Castillo de la Maçana
CAMARASA
Castillo de la Maçana
Esta fortificación se erige en lo alto de un monte al Sureste de la Maçana, en el valle de la Figuereta, nombre con el que también es conocida. Recorridos unos 10 km por la carretera C-13 desde Camarasa, se ha de tomar una desviación bien señalizada a la derecha, que lleva a la Maçana. Una vez allí se sigue un camino forestal durante 1,8 km hasta la fuente de la Figuereta, donde a mano izquierda asciende un sendero en sentido noroeste hasta la cima.
En un documento de donación a favor de Santa Maria de Meià, realizado en 1157 por Arnau Company, su mujer Guilla y sus hijos, aparece por primera vez el término del castillo de la Maçana. No se dispone de más noticias hasta 1311 cuando Dolça de Cervera le otorga con carácter de perpetuidad a su hijo, Pedro de Ayerbe, el fuerte que, en poco más de un año, permutará con el rey Jaime II por otras fortalezas aragonesas. Por Roig i Jalpí se sabe que en el siglo xvii su estado de conservación era ya bastante deficiente, pues en 1668 escribe que en la “Massana hay un Castillo muy derruydo”.
El conjunto, que ocuparía el sector oeste de la peña sobre la que se erige, podría haber sido construido en al menos dos etapas. Los elementos más visibles son los restos de la base de una torre cuadrada, de 4 por 4 m, que se levanta sobre la roca en el lado norte, y de la que arranca una muralla que conecta con la base de otra torre vigía, un cuadrilátero irregular situado al Noroeste, delante de la que hay un foso poco visible y cubierto por la maleza. Estas dos torres y el muro, realizados con sillar mediano de arenisca, pertenecen a un primer momento constructivo, aunque la central se cree que pudo ser rehecha en un segundo periodo.
Sería necesaria una limpieza del sector oeste para poder diferenciar entre las trincheras de la Guerra Civil los vestigios del castillo que se cree que corresponden al segundo periodo, como el tramo de muralla al Sureste y el edificio que más destaca, detrás de la vigía central: se trata de una torre de planta rectangular de 4,10 por 3,67 m, que conserva el primer piso, excepto la esquina suroeste. Presenta dos grandes aberturas a poca altura respecto el nivel de tierra, al Este y al Sur, una aspillera al Norte y una hilera de losas inclinadas similar a un opus spicatum, al levante. Construido con sillar, todavía conserva el encintado y el relleno de muro de argamasa.
Para la datación de la fortaleza se ha propuesto una hipótesis que relaciona la fase inicial con una construcción sarracena, posiblemente del siglo x y la siguiente etapa, dentro del segundo tercio del siglo xi, con una obra cristiana que reforzaría el control del paso hacia Alòs de Balaguer, Privà y Santa Linya.
Texto y fotos: Raquel Cardona Segura
Bibliografía
Catalunya Romànica, 1984-1998, XVII, pp.338-339; Castells Catalans, Els, 1967-1979, VI, pp. 250-330; Roig i Jalpí, G, 1668, p.107.