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Canecillo de una figura humana en el ábside

Identificador
40172_01_273
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 7' 48.63" , -3º 48' 45.49"
Idioma
Autor
Carlos Álvarez Marcos
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Ermita de San Pedro

Localidad
Pedraza
Municipio
Pedraza
Provincia
Segovia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
INCLUIDA DENTRO DEL CASCO HISTÓRICO de Pedraza, la pequeña ermita de San Pedro se encuentra ubicada en la parte más meridional de la villa en un paraje conocido como La Florida que hace que en ocasiones se omita la advocación del templo y sea conocida simplemente como “ermita de la Florida”. Aparece mencionado en la documentación medieval de la catedral de Segovia en el año 1247 cuando rentaba al canónigo Pascasius Iusti tres maravedís, dos sueldos y tres dineros. Durante mucho tiempo la ermita permaneció en ruinas y se utilizaban sus muros para guardar el ganado motivo por el cual el lugar en el que se asienta pasó a denominarse también “Los Encerraderos”; posteriormente el obispado de Segovia vendió las ruinas de la ermita a Margarita Cabestany y desde entonces ha pasado por varias manos teniendo diferentes propietarios. La ermita fue reconstruida prácticamente en su totalidad respetando en la medida de lo posible sus volúmenes externos y adecuando el espacio interior al nuevo uso al que iba a ser destinada, el de vivienda particular. El resultado de todas estas reformas es un edifico de una sola nave, tramo presbiterial recto y cabecera semicircular construido con mampostería reforzada por sillares modernos colocados en las esquinas del presbiterio. Exteriormente en el tambor del ábside se abren tres ventanas, dos pequeñas saeteras en los laterales y otra en el centro que conserva formas y piezas románicas con un arco de medio punto guarnecido por una sencilla chambrana decorada con bolas. La cornisa, formada toda ella por piezas de sillería nueva, está sostenida por una colección de canecillos de reciente factura que imitan los que se encuentran en la ermita de San Martín, también en Pedraza, con un perfil de caveto con pequeña bola esculpida en la parte central, a excepción de dos canecillos muy mal conservados en los que se pueden distinguir dos figuras humanas rudamente talladas una de las cuales parece tener las manos unidas sobre el vientre. La nave se encuentra dividida en dos pisos y para adaptarla a su condición de vivienda se abrieron varias ventanas y puertas en las fachadas meridional y occidental e incluso se añadió una pequeña terraza en el lado sur que desvirtúa en gran medida la visión del conjunto.