Identificador
              19251_01_042n
          Tipo
          
      Formato
              
          Fecha
              Cobertura
              41º 2' 41.04'' , -2º 33' 30.57''
          Idioma
              
          Autor
          César del Valle Barreda
              Colaboradores
          Sin información
              Edificio Procedencia (Fuente)
              País
              España
          Edificio (Relación)
              Localidad
              Jodra del Pinar
          Municipio
              Saúca
          Provincia
          Guadalajara
              Comunidad
              Castilla-La Mancha
          País
              España
          Claves
          Descripción
              SITUADA EN LA PARTE MÁS ORIENTAL del pueblo y asentada  en la ladera de una pequeña colina, la iglesia de  Jodra del Pinar constituye un bello ejemplo del  románico rural de Guadalajara. Su construcción puede  fecharse a finales del siglo XII o más correctamente durante  el primer cuarto del siglo XIII. Se trata de un templo de  una sola nave, como es habitual en este tipo de iglesias  rurales, con cabecera semicircular, espadaña a los pies y  sacristía y pórtico adosados en el lado sur. Los materiales  empleados en su construcción son fundamentalmente la  mampostería y la sillería de caliza y arenisca de tono rojizo,  utilizada sobre toda en las esquinas, cornisas, ventanas,  portada y pórtico. El ábside semicircular liso está animado únicamente  por una ventana de pequeño formato, abierta en su eje  central, construida con sillería de tonos grisáceos, de tipo  saetera y con abocinamiento interno. La colocación de un  retablo en el ábside provocó el cerramiento de esta saetera  y la apertura de un pequeño vano cuadrangular en el  muro sur del presbiterio. Es interesante la colección de  canecillos que sostienen la cornisa, en la que se alternan  los canes de proa de nave con los modillones de rollos. Los muros norte y sur presentan una misma tipología,  levantados en mampostería con sillares en las esquinas, al  igual que la cabecera, y con una fila bien conservada de  canecillos de rollos, en número total de trece, para la nave  norte, y quince en la nave sur. En la parte central de este  mismo muro se abre la portada de acceso al templo, precedida  de una pequeña escalinata. Se resuelve mediante  tres arquivoltas de baquetones y nacelas, y un arco interior  de medio punto liso y dovelado que descansa sobre las  jambas. El resto de arquivoltas apoyan sobre capiteles muy  sencillos de decoración foliácea, y están recogidas por  columnas de fuste liso. La primera de ellas tiene su intradós decorado por un grueso baquetón, mientras que en las  dos más exteriores se emplean, respectivamente, grupos de  tres y cuatro delgados boceles. Las arquivoltas son recogidas  por tres columnas acodilladas sobre basamento de  sillería, con fustes monolíticos y capiteles lisos con decoración  de bolas en las esquinas. El resto de la ornamentación  escultórica es muy sencilla: un guardapolvo con perfil  de nacela protege la entrada, mientras que una imposta  achaflanada recorre toda la portada a la altura del cimacio. En el muro occidental de la iglesia se encuentra la  espadaña, cuya parte superior ha sido reconstruida en  varias fases. Primeramente, en el siglo XVII o XVIII se ha realizado  la espadaña actual, muy sencilla, con dos troneras  de arco de medio punto que albergan las campanas (fechadas  en 1777 y 2000). Posteriormente esta espadaña pasó a  convertirse en torre, ampliándose hacia el Este y cerrándose  por los costados meridional y septentrional.  Aunque sin duda lo más destacable es el pórtico situado  en la panda meridional del templo, adosado a la nave  de la epístola protegiendo la portada principal. Tiene similitudes  con las galerías porticadas de la zona, de las que  recibe influencias, Carabias, Cubillas del Pinar, Abánades  y, sobre todo, Saúca, la más cercana. Tanto la estructura  del pórtico, con aperturas en dos de sus lados, como la utilización  de los materiales, el uso de canecillos, capiteles en  las arcadas, son influencias que se deben a la cercanía de  estos templos porticados, tan abundantes en la comarca  seguntina. Recientemente restaurado, se le ha devuelto su esplendor  original eliminando todos los restos que cegaban los  arcos del pórtico y descubriéndose parte del basamento  que había quedado oculto por el terreno que rodea a la iglesia,  por lo que ahora puede observarse en un estado