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Fachada oeste de la Mare de Déu del Remei de Osso de Sió

Identificador
25157_04_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41.75449, 1.15919
Idioma
Autor
Nuria Montoya Vives
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Mare de Déu del Remei de Ossó de Sió

Localidad
Ossó de Sió
Municipio
Ossó de Sió
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Mare de Déu del Remei de Osso de Sió

Descripción

OSSÓ DE SIÓ

En el extremo noreste de la comarca del Urgell, Ossó de Sió forma parte del territorio conocido como la Ribera del Sió, zona que se extiende alrededor del río Sió por las comarcas del Urgell, la Segarra y la Noguera. El municipio comprende las poblaciones de Ossó de Sió, Bellver d’Ossó, Castellnou d’Ossó y Montfalcó d’Agramunt. Ossó está situado en una elevación a la izquierda del río y dista unos 70 km de Lleida. Desde la capital de la provincia se ha de tomar la autovía A-2 hasta desviarse por la L-303 en dirección a Agramunt. El topónimo de Ossó podría tener un origen prerromano, aunque también puede relacionarse con el oso, animal que aparece en el escudo municipal.

 

Las tierras que forman el valle del río Sió fueron conquistadas por el conde de Urgell Ermengol IV, quien amplió sus dominios alrededor de 1070, si bien, en el acta de Santa Maria de La Seu de Urgell de 1040, ya se mencionaba el castellum de Urson. Después de la conquista, la población pasó a estar bajo la jurisdicción señorial del obispo de Urgell, como lo atestigua una donación de éste a la iglesia de Santa Maria de Solsona. En su testamento de 1143, Bernat Arnau de Castellnou, del linaje de los Anglesola, dejaba unas propiedades que tenía en Ossó a su hijo Guillem. A inicios del siglo xiv, el rey Jaime II concedió la jurisdicción de Orço (Ossó) al conde Ermengol X de Urgell, la cual fue mantenida por los sucesivos condes hasta el siglo xv.

Iglesia de la Mare de Déu del Remei de Ossó de Sió

Por el tipo de urbanismo de Ossó, se puede suponer que el municipio creció a partir del núcleo de un castillo que estaba situado en lo alto de la colina. Originalmente debía de haber una torre de vigilancia con sus dependencias. La villa medieval se formó en distintas fases. Durante la etapa inicial se construyeron los primeros edificios alrededor de la fortificación, que era el elemento cohesionador. Seguramente había una única calle, orientada de Norte a Sur, con las viviendas dispuestas a ambos lados de la misma. En los extremos de la calle había dos portales que cerraban el recinto amurallado. Actualmente se conservan muros de la zona occidental de esta muralla que corresponden a la parte trasera de las casas. La iglesia que se construyó en el siglo xii quedaba fuera de este primer núcleo, al Sur. En una segunda etapa de crecimiento, hacia los siglos xii y xiii, se levantaron nuevas viviendas alrededor del primer núcleo, sobre todo en el lado occidental. Es probable que en ese momento la iglesia ya estuviera dentro de la villa amurallada, que amplió su perímetro englobando a las nuevas construcciones. Se mantuvieron los dos portales en los extremos norte y sur del municipio. Esta morfología se mantuvo hasta el siglo xviii, cuando se rompió con el esquema original y se empezó a construir en otras zonas, a pesar de lo cual, aún se conserva el urbanismo medieval.

 

La iglesia de Ossó de Sió se encuentra en la parte meridional del núcleo antiguo del municipio. Tiene como advocación a la Virgen de los Remedios, aunque inicialmente estaba dedicada a santa María. El cambio en la titularidad se realizó hacia el siglo xiv, cuando se popularizó este patronazgo. Aparece documentada en 1391 en una relación de iglesias que pagaban el diezmo papal al obispado de Urgell. No figura como parroquia, pero se sabe que estaba atendida por un canónigo llamado Colldejou de Guissona, que era el beneficiario.

 

La iglesia de la Mare de Déu del Remei presenta una planta compuesta por una nave rectangular y un ábside semicircular, tipología semejante a la que se observa en otras de las iglesias que forman el municipio de Ossó, como las de Sant Pere de Castellnou y la de Sant Pere de Bellver. A lo largo de los siglos ha sido objeto de importantes modificaciones que han alterado su aspecto medieval, en especial durante el siglo xviii, cuando se modificó la zona norte y este del ábside, la mitad de los muros y la fachada del templo.

 

En la parte exterior del liso ábside, se conserva una ventana de doble arco de medio punto y de doble derrame, que ha sido tapiada. La cabecera y el muro meridional están edificados encima de un alto pedestal. La presencia de este zócalo de piedra pulida se encuentra en iglesias documentadas a partir de la segunda mitad del siglo xii y perdura más allá de la época románica. La puerta de la fachada occidental, formada por  con un arco de medio punto de grandes dovelas, también fue modificada, y en lugar de estar en el centro del muro, se halla desplazada hacia el Norte. En el centro, a media altura, hay un óculo. La fachada, completamente lisa, está coronada por un campanario de espadaña de doble ojo. Exteriormente se hacen evidentes los cambios constructivos en el interior. En el lado meridional se adosó un volumen rectangular añadido que corresponde a la capilla; entre el ábside medieval y esta estructura hay una franja de cristal.

 

En el interior, se conservan muy pocos elementos medievales. A ambos lados de la nave se añadieron un par de capillas laterales formando un falso transepto, y se excavaron dos capillas más en el propio muro, para albergar unos altares secundarios en la parte occidental. También ha desaparecido la cuenca absidal, que fue eliminada, con lo que la cara interior quedó plana, si bien, como hemos visto, no afectó al paramento exterior, que aún conserva parte de su forma original. La nave se cubre con una bóveda de cañón ligeramente apuntada. En los pies del templo, se construyó, en el curso de una de las reformas, un coro elevado. Los muros y la cubierta están rebozados y pintados.

 

El aparejo utilizado en los paramentos es de calidad, como en las de las iglesias de Castellnou y Bellver, y está compuesto por grandes sillares bien trabajados y escuadrados, y cuidadosamente dispuestos en hiladas muy uniformes. Durante los años noventa del siglo xx se restauró el edificio, que adquirió un aspecto artificialmente pulido.

 

Texto y fotos: Nuria Montoya Vives

 

Bibliografía

 

Bolòs i Masclans, J., et alii, 2002, pp. 105-108; Catalunya Romànica, 1984-1998, XXIV, pp. 543-544; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1981, pp. 317-318.