EL TEMPLO CONSTA DE DOS NAVES, espadaña adosada a los pies, pórtico adosado al muro sur de la nave principal -en el que aparece la portada-, y cabecera recta. La nave principal más vetusta, se divide interiormente en tres tramos de desigual longitud mediante cuatro arcos fajones apuntados -el primero de ellos adosado al muro del hastial y todos de perfil rectangular- que abrazan una bóveda de cañón apuntado. Los arcos descansan sobre pilastras, capiteles-ménsula o semicolumnas sobre alto plinto. La nave principal se abre al presbiterio mediante arco triunfal apuntado y doblado, que descansa sobre semicolumnas adosadas. Está abierto en sus lados norte -a la nave añadida- y sur -al baptisterio- por sendos arcos de medio punto. El presbiterio da paso al ábside a través de un arco apuntado sobre ménsulas. En el muro sur del ábside se abre una sacristía moderna realizada en mampostería y sillarejo, con sillares reforzando los ángulos. La otra nave, abierta al lado norte de la primitiva, posee cuatro tramos cuadrangulares cubiertos con bóvedas de arista realizadas en yeso y separados mediante arcos fajones también apuntados. El sistema de cubrición así como los materiales empleados son los mismos que aparecen en la estancia que acoge la pila bautismal. El cuerpo principal del edificio, aplica mampostería, a excepción de la cabecera que presenta sillería en los paramentos. A la espadaña, adosada al hastial occidental y con cuerpo superior de campanas realizado en mampostería y larillo, se accede mediante escalera pétrea exterior. Su cuerpo superior presenta una doble tronera apuntada, con simple chambrana. Realizada en sillería, se remata a piñón y presenta un cuerpo adosado realizado con diversos materiales, entre ellos el ladrillo. El edificio primitivo, que podríamos considerar de la segunda mitad del siglo XIII, constaría de una sola nave, espadaña a los pies, y cabecera recta. Posteriormente, hacia los siglos XV o XVI, sufriría una profunda transformación que llevaría consigo la construcción de una segunda nave septentrional, el baptisterio y la sacristía. En los capiteles del interior, que presentan cestas de volúmenes acentuadamente prismáticos, se representan elementos vegetales (flores de lis, hexapétalas y treboladas), geométricos (espirales) y figurativos (cabezas angulares), todos ellos tratados de forma enormemente esquemática. Una característica común a todos los soportes es que dichos capiteles poseen el collarino sogueado, aspecto que confiere, junto con el acentuado volumen prismático de sus cestas, un cierto arcaísmo. Los fustes de las semicolumnas apoyan sobre gruesas basas que presentan un toro muy desarrollado y lengüetas angulares, estas últimas bastante deterioradas. Al exterior hay que destacar su portada, abierta en el segundo tramo del muro sur de la nave principal. Generada a partir de un arco apuntado, consta de tres arquivoltas y chambrana decorada con nido de abeja. Dichas arquivoltas apoyan sobre tres pares de columnas acodilladas con basas prismáticas y capiteles muy simples en los que aparecen tallados rostros angulares tocados con una especie de barboquejo. Los capiteles del lado derecho poseen collarino sogueado. Simples canecillos de caveto y de proa de nave salpican la cornisa, los laterales de la parte superior de la espadaña y parte de la cabecera. Por el tipo de decoración así como por los detalles constructivos podemos afirmar que se trata de una obra románica de inercia realizada por el mismo taller activo en Baños de la Peña en plena época gótica.