Sant Esteve de Sauvanyà
RIBERA D’URGELLET
Iglesia de Sant Esteve de Sauvanyà
El despoblado de Sauvanyà se encuentra a unos 5 km de Torà de Tost, accesible a través de la pista que nace entre los kilómetros 166 y 167 de la carretera C-14 y que remonta el valle de Tost. Una vez superado Torà, la pista pierde el pavimento y deviene notablemente angosta. Es preciso cruzar el torrente del Soler y el río Roig de Sauvanyà para acceder al lugar. La iglesia de Sant Esteve, claramente visible desde la distancia, custodia el despoblado desde la terraza inferior del Camp de la Capella.
El 982, la ecclesia de sancte Stefani de villa que vocant Tost es mencionada en un documento de donación del obispo Sal·la que bien podría referirse al templo que nos ocupa, ciertamente cercano a Tost, pues históricamente formaba parte de su territorio. No obstante, el templo no se incluye en la relación de posesiones de Arnau Mir de Tost fechada en 1046, pese a que el topónimo Selvaniano, relacionado con el castillo de Sauvanyà, sí es mencionado en la documentación de la época, así como en el testamento del propio Arnau Mir de Tost, de 1071. En el siglo xiv, durante una visita pastoral en la zona se menciona la capilla de Solvayano, que entonces no pudo ser inspeccionada. El mantenimiento del culto hasta el abandono de la localidad alrededor de los años 70 del siglo xx, implicó la realización de importantes modificaciones en época moderna tanto en el interior como en el exterior. A raíz de su construcción en el extremo inferior de una terraza, el edificio se revela de grandes proporciones en su flanco meridional mientras que la mayor parte del sector norte se encuentra bajo la cota del terreno. Además, esta particular ubicación comportó graves problemas estructurales que afectaron la integridad del edificio, el cual tuvo que ser reforzado con tres masivos contrafuertes, dos en el muro sur y uno en la fachada occidental.
Construido empleando el gres rojo característico de la zona, este edificio presenta una planta formada por una sola nave rectangular y un ábside semicircular de menor altura y anchura que aquélla. El paramento exterior absidal es totalmente liso y en su centro se abre una alargada y estrecha ventana, casi una aspillera, de derrame simple hacia el interior, la cual está realizada por sillares de piedra toba. Corona este lienzo una moldura biselada compuesta por bloques alargados del mismo material. Mientras que el tramo occidental del muso sur está ocupado por dos de los mencionados contrafuertes, en el oriental se abren dos ventanas de doble derrame cegadas al interior, la una con arco de medio punto con dovelas de toba, y la otra, más grande y de forma rectangular, que se convierte interiormente en una credencia situada en el presbiterio. Debajo de estos vanos, y sobre una hilada de grandes y roscos sillares, que destacan por su tamaño respecto al irregular sillarejo mediano empleado en el resto de paramentos, se alinean tres mechinales. Por su parte, el muro septentrional, como ya se ha comentado, de menor altura, es liso y, en su tramo occidental, presenta un fragmento de opus spicatum, pervivencia de una técnica constructiva anterior, que se repite con cierta frecuencia en la comarca, especialmente por la Ribera d’Urgellet y el valle de Castellbò. La fachada oeste también es lisa y se encuentra reforzada por el tercer contrafuerte. A su lado, descentrada respecto al eje central, se encuentra la puerta de acceso, de arco de medio punto. Corona el frontis una espadaña de dos ojos parcialmente cegados en su parte inferior. Casi oculta por el contrafuerte, se halla una ventana cruciforme. El conjunto está cubierto con tejado de losas de piedra, de doble vertiente sobre la nave y cónico sobre el ábside.
En el interior, la nave está cubierta por una bóveda de cañón, que arranca de una sencilla imposta biselada. Un potente arco fajón apoyado en pilastras determina dos tramos. El ámbito absidal, cubierto por la habitual bóveda de cuarto de esfera, fue reconvertido en sacristía mediante un tabique retablo que lo separa de la nave. Precede al ábside un ancho arco presbiterial que facilita la transición entre los dos espacios. La totalidad de la superficie está recubierta de revoque pintado de escasa calidad. A los pies del templo se construyó un coro elevado de madera, y en el muro meridional se abre una pequeña capilla de planta rectangular y bóveda de cañón. Se conserva una pila bautismal monolítica, lisa, perfil troncocónico y grandes dimensiones, de cronología incierta..
Se puede situar la construcción de este edificio en pleno siglo xii.
Texto: Juan Antonio Olañeta Molina/Esther Solé Martí - Fotos: Esther Solé Martí
Bibliografía
Baraut i Obiols, C., 1980, pp. 30-31; Catalunya Romànica, 1984-1998, vi, pp. 299-300; Gascón i Chopo, C., 2003; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1977, pp. 125-127.