EL TEMPLO APENAS CONSERVA restos, poco menos que anecdóticos, de la original fábrica románica. En su lugar hoy se alza un templo de una sola nave rectangular, dividida en varios tramos y un ábside rectangular. La espadaña que corona el hastial occidental, del siglo XIII-XIV, posee dos niveles separados por simples molduras. En el nivel inferior se abren dos vanos de medio punto mientras que en el superior -rematado a piñón- aparece un único vano, todos ellos con chambrana de nacela simple. El acceso a la misma se realiza mediante una escalera de piedra -cubierta de adobe- adosada al muro de la nave sur. Su tipología recuerda a las espadañas de Pisón de Castrejón y Traspeña. La fábrica gótica actual sufrió varias reformas desde finales del siglo pasado (1895, 1964 y 1983), alguna de ellas -sobre todo la de 1964- poco afortunada. Sea como fuere ninguna de estas reformas alteró la construcción románica ya que ésta desapareció antes del siglo XVI, momento en el que se materializó la mayor parte del templo (nave y ábside) que hoy podemos observar. Tan sólo los restos dispersos y reaprovechados en distintos lugares del edificio: una basa de columna adosada junto a la puerta del campo santo, un sencillísimo capitel de cesta lisa rematada con prótomos, dos basas más en el atrio y algunos sillares que coronan el muro este del atrio y ángulo sureste del muro cementerio nos hablan de la existencia de un templo románico desaparecido.