel de fortificación dispersos por el núcleo del caserío de Cervià, en la calle Girona, el gran portal de acceso a la muralla en la calle del Hospital y la gran torre circular llamada torre de les Hores, que se levanta sobre una base ataludada en un punto estratégico y de control bajo la colina, custodiando el acceso al castillo. El portal de la calle del Hospital, se encuentra en el límite de levante de la fortificación, dónde discurre la calle que separa los dominios del castillo y los del priorato, objeto y fuente de fuertes disputas.

 

Texto y fotos: Annaïs Pascual Alfaras

Bibliografía

 

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