FÍGOLS I ALINYÀ
Castillo de Alinyà
Coronando la peña conocida como Castell de Sant Ponç se encuentran los restos de una fortificación que dominaba el valle del río de Alinyà, al Sur, y el paso del Coll del Portell al Norte. La tradición lo ubicaba en la actual localización de la ermita de Sant Ponç de Alinyà, pero para llegar propiamente al castillo es necesario dejar dicha capilla al Norte y subir el cerro que se alza al Sur de ésta por un sencillo paso recientemente habilitado a tal efecto.
Ubicado en la frontera entre los dominios del cabildo de Urgell y de los Cardona, el castillo de Alinyà es mencionado como castrum de Eligna en un documento de intercambio de posesiones entre Ermengol vii y el obispo Bernat Sanç, fechado en 1159. De dicho castillo solamente se conservan vestigios de muros con un carácter claramente defensivo, construidos mayoritariamente en el flanco sur de la peña con bloques de piedra caliza ligados con mortero. Cabe mencionar especialmente el muro inferior del conjunto, por su regularidad de aparejo, grosor y longitud, pues recorre la práctica totalidad de la roca que remata la vertiente. Lo acompañan otros fragmentos murales paralelos y perpendiculares a éste, construidos a distintas alturas aprovechando la orografía del emplazamiento.
En el extremo oeste del muro inferior destaca el arranque de una estructura perpendicular al mismo, quizá un bastión, cuyo aparejo ciclópeo y entrega al muro principal revelan claramente una fase constructiva distinta a la del primero. Al Este, un suave retranqueo del muro principal revela en planta la presencia de un pequeño espacio muy deteriorado, cubierto con bóveda de cañón y con restos de un enlucido de factura moderna. Junto a este elemento se encuentran dos pequeñas aberturas, notablemente cercanas aunque a distinto nivel, de las que la occidental es sensiblemente más grande que la oriental, que es claramente una saetera. El primer vano parece estar cubierto por un arco de medio punto, aunque posiblemente se trata de una saetera modificada para adaptarse a las nuevas artes bélicas, pues esta fortificación fue utilizada durante la primera y segunda guerras carlistas, seguramente después de un período de abandono. Pese a que su estado actual no permite una mayor profundidad interpretativa, es muy posible que el condado de Urgell se sirviera de esta fortificación para controlar el paso hacia el valle de Alinyà a lo largo de toda la Edad Media, aunque los vestigios conservados hasta la actualidad parecen sugerir que se trata de una construcción de alrededor del siglo xii.
Texto y foto: Esther Solé Martí
Bibliografía
Baraut i Obiols, C., 1990-1991, pp. 57-58; Castells Catalans, Els, 1967-1979, vi (2), p. 1236; Catalunya romànica, 1984-1998, vi, p. 206; Tragó, P., 1982, p. 7.