casi  primigenio. Tan sólo parece haberse realizado una pequeña  reconstrucción del muro que se encuentra sobre la entrada  oeste, que afectó también a dos canecillos del alero sur. Se  encuentra construido todo él en buena sillería, de tonos grisáceos  la parte inferior, mientras que los sillares de la parte  superior presentan una tonalidad más rojiza por el material  de arenisca utilizado, abundante en la zona. La entrada principal está ubicada en el lado sur,  enfrentada a la portada de ingreso, formada por un sencillo  arco de medio punto que descansa en jambas lisas muy  desgastadas; a un lado y otro se disponen dos arquerías de  medio punto sobre un pequeño pódium, recogidas por  pares de columnas de fustes lisos monolíticos con capiteles de decoración vegetal, a base de hojas de acanto finamente  talladas, que también pueden verse en cestas del  pórtico de Carabias o en la puerta meridional de la iglesia  de Pozancos, iglesias todas ellas vinculadas con el taller de  la catedral seguntina. Tan sólo uno de estos capiteles presenta  una decoración vegetal algo diferente, con grandes  hojas puntiagudas de talla plana, con nervio central marcado  y con las puntas vueltas formando pequeños crochets,  muy similar, por cierto, a cestas que encontramos  en la portada meridional de la iglesia de Pelegrina. El pórtico presenta otras dos entradas ubicadas en los  laterales este y oeste. Una de ellas, la oriental, permanece  cegada, ya que en este punto se adosó la sacristía de la  iglesia. Tiene forma de arco de medio punto apoyado en  jambas prismáticas lisas y con cimacio de nacela. La entrada  occidental también ha sido descubierta, y se puede  observar un arco de medio punto recogido por jambas  lisas y una imposta de nacela a la altura del cimacio, que  partiendo de aquí recorre el pórtico, tanto interior como  exteriormente. Esta entrada se completa con una chambrana  de perfil de caveto, existente solamente en la cara  interna del arco. Finalmente, apuntamos como, al igual  que la cabecera y la nave, el pórtico conserva prácticamente  entera la colección de canecillos que sostienen la  cornisa, en este caso con perfil de proa de nave.  El interior sigue una tipología muy repetida en iglesias  rurales románicas, cuyos interiores son muy sobrios y  sencillos. Durante su larga historia se han ido provocando  modificaciones del estilo original, por este motivo se  observa cómo se han ido abriendo huecos en los muros de  la nave para colocar altares de épocas posteriores. En el  lado norte de la nave encontramos, embutido en el muro,  el remate de un retablo barroco, del siglo XVIII, con policromía  verde y azul y adornado con rocalla. Lo adorna  una hornacina central, hoy ocupada por una pequeña imagen  de porcelana de la Virgen. La nave se cubre con cubierta de madera a dos aguas,  apoyándose en dos arcos fajones apuntados que la dividen  en tres tramos. El paso de la nave a la cabecera se realiza  a través de un arco triunfal apuntado doblado, recogido  por pilastras lisas cuya única decoración reside en el cimacio  de perfil achaflanado que se convierte en una línea de  imposta que acaba extendiéndose por todo el presbiterio  y el ábside. La cabecera se encuentra cubierta por una  bóveda de horno para el ábside y una bóveda de cañón  para el presbiterio. En la parte inferior del ábside se conserva  un diminuto retablo de reminiscencias barrocas, quizás  de finales del siglo XVIII, con una hornacina central  flanqueada por dos estípites en la que figura una pequeña  imagen de San Juan Bautista niño. En el muro sur, tanto de la nave como del presbiterio,  se abren tres pequeños y estrechos vanos que otorgan  luminosidad al interior. La iglesia presenta un coqueto  coro a los pies donde se sitúa la escalera para acceder a la  espadaña y también un arco de descarga de medio punto  rebajado, construido probablemente para aligerar el peso  de la torre-espadaña. La entrada a la sacristía se efectúa por  un pequeño arco escarzano rebajado y moldurado que da  paso a una estancia cuadrangular, añadida a la iglesia en el  siglo XVIII, que actualmente se encuentra casi vacía y a la  cual se le ha colocado un tejado nuevo en fechas recientes. A los pies de la nave, bajo el coro, se habilita una  pequeña estancia cuadrada donde se ubica la pila bautismal  de traza románica. Tiene unas dimensiones de 90 cm de  diámetro y 75 cm de altura, copa troncocónica lisa y un  bocel en la embocadura exterior.
           
        
